El segundo viernes de octubre se celebra el día de uno de los alimentos más nutritivos para el ser humano. Son cada vez más los movimientos que demuestran con investigaciones la relación entre el bienestar animal y el producto final
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El huevo es un alimento sumamente nutritivo que debería formar parte de la dieta habitual de todas las personas, razón por la cual tiene su propia fecha: el segundo viernes de octubre se celebra el Día Mundial del Huevo, que se estableció en el año 1996 por la Comisión Internacional del Huevo, durante una conferencia en Viena.
Y este año la efeméride viene de la mano de la petición de gallinas libres ponedoras. De hecho, el 2 de octubre la Comisión Europea recibió la petición de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) con el objetivo de poner fin a las jaulas para los animales de granjas tras recoger 1,4 millones de firmas.
Esta cifra ha superado el millón de firmas que la institución europea exige para que la iniciativa sea aceptada. La iniciativa, denominada End the Cage Age, terminen con la era de las jaulas en español, ha sido coordinada por la asociación Compassion in World Farming y secundada por otras 170 asociaciones.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) señala que el término bienestar animal designa el modo en que un animal afronta las condiciones de su entorno. Un animal está en buenas condiciones de bienestar si (según indican pruebas científicas) está sano, cómodo, bien alimentado, seguro, puede expresar formas innatas de comportamiento y si no padece sensaciones desagradables de dolor, miedo o desasosiego.
En este sentido, un estudio llevado a cabo por la Universidad de Guelph, Canadá, incluyó a 7.500 pollos de 16 cepas diferentes y tardó dos años en completarse. Si bien estudios anteriores también han indicado que los pollos criados para la carne son propensos a problemas de salud y bienestar, esta nueva investigación demuestra que, a pesar de los objetivos de reproducción recientes, la selección para un crecimiento rápido y rendimiento de carne de pechuga continúa dejando a las cepas de pollo convencionales con problemas de bienestar importantes como como movilidad reducida, lesiones en las almohadillas del pie, daño muscular y desarrollo desproporcionado del corazón y los pulmones.
La mayor parte de la producción comercial de carne de pollo en todo el mundo utiliza actualmente razas de rápido crecimiento, criadas selectivamente durante generaciones para crecer inusualmente rápido. Estos pollos crecen desde el nacimiento hasta el peso para el sacrificio en solo seis semanas, la gran mayoría criados intensivamente en cobertizos superpoblados en granjas industriales desprovistas de enriquecimiento ambiental o luz solar natural.
¿Cuáles son los beneficios de consumir huevos de gallinas libres? De acuerdo a Eduardo Godano, veterinario del proyecto Gallina Feliz Argentina, los huevos de gallinas libres de jaula adquieren características organolépticas particulares: “El sabor y el color de la yema por la alimentación de las aves, la consistencia de la albúmina, la rusticidad, dureza y calidad de la cáscara que otorgan menor rotura”.
Los huevos libres de jaula son aquellos provenientes de los llamados “equipos enriquecidos”. Estos se caracterizan por ser lugares cerrados y controlados, donde los animales disponen de una mayor espacio y que incluyen elementos como arena, nidos, comederos y bebederos que brindan a las gallinas un entorno más amigable
“Cuando una gallina es libre de jaula, la pollita aprende a desenvolverse libremente. A medida que va creciendo y desarrollándose para ser una futura gallina ponedora, tiene la posibilidad de volar e incorporar el agua y alimento que necesita. Cuando la gallina alcanza la edad de postura, se desenvuelve productivamente en un espacio donde puede moverse con libertad, elegir en qué comedero alimentarse, en qué bebedero tomar agua y, eventualmente, en qué nido poner huevo. La postura ocurre generalmente en horas de la mañana y, durante el resto del día, el ave puede expresar las demás conductas naturales que estos sistemas le permiten como: volar, rascar, subirse a una vara y darse baños de arena”, explicó Godano.
De este modo, cuando la gallina percibe que el día se termina, busca un comedero y consume todo el alimento que necesita para tenerlo disponible durante la noche, que es donde se produce la mayor parte de la formación del huevo. Luego elige una vara donde dormir, que generalmente, de acuerdo al especialista prefieren las de más arriba. Esta es otra conducta natural, pues mientras más pueda subir, más segura está.
El bienestar animal está íntimamente vinculado con la sanidad animal, la salud y el bienestar de las personas. “Una de las conductas naturales de la gallina es estar en permanentemente movimiento y descansar sobre una vara, lo que produce que se fortalezcan los huesos largos, donde está el reservorio de calcio, que luego va a necesitar para producir la cáscara del huevo todos los días. Actualmente se están realizando diversos estudios para poder cuantificar los beneficios que estos sistemas de producción generan sobre la calidad del huevo y su valor nutricional”, concluyó el veterinario.
En este sentido, el veterinario explicó que para llevar a cabo todos los procesos de gallinas, aplican los criterios de Humane Farm Animal Care, una organización sin fines de lucro cuya misión es mejorar la vida de los animales de granja proporcionando pautas viables, creíbles y debidamente monitoreadas para la producción de alimento humano, y garantizar a los consumidores que los productos certificados cumplen con las mismas.