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El peso sigue fuerte y rompiendo barreras. Este viernes el tipo de cambio quedó por debajo de las 17.30 unidades por dólar, con lo que se mantiene en su mejor nivel en seis años y registra su mejor desempeño semanal desde marzo.
En operaciones al mayoreo, el peso ganó 11 centavos y cerró en 17.27 unidades por cada dólar, una apreciación de 0.68 por ciento.
En la semana sumó 27 centavos (1.60 por ciento), su mejor desempeño desde finales de marzo. Con este avance, la moneda mexicana consolidó su mejor valor desde 2016.
Este viernes el peso se colocó como la sexta divisa más apreciada frente a la moneda estadunidense y en lo que va del año ha ganado 2.23 unidades, que equivale a 11.46 por ciento.
Por su parte, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) concluyó la sesión con un avance de 0.32 por ciento, al cerrar en 54 mil 512.14 unidades. En la semana sumó 2.40 por ciento, su mejor avance semanal desde marzo.
Los activos mexicanos avanzaron en un mercado a la espera del próximo encuentro de política monetaria de la Reserva Federal (Fed), que se realizará la próxima semana. Además los inversionistas tienen la mira puesta en los datos de inflación de Estados Unidos del martes.
Analistas esperan que la Fed deje estables las tasas al término de su reunión de los días 13 y 14 de junio, pero también es probable que mantenga un tono agresivo e indique que es posible un alza en julio, ya que la inflación sigue por encima de su objetivo de 2 por ciento.
“Los indicadores técnicos apuntan a que continuará la tendencia a la baja del tipo de cambio, por lo que es posible que la paridad se dirija hacia el soporte de 17.20 pesos por dólar”, señaló Banco Base en una nota de análisis.
“El siguiente soporte importante se encuentra en el nivel psicológico de 17 pesos por dólar. Lo anterior podría ocurrir inclusive la siguiente semana, si el dato de inflación de Estados Unidos se ubica por debajo de las expectativas”, apuntaron analistas consultados por Reuters.
Fortaleza del peso afecta poder adquisitivo de remesas y al sector exportador
La economista Gabriela Siller señaló que “al apreciarse tan rápido el peso pierden los exportadores y los receptores de remesas, pues no hay forma como puedan ajustarse tan rápido a las disminuciones del tipo de cambio”.
Esto se verá reflejado, dijo, en desaceleración del consumo y después en menor crecimiento de las exportaciones. “Por el lado de las remesas, se pierde poder adquisitivo, por el lado de las empresas en el corto plazo implica menores márgenes de utilidad, lo que llevará a menor creación de empleo y desaceleración del crecimiento del consumo. En el largo plazo, al ajustar precios al nuevo tipo de cambio implica pérdida de competitividad si no hay algo de recompensa”, comentó en su cuenta de Twitter.
“Si el tipo de cambio continúa el resto del año en los niveles actuales, las remesas perderán 10.60 por ciento de poder adquisitivo, respecto al año anterior. Esta sería la mayor pérdida de poder adquisitivo en registro. No es buena noticia”, apuntó.