Denuncian que gobierno de Evelyn Salgado impone “silencio” ante violencia vs periodistas en Guerrero

La violencia criminal se acentuó en los últimos meses en Chilpancingo y otros municipios de Guerrero.
proceso.com.mx

GUERRERO (apro).- Los gobiernos municipales de Guerrero y el gobierno del estado encabezado Evelyn Salgado han establecido una política de silencio al agredir a reporteros y poner cercos de seguridad a su alrededor, denunciaron organizaciones estatales de periodistas.

El Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa, la Asociación de Reporteros de Información Policiaca de Guerrero y la Asociación de Periodistas del Estado de Guerrero emitieron un comunicado donde citan agresiones físicas en contra de los reporteros Alina Navarrete, Alejandro Gómez. Raymundo Ruíz y Marco Toledo por parte de escoltas del alcalde de Chilpancingo, Gustavo Alarcón y de la sindica de Taxco, Liliana Rodríguez.

El documento está dirigido a la gobernadora Evelyn Salgado y a los alcaldes de Chilpancingo y de Taxco, Juan Andrés Vega.

La violencia criminal se acentuó en los últimos meses en Chilpancingo y otros municipios de Guerrero. Vemos con preocupación que las autoridades municipales y estatales le apuestan a una política de silencio, que incluye un bloqueo en el ejercicio del comunicador por recabar información, indican.

Recuerdan que el pasado 15 de noviembre los escoltas del presidente municipal de Chilpancingo le impidieron detenerse a atender preguntas de reporteros y lo alejaron, mientras repartían empujones y manotazos.

El hecho ocurrió en la plaza Primer Congreso de Anáhuac.

En otro caso en el municipio de Taxco de Alarcón, los reporteros Alejandro Gómez del Diario 21 y El Sol de Chilpancingo, Raymundo Ruíz del periódico El Guerrero y Marco Toledo del portal N3 denunciaron agresiones y amenazas por parte de un escolta de la síndica Liliana Rodríguez Burgos.

El incidente se registró el pasado 22 de noviembre en la parroquia de la Santa Prisca donde un guardaespaldas de la síndica apuntó a los reporteros.

Luego el escolta arrebató el teléfono a un reportero y se alejó.

El hombre armado devolvió el celular por la presión que ejercieron los comunicadores, afirmando que “no necesito su teléfono, tengo para comprarme muchos”.

“Los intentos por bloquear el ejercicio periodístico no son nuevos, es una estrategia notoria también del gobierno del estado.

“Desde el inicio de la administración de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda es casi imposible que los periodistas la aborden para una entrevista aun en actos públicos”, acusan los periodistas.

Indican que los obstáculos son las vallas metálicas y personal de seguridad a su alrededor para delimitar áreas de prensa.

“El mismo silencio aplica con la mayoría de los secretarios y colaboradores del primer círculo de su gobierno, lo que dificulta acceder a la información que es de carácter público.

Por todo esto, consideran, existe una clara intención de las autoridades de emplear una política de silencio que impide la libertad de prensa.

“En algunos casos de manera más clara y agresiva, como los escoltas del alcalde de Chilpancingo y la síndica de Taxco que de manera evidente impidieron que los periodistas hicieran su función, lo que no solo tiene efectos para el gremio periodístico, también para la sociedad”.

Explican que el periodismo tiene la función social de mantener informada a la ciudadanía. “Exigimos al gobierno municipal y estatal respetar nuestra labor y garantizar el derecho ciudadano de la libertad de expresión”.

De acuerdo a un recuento, en los tres años del presente gobierno estatal se han cometido cinco asesinatos contra periodistas que suman 21 homicidios en los últimos 30 años.

Seis allanamientos y robos de equipo de trabajo a reporteros.

El intento de homicidio contra cuatro reporteros el 28 de noviembre de 2023.

Mientras que el periodista Alan García sigue en calidad de desaparecido desde diciembre de 2022.

Además, cinco reporteros han sido privados de su libertad y permanecido en cautiverio por más de tres días.

Y una decena de periodistas han padecido desplazamiento forzado.

En contexto de estas agresiones se da en un estado donde más de la mitad del territorio de Guerrero se ha convertido en zona de silencio.

                                                         
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