Crisis por COVID-19 heredará 12 millones de nuevos pobres, aunque se diga otra historia: CCE

Esto es lo que realmente debería de doler y lo que nos debería estar preocupando, dijo Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.

elfinanciero.com.mx

La realidad de los números es que la crisis del COVID-19 heredará a México cerca de 12 millones de personas más en situación de pobreza, aunque se quiera contar una historia diferente, dijo este miércoles Carlos Salazar Lomelín, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).

El líder empresarial destacó la importancia que debería tener el tema de la movilidad social entre la población impulsada por la generación de empleo y éste por la inversión privada.

“Esta crisis sanitaria nos va a heredar, dígase lo que se diga y póngasele la historia que se le ponga, en las cifras reales, cerca de 12 millones más de gente que baja al nivel de la pobreza y esta es la realidad. Esto es lo que realmente debería de doler y lo que nos debería estar preocupando”, señaló.

Detrás del reto económico y sanitario, está la crisis de las familias y “es cuando se entiende y profundiza la importancia de por qué hay que combatir la desigualdad y hacer actividades que dinamicen la movilidad social de nuestro país”, comentó durante su participación en el foro organizado por el Instituto BIVA.

“Esta es la asignatura consecuencia más importante pendiente, digo consecuencia porque al no haber crecimiento y al no haber estructuras que lo financien, lo único que provocamos es que se hace más grande el problema social”, explicó Salazar Lomelín.

“Si a esto le agregas la ineficiencia que representa la corrupción y la ineficiencia que representa la toma de decisiones equivocadas, hace que el problema lo único que tenga como consecuencia es el agravamiento del mismo”, expuso, al destacar el papel de la empresa como generadora de valor en la sociedad.

Sin embargo, el cambio constante de reglas inhibe la participación del sector privado en inversiones que generen empleos, por lo que se necesita “poner una raya. No se vale cambiar las reglas cuando ya se está jugando de una determinada forma, no creo que nos beneficie como país. Donde no haya certeza, reglas claras y no haya incentivos para que todos se formalicen y respeten las reglas, las cosas no van a funcionar”, apuntó.

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