¿Las tormentas solares provocarán más huracanes en 2024?

En entrevista con El Heraldo de México, Pedro Corona Romero, meteorólogo solar de la UNAM, nos da la respuesta

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En entrevista con El Heraldo de México, Pedro Corona Romero, meteorólogo solar de la UNAM, habla sobre las recientes tormentas solares que azotaron a la Tierra el pasado 10 de mayo y que, de acuerdo con el Servicio del Laboratorio Nacional de Clima Espacial de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del que forma parte, indicó que permanecerían durante todo mayo.

Los expertos de la máxima casa de estudios identificaron afectaciones en la transmisión de señales de radio y un incremento significativo en el error de sistemas GPS, durante la tormenta geomagnética del día de las madres. Adicionalmente, las investigaciones indican que la red de distribución eléctrica de alta potencia del país es susceptible a este tipo de fenómenos.

Pedro Corona Romero es el responsable del campo magnético terrestre y del espacio cercano a la Tierra en el Servicio del Laboratorio Nacional de Clima Espacial de la UNAM, por lo que las tormentas solares son su materia de estudio, respecto a esto en días pasados se habló de fulguraciones solares, que son sinónimos de llamaradas solares.

Tormentas solares, ¿cuáles son las afectaciones a los seres humanos?

“Las fulguraciones solares son abrillantamientos (explosiones) espontáneos que se presentan en la atmósfera solar y que expulsan al sistema solar grandes cantidades de radiación. Estos abrillantamientos son debidos a la rápida liberación de extensas cantidades de energía que estaba almacenada en forma de campo magnético intenso y complejo dentro de la atmósfera del Sol”, dice Corona Romero a El Heraldo de México.

Las fulguraciones son un riesgo para nuestra tecnología puesto que pueden dañar los paneles fotoeléctricos de los satélites artificiales debido a los flujos de rayos X (los mismos de las radiografías) asociados a éstas. Adicionalmente, la radiación en forma de protones y electrones asociada a la fulguración puede provocar cortos circuitos en los componentes electrónicos de los satélites artificiales medrando sus capacidades de operación, disminuyendo su tiempo de vida útil o, incluso, inhabilitándolos permanentemente, que forman parte de las afectaciones que los seres humanos pueden observar en torno a estos fenómenos.

“Cualquiera de estos escenarios implica afectaciones en la prestación de servicios (impacto social) y pérdidas económicas significativas”, asegura el meteorólogo espacial, quien detalla que “hay ocasiones en las cuales la Tierra se encuentra en la trayectoria de las tormentas solares, lo cual es una condición de riesgo. Sin embargo, para que el riesgo sea relevante, la tormenta solar requiere tener un campo magnético muy particular, condición que no siempre se presenta”.

Las tormentas solares no provocarán más huracanes

Luego de la tormenta solar “caníbal”, como se le conoció popularmente, en redes sociales se dijo que ese fenómeno provocaría más huracanes en la Tierra. Al respecto, Corona Romero es tajante: “La respuesta es no”, pues la actividad solar afecta en segundo o tercer término las manifestaciones climáticas de la Tierra.

El clima terrestre está determinado por la energía que entra y la energía que conserva el sistema Tierra (atmósfera, continentes y cuerpos de agua).  En este contexto, las alteraciones climáticas están principalmente provocadas por la capacidad creciente de la Tierra de retener más energía.

El incremento en el número de huracanes, como lo han señalado el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) en México y la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), “es debido a la contaminación atmosférica como dicen el discurso de las energías verdes, pero también es debido a la deforestación, destrucción de ecosistemas, sobreexplotación de mantos acuíferos (terrestres y subterráneos) y el crecimiento desregulado de las manchas urbanas”, en palabras del experto.

Además, explica que más que cuestiones del clima espacial, el incremento en los ciclones se debe a la deforestación y el crecimiento urbano (cambio de uso de suelo) factores alarmantes en el desequilibrio de patrones climáticos e intensificación de fenómenos climáticos.

                                                         
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