Históricamente, ha habido varios momentos en los que se ha creído que el fin del mundo estaba próximo, uno de ellos fue con el calendario maya, que supuestamente señalaba que la humanidad llegaría a su fin en 2012
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Sin lugar a dudas el tema sobre “El fin del mundo” es de mucha controversia, pues ha capturado la atención de generaciones enteras. Desde hace mucho se han realizado diversas predicciones sobre cuándo ocurrirá el apocalipsis. Especialistas de la Universidad de Harvard efectuaron un cálculo matemático para predecir en qué año sucederá este evento.
Históricamente, ha habido varios momentos en los que se ha creído que el fin del mundo estaba próximo. Uno de ellos fue con el calendario maya, que supuestamente señalaba que la humanidad llegaría a su fin en 2012. Luego, el número de la bestia, el 666, también generó predicciones apocalípticas, indicando que el final del mundo sería el 6 del mes 6 del año 2006. Además, el cometa Halley suscitó temor cuando se pronosticó que impactaría contra el planeta en el año 1910. Sin embargo, ninguna de estas fechas se materializó en un cataclismo global.
¿Cuándo y cómo será el fin del mundo?
Los especialistas de Harvard han establecido una nueva fecha estimada para el fin del mundo. En un estudio realizado en 1960 por el físico Heinz Von Foerster, Patricia M. Mora de la Universidad de Chicago y Lawrence Amiot del Argonne National Laboratory, se publicó un ensayo en la revista Science que revelaba una fecha aterradora: el 13 de noviembre de 2026. Según los autores, la causa del apocalipsis no será el cambio climático ni un evento catastrófico, sino el crecimiento acelerado de la población, es decir, la sobrepoblación.
De acuerdo con esta investigación, “nuestros tataranietos no se morirán de hambre, pero serán exprimidos hasta la muerte”. En la fecha mencionada, la población humana se acercará al infinito si continúa creciendo al mismo ritmo que en los últimos dos milenios. Los autores del estudio enfatizaron que no es necesario esperar a que un mecanismo externo influya en la actividad humana, ya que somos nosotros quienes debemos tomar el control de nuestro destino, dado que nuestro entorno está cada vez más determinado por las fuerzas sociales que creamos.
Es importante destacar que este estudio se llevó a cabo hace más de 60 años, por lo que no es necesario entrar en pánico. Actualmente, la proyección de la ONU indica que la población mundial alcanzará los 8 mil 500 millones en 2030, aumentará a 9 mil 700 millones en 2050 y llegará a los 11 mil 200 millones para el año 2 mil 100. Estos datos muestran que aún estamos lejos de la predicción realizada en el estudio de Harvard, lo que nos brinda tiempo para tomar medidas y abordar los desafíos que enfrentamos como especie.
¿Por qué nos fascina el apocalipsis y el fin del mundo?
La fascinación por el apocalipsis y el fin del mundo es un fenómeno complejo y multifacético que puede atribuirse a varias razones. Aquí hay algunas explicaciones posibles:
Temor a lo desconocido: el futuro siempre ha sido incierto, y el apocalipsis representa una manifestación extrema de ese temor. Nos intriga y nos asusta pensar en el colapso de nuestra civilización y cómo podríamos enfrentarlo.
Imaginación y creatividad: el apocalipsis ofrece un escenario aparentemente ilimitado para la imaginación y la creatividad. Nos permite explorar narrativas y mundos distópicos que desafían las normas establecidas y nos invitan a reflexionar sobre el estado actual de la humanidad.
Atracción hacia el caos y la destrucción: aunque no deseamos experimentar personalmente el caos y la destrucción, existe una fascinación inherente hacia estos elementos. Observar o leer sobre eventos apocalípticos puede generar una descarga emocional y una sensación de intensidad que de otro modo no experimentaríamos en nuestra vida cotidiana.
Reflexión sobre la condición humana: el apocalipsis nos obliga a reflexionar sobre nuestra existencia y el significado de la vida. Ante la posibilidad de un final inminente, nos vemos impulsados a cuestionar nuestros valores, nuestras acciones y nuestras prioridades.
Interés científico y filosófico: la especulación sobre el fin del mundo a menudo se entrelaza con debates científicos y filosóficos sobre temas como el cambio climático, la sobrepoblación, la tecnología avanzada o los desastres naturales. Estos temas despiertan un interés intelectual y nos llevan a reflexionar sobre el futuro de la humanidad.
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