Abusos, tema de discernimiento para quienes ingresan a la Iglesia católica

jornada.com.mx

Una de las conclusiones que ha dejado la crisis de abusos sexuales contra menores que enfrenta la Iglesia católica es que es un tema de discernimiento para quienes ingresan a esta institución, dijo el director del Centro de Investigación Interdisciplinar para la Protección del Menor de la Universidad Pontificia de México (UPM), Daniel Portillo Trevizo.

En un taller impartido a religiosos para prevenir el abuso sexual, afirmó que según el análisis que se ha hecho a agresores, durante su proceso de formación estaban ausentes las crisis vocacionales. En ese sentido es una situación de peligro. Agregó que es ahí donde tenemos que ponerle ojo para saber que no toda persona que persevere en la vocación pudiéramos afirmar que la tiene, sino que hay que preguntarnos cuáles son hoy nuestros criterios de selección, de admisión y, todavía aún más, de readmisión.

Dividió en tres tipos la clasificación de los abusadores: los que comenten infantofilia, en el que una persona experimenta atracción sexual hacia niños de entre recién nacidos y cinco años; pedofilia, entre seis a 11, y efebofilia, mayores de 11 y hasta 17 años; en este último grupo es donde se registran más casos.

Dijo que según un informe realizado en 2017 el abuso sexual dentro en la Iglesia católica oscila entre 3 y 5 por ciento, que la equipara con las religiones judía y musulmana y nos pone por debajo de las sectas pentecostales, por lo que instó a los religiosos a no permitir casos de este tipo en sus congregaciones.

Especialistas consultados por separado advirtieron que no se puede centrar el tema de la pederastia en los aspirantes.

Felipe Gaytán Alcalá, profesor investigador de la Universidad La Salle, dijo que al hacer énfasis en los procesos de selección de candidatos a seminaristas la Iglesia supone que quienes van a entrar en realidad llevan la carga de la culpa y no podrían ser víctimas de los que están adentro. Señaló que la mayoría de los aspirantes son menores de edad, de 10 a 15 años.

Gabriela Juárez, secretaria ejecutiva del Observatorio Eclesial, dijo que reforzar estos procesos no es la solución: Es una pena porque no están dando respuesta a la situación de pederastia que ya existe ni se pone en el centro a las víctimas.

Fray Julián Cruzalta, fundador de Católicas por el Derecho a Decidir, dijo que la Iglesia no se ha dado cuenta que la pederastia tiene que ver con relaciones de poder, y requiere un cambio.

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