*Luego de una propuesta que se dio en Facebook, sobre la idea de plantar árboles Kiri en Bahía de Banderas, también conocidos como Pawlonia Tomentosa, Gux Espinal, decidió darles vida en San Juan de Abajo, su experimento se inició con 200 semillas el pasado 1 de mayo 2017. El árbol Kiri se considera como lo mejor que ha producido la naturaleza para ayudar al hombre a reparar en parte los daños que ha causado. Ideal para jardines y parques por su gran belleza…
Por Paty Aguilar
NoticiasPVNayarit
No es agricultor, él es licenciado en Administración de Empresas y actualmente, gerente de agencia de viajes de Puerto Vallarta y Los Cabos y miembro de la AMAV, Asociación Mexicana de Agencias de Viajes de Puerto Vallarta y la Riviera Nayarit, él es, Gux Espinal, quién ha encabezado diversos proyectos ciudadanos en favor de la comunidad de San Juan de Abajo y el cultivo de árboles Kiri, es uno de ellos que empezó el pasado 1 de mayo 2017 luego de una propuesta que se hizo en al Facebook, para que estos árboles hermosos se sembraran en Bahía de Banderas.
De inmediato se interesó en darle vida a estos árboles, por lo que hizo un pedido de las primeras 200 semillas. En un predio familiar, inició la aventura agrícola y según la teoría del cultivo de este árbol originario de China también conocido como Pawlonia Tomentosa o Árbol Emperatriz, las sembró una a una siguiendo al pie de la letra las indicaciones.
Según comenta al respecto, de las 200 semillas germinaron el 70 por cierto, pero de este porcentaje, solo el 30 por ciento fue apto para el trasplante a tierra, sin embargo, reconoce, cometió un error, ya que sus pequeñas raíces colocadas en servilletas, como lo indica el instructivo, se enredaron unas a otras y las semillas se cortaron, de tal suerte, que de 40 arbolitos germinados, solo uno de ellos sobrevivió el cual ahora mide aproximadamente tres centímetros y cuenta con 4 hojitas.
El reto, dijo, es lograr cultivar 1000 árboles, por lo que dio a conocer que este jueves 15 de junio 2017, comprará 500 semillas más, las cuales, dijo, las hará germinar en agua, se trata de buscar la mejor manera de cultivo que se pueda adaptar a las circunstancias climáticas, que de hecho se facilita en esta región, pero también a sus manos.
El precio de cada semilla es de un peso y el cálculo de germinación es de hasta en casi dos meses si se hace en tierra. En este caso, las semillas se sembraron en agua el 1 de mayo 2017, el 11 de mayo comenzó la geminación. El 1 de junio fueron trasplantadas, pero solo un arbolito sobrevivió, sin embargo, faltan alrededor de 30 días para ver si es apto para sembrarlo directamente en la tierra.
Sin perder el entusiasmo, Gux Espinal, comenta que iniciara de nuevo, considera que la experiencia adquirida, le permitirá en esta ocasión lograr que sobrevivan más arbolitos, porque meta, dijo, serán mil árboles, los cuales tiene un precio comercial en maceta de 10 centímetros de 250 hasta 350 pesos cada uno, es decir, son caros, pero bien que valen más, muchísimo más que lo que cuestan para la naturaleza.
Sobre este hermoso ejemplar, llamado Paulownia Tomentosa o Paulownia imperial, la información al respecto, dice que es un árbol frondoso, perteneciente a la familia de las Paulowniaceae.
El árbol Kiri, es originario de China y también conocido como árbol Emperatriz. Suele crecer hasta unos 27 metros de altura, con troncos de entre 7 y 20 metros de diámetros. El Kiri se caracteriza por sus grandes hojas, que llegan a los 40 centímetros de ancho. Árbol de elegantes proporciones y muy popular como ornamento, ese fue el motivo por el que se hicieron famosos en Japón, desde donde se difundió a Europa en 1834.
Son árboles que alcanzan 20 m de altura con una copa amplia y en forma de paraguas. La corteza es de color marrón-grisácea, las ramas tienen lenticelas, pequeñas estructuras redondas o alargadas cuya función es realizar el intercambio de gases, amarilla-rojizas y son glandulo-viscosas cuando son jóvenes.
Consume más CO2 y produce más O2, que el resto de las especies arbóreas debido a sus grandes hojas y características metabólicas. Un árbol de Paulownia captura un promedio 21,7 kg de CO2 y devuelve 5,9 kg de O2 al día, una cifra superior a cualquier otro árbol conocido en hasta casi diez veces.
Es el árbol de más rápido crecimiento de todas las especies conocidas, llegando a un crecimiento de hasta 2 cm/día, logrando una altura de 6 m en un tiempo de entre diez meses y un año y medio, observándose una etapa inicial muy acelerada y sorprendente. En sólo un mes o algo más, en condiciones favorables, puede alcanzar la altura de una persona promedio, y su altura total, algo menos de 30 m, la alcanzará en un período de entre seis y siete años.
Es una especie notablemente resistente a plagas y enfermedades. Esto se debe a su bajo contenido de aceites y resinas.
Se adapta a suelos pobres, empobrecidos por sobre cultivo, contaminados con sustancias sintéticas o hidrocarburos, y recupera sus propiedades aportando nitrógeno y oxigenándolos, por la acción expansiva de sus raíces de desarrollo vertical y profundo. Atrae gran cantidad de microorganismos y fauna edáfica en mayor grado que otras especies, lo cual contribuye a restablecer el ecosistema del sustrato.
Tolera muy bien las sequías y el fuego, habiendo sobrevivido íntegro a temperaturas de 425 °C. Favorece la permeabilidad y la retención hídrica del suelo, como la mayoría de los árboles pero en mayor cantidad. Su madera posee propiedades excelentes para toda clase de usos industriales. Su tono es claro, tiene pocos nudos, es liviana y de elevado rendimiento. La Paulownia, estrictamente hablando no es un árbol propio de zonas áridas, pero es una especie muy útil y veloz en el desarrollo.
Crecimiento rápido
Ha sido usada por ello en China para objetos ornamentales aunque por su baja termoconductividad es ideal también para la construcción. Se la considera una madera “semipreciosa” por su facilidad de modelado. De bajo peso y gran resistencia al impacto y deformación, es considerada por muchos como análoga al aluminio entre los metales maleables. Su rendimiento comparativo por hectárea es de 163 m³ contra 65 m³ del pino. Asimismo, el primer corte posible en el pino es entre los 15 a 30 años, siendo en el kiri a los 6 años.
En definitiva, lo mejor que ha producido la naturaleza para ayudar al hombre a reparar en parte los daños que ha causado. Es ideal para jardines y parques por su gran belleza. Una parte importante para el mantenimiento de éste árbol es la poda, esta se debe realizar después de la floración y tiene que ser muy superficial si se quiere que el árbol produzca multitud de flores, si se hace una poda profunda se consigue que las hojas sean más grandes pero su capacidad de floración se reduce.
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