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Ciudad de México. Tres inmuebles históricos de Jalisco: el Templo del Niño de Flamacordis, la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios y un cementerio antiguo fueron restaurados ante la amenaza por la presa El Zapotillo, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En un comunicado, explicaron que desde 2014 un diario nacional señaló que los centenarios murales del Templo del Niño de Flamacordis estarían “sumergidos bajo una abundante agua azul”, debido a la construcción de la presa El Zapotillo; el cual formó parte del Plan de Justicia para las comunidades de Acasico, Temacapulín y Palmarejo, en la región Altos-Sur de Jalisco.
El proyecto original de la megaobra que abastecerá del vital líquido a la zona metropolitana de Guadalajara amenazaba a los tres pueblos citados, pero tuvo adecuaciones técnicas para evitar su inundación, mencionó el especialista de la sección de Monumentos Históricos del Centro INAH Jalisco, Gerardo Enrique González Lupián. Quien agregó que dichas obras fueron supervisadas por la institución, en colaboración con una empresa especializada.
Estos asentamientos se remontan al siglo VI d.C., su importancia histórica se debe a que se emplazaron en el único cruce natural del río Verde, que va desde Aguascalientes hasta la costa del océano Pacífico, en Nayarit, donde se unían las áreas culturales de Mesoamérica y Aridoamérica. Estas comunidades formaron parte de la nación de los Tecuexe y la invasión española los alcanzó en 1530; 11 años después participaron en la rebelión general indígena de la Nueva Galicia, llamada “La Guerra del Mixtón”.
En el boletín se detalló que el Templo del Niño de Flamacordis (s. XIX-XX), ubicado en el poblado homónimo e inmediato a Acasico, en Mexticacán, presentaba diversos daños y deterioros por agentes químicos, fenómenos físicos, por falta de mantenimiento preventivo, así como los evidentes los problemas de humedad en cubiertas y en la cúpula. Por estos motivos, se liberaron los enladrillados y el hormigón de cubiertas, que luego fueron restituidos, además de la integración de coronas de muro y cornisamentos.
Por otra parte, en la Basílica de Nuestra Señora de los Remedios, en Temacapulín, construida y modificada entre los siglos XVII y XIX, se consolidaron grietas y fracturas en el presbiterio y bóvedas; asimismo, como parte de las obras complementarias, se realizó la liberación de elementos contemporáneos que afectaban al inmueble, y en la torre se instaló una escalera para favorecer su accesibilidad y mantenimiento.
En tanto, en el cementerio antiguo de la localidad, además de colocar una estela con información histórica del sitio, se emprendió la reconstrucción parcial del pedraplén, el cual se consolidó, además de integrar el talud perimetral para su protección; en muros se restituyó material constructivo e integración de aplanado, pintura y corona (en la parte superior). De igual manera, se instaló una red de conducción de agua pluvial y luminarias en paramentos exteriores; al interior, se liberó el azolve, se delimitaron diversos vestigios de lápidas, consolidación de monumentos funerarios e integración de senderos.