Además de observarlos, existe una señal que se presenta en el cuerpo y nos alertará ante la presencia de estos insectos.
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Tener ácaros en el hogar es algo común que le puede pasar a cualquier persona que descuide un poco la limpieza y el orden de la vivienda. Para evitar que estas plagas atenten contra nuestra integridad física, es fundamental tener el hogar en óptimas condiciones higiénicas. El trabajo deberá ser preciso en la habitación, ya que dichos insectos tienen como lugar preferido nuestra cama, desenvolviendo diversas consecuencias que afectarán a quien duerme en el lugar.
Estos microorganismos viven dentro de los tejidos de la ropa de cama y de los colchones, por lo que resulta difícil de hallarlos a simple vista. Por lo tanto, será fundamental saber identificar la presencia de ácaros para eliminarlos y evitar drásticos problemas para la salud, tal como lo es el asma.
Para identificar la presencia de ácaros en nuestra cama tendremos como señal principal el surgimiento de ronchas en algunas zonas del cuerpo. Estas ronchas generarán comezón, irritación y salpullido, al mismo tiempo que provocará que la persona atacada comience a toser constantemente porque el microorganismo también causará alergia.
Por lo tanto, no tendremos otra alternativa que eliminar los ácaros de la cama para evitar que continúen propagándose y afectando a la salud. Una de las formas más efectivas es lavar las colchas, sábanas y almohadas con agua caliente una vez por semana (en la medida de lo posible) o cada tres días si la comezón y la tos interrumpen tu descanso, incrementando la irritabilidad.
Así mismo, si notamos ronchas o podemos percibirlos, otra de las acciones que podremos tomar para despedir los ácaros de nuestra cama es garantizar la ventilación. En este punto, será fundamental dejar la ropa de cama y el colchón al aire libre. Y si no tenemos lugar para dejar los elementos de la cama, será suficiente con abrir las ventanas y no tender la cama hasta el mediodía.
