Próximo titular del INM pide “no confundir caso humanitario de fondo” en éxodo migrante

*Después que el gobierno estadunidense de Donald Trump instaló alambres de púas en la valla…

proceso.com.mx

TIJUANA, BC. (apro).- Después que el gobierno estadunidense de Donald Trump instaló alambres de púas en la valla fronteriza que separa San Diego y Tijuana y desplegó agentes y militares en las garitas, parece que “somos Corea del Norte y Corea del Sur”, deploró hoy Tonatiuh Guillén López, quien encabezará el Instituto Nacional de Migración (INM) en el futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

“Cuando uno ve a las niñas, a los niños y a las señoras se pregunta, ¿Dónde está la amenaza?”, planteó el sociólogo, y añadió que estas medidas responden a “un uso electoral de la caravana migrante, el mismo uso que (Trump) hizo en la elección presidencial, cuando nosotros los mexicanos éramos los peores personajes, se nos olvidó”.

De visita en Tijuana, donde asistió a las reuniones de los gobiernos federal, estatal y municipal para encontrar soluciones a la presencia en el estado de más de seis mil integrantes del llamado éxodo centroamericano, Guillén urgió a “no confundir el caso humanitario de fondo y el uso político que se hace de él”.

El sociólogo, quien vivió tres décadas en Tijuana -dirigió el Colegio de la Frontera Norte (Colef)-, repudió las expresiones de odio que se escucharon en Tijuana en torno a la presencia de los centroamericanos, pues recordó en declaraciones a la prensa que “son posicionamientos que no le pertenecen a esta región ni a su historia, y no veo que sean sino marginales, espero que se corrijan rápidamente”.

Durante una reunión con el Comité Ciudadano de Seguridad Pública de Tijuana, Guillén sostuvo que las personas que cruzaron México en caravana formaron la parte “muy visible de un movimiento mucho mayor que no alcanzamos a ver”, ya que cada año entre 250 mil y 300 mil centroamericanos atraviesan el país.

También señaló que alrededor de 35 millones de mexicanos o hijos de mexicanos viven en Estados Unidos, como producto de la migración.

Tras recordar que los hondureños sufren una grave crisis social, económica y política, planteó: “¿Quiénes salen? Principalmente jóvenes, hijos. Es una especie de escenario donde las familias, la generación que sigue, ya no encuentra alternativa”.

El próximo gobierno atenderá de manera urgente las “necesidades materiales” de la caravana, y realizará un “diálogo muy abierto” con los migrantes para acordar un “trazo de su expectativa, de su presencia en la región”, pues recordó que las estadísticas de Estados Unidos muestran que la tasa de aceptación de asilo de personas centroamericanas es “muy baja” y que se evaluarán opciones para su regularización en México.

“¿Qué hacer?”, lanzó a su audiencia de empresarios y colonos tijuanenses: “Seguir haciendo lo que hemos hecho con los haitianos, con los centroamericanos y con los mexicanos que Estados Unidos ha deportado por miles y que han llegado de manera muy precaria”.

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