Cortar árboles de Navidad en bosques autorizados impulsa conservación y empleos rurales

Aline, de 11 años, eligió y cortó un árbol en un bosque de Amecameca, donde productores reforestan tras cada cosecha. La actividad fortalece la conservación forestal, el ecoturismo y la economía de comunidades locales.

jornada.com.mx

Aline, quien tiene 11 años, sabe que al cortar un árbol de Navidad en uno de los bosques autorizados ayuda al bienestar del medio ambiente, del cual se siente parte, pues al hacerlo, como lo ha visto durante los recorridos que ha realizado en años recientes con su familia, brotará del tronco uno nuevo que, sumado a los que siembran los productores después de cada cosecha, contribuirá no sólo a la época decembrina, sino sobre todo a la conservación forestal y la generación de empleos en comunidades rurales al fomentar el ecoturismo, las artesanías y la gastronomía local.

Este año, después de caminar por varias secciones de un bosque en Amecameca de Juárez, en el estado de México, encontró el “indicado” entre los “muchísimos” que había. Fue un douglas “no tan alto, pero pachoncito”. Luego de ayudar a su papá a cortarlo, ponerle la red y amarrarlo a su coche, pasó por el mercado de artesanías ambulante para elegir las esferas y adornos que le pondría, se lanzó por la tirolesa y paseó a sus perritos por los senderos permitidos.

Según la Comisión Nacional Forestal (Conafor), al comprar un árbol de Navidad natural se generan beneficios ambientales, sociales y económicos, pues contribuyen a la captación de carbono, mejoran el suelo y el agua, generan ingresos directos a productores y comercios cercanos e involucran a las familias en actividades sustentables.

Indicó que las plantaciones forestales comerciales de árboles de Navidad se presentan como una alternativa para producir aquellos que demanda el mercado nacional. Hay, afirmó, un aprovechamiento continuo y sustentable del recurso forestal, pues al momento en que se corta un árbol, en la siguiente temporada de lluvia, se planta otro o se utilizan los rebrotes para reproducir uno nuevo.

México es productor de estas plantaciones desde hace más de 40 años. Según datos de la red de productores mexicanos de árboles de Navidad, plataforma de la Conafor, las principales especies cultivadas son abeto de douglas, oyamel, ayacahuite, ciprés y falso ciprés. Durante 2025, se produjeron 63 mil 658 piezas.

Precios y consejos para cuidarlo

Entre las entidades productoras están el estado de México, Michoacán, Tlaxcala, Veracruz, Ciudad de México y Morelos. Los costos por árbol rondan entre mil 500 y 2 mil 500 pesos, según el tamaño y el subsidio que reciben los productores.

La experiencia de cortar un árbol va más allá de elegir alguno, pues los productores también prestan servicios para acampar, hacer picnics, ecoturismo, renta de cabañas, viveros o comida tradicional, los cuales dependen del tipo de terreno y espacio en el que estén ubicados.

Otra forma de adquirir un árbol natural es a través de los importados que llegan de Canadá, que deben de ser verificados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente para evitar el ingreso de plagas. Hasta el corte del 21 de noviembre, se registraron 223 mil 778 árboles, sin encontrar riesgos.

Según uno de los productores, una de las desventajas de comprar un árbol ya cortado, es que al ser colocado en una base de cruz de madera su duración es menor y se secará pronto, por lo cual recomienda que se coloque en una cruceta con agua para que el tronco siga absorbiendo el líquido y prolongue su vida.

                                                         
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