Los vínculos de Roberto Sandoval y el narco: Columna de Raymundo Riva Palacio

Esta columna corresponde al portal EjeCentral.com.mx y el periodista, Raymundo Riva Palacio llevó a cabo una investigación sobre los presuntos vínculos del ex gobernador, Roberto Sandoval y el narco.

Sandoval

Ayuda de Memoria.
Sandoval
22 de mayo de 2019

“Sandoval”
Raymundo Riva Palacio.

1er. TIEMPO: El principio del fin. A finales de marzo de hace dos años, Édgar Veytia cruzó la frontera entre Tijuana y San Diego y lo capturó la DEA. Veytia, quien era el fiscal de Nayarit, había sido acusado por un Gran Jurado en Nueva York de ser parte de la estructura criminal del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Su detención provocó una crisis en Nayarit. Veytia había confirmado su presencia en una reunión de procuradores en la Ciudad de México, que se había programado para el día de su detención. Pero en lugar de viajar al sur, se trasladó al norte para, se dijo en su momento, visitar a su familia en San Diego, donde residía.

El hasta entonces fiscal era el hombre fuerte del gobernador Roberto Sandoval, quien pensó incluso hacerlo su candidato al ejecutivo estatal. Sandoval supo de la detención, que fue en un día laboral, cuando le notificaron que su fiscal acababa de ser presentado ante un juez en la Corte Federal de San Diego. El gobernador reaccionó de inmediato tomando un avión a la Ciudad de México para buscar al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, a quien le pidió ayuda para blindar al estado.

La Policía Federal lo hizo y redobló la seguridad en el estado. Las sospechas se ampliaron sobre Sandoval, quien juraba que no sabía nada de las relaciones criminales de su fiscal, y que lo único que había oído eran “percepciones”.

La captura de Veytia, sin embargo, lo había movido en otra dirección. La detención de una persona tan importante en las actividades criminales, como era el fiscal, iba a dejar un vacío que buscarían ocupar otros delincuentes. Sin él, la operación con el Cártel Jalisco Nueva Generación se iba a paralizar y los volvería vulnerables. Sandoval, que hablaba como si no supiera nada, actuaba con miedo.

Osorio Chong apoyó su petición y se blindó al estado como nunca se había visto cuando un funcionario caía por sus relaciones con el narcotráfico. Sandoval se decía sorprendido de lo que había pasado, pero cada vez era mayor su nerviosismo. La semana pasada se empezó a entender el porqué.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos, lo acusó por participar “en una serie de hechos de corrupción y la aceptación de sobornos de organizaciones de narcotráfico mexicanas, incluyendo el CJNG”.

El exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, hoy señalado por EU de tener ligas con el CJNG, tuvo una carrera meteórica de la mano de Ney González

2o. TIEMPO: La larga cuenta regresiva. El exgobernador de Nayarit, Roberto Sandoval había tenido una carrera meteórica de la mano de Ney González, su predecesor, que durante su gobierno entre 2005 y 2011 se vio cómo se abrían las puertas de los narcotraficantes más radicales del momento.

Nayarit había sido durante casi 20 años una especie de santuario de capos del narcotráfico, que llegaron discretamente en los años 90 a vivir a Tepic. Ahí residía la madre deJoaquín El Chapo Guzmán, a cuya casa llegó en automóvil el entonces parte del liderazgo del Cártel de Sinaloa, tras fugarse de la prisión de Puente Grande, Jalisco, en 2001.

A principio de este siglo los hermanos Beltrán Leyva, que eran a la sazón los responsables de la seguridad de la Federación, como se conocía a la estructura de seguridad de todos los cárteles mexicanos salvo el del Golfo y Los Zetas, lo utilizaban como refugio pero, sobre todo, como centro de reclutamiento de sus guardias pretorianas. La guerra de los cárteles en 2008 rediseñó la geografía del narcotráfico en México, quedando Nayarit en el lado del Cártel de Sinaloa.

La llegada de Sandoval a la gubernatura y el nombramiento de Édgar Veytia como fiscal, permitió el tránsito del grupo de Sinaloa a su brazo armado, el Cártel Jalisco Nueva Generación, que floreció durante esa administración tras la traición de Veytia a los hermanos Beltrán Leyva. Ese reacomodo nayarita provocó la implosión de las organizaciones criminales, causó inestabilidad y tiempos aciagos para los nayaritas, colocando a Sandoval en alta vulnerabilidad.

Meses antes que la DEA capturara a Veytia, la PGR ya había iniciado una investigación en su contra, y aunque no la profundizaron, hubo suficientes señales para que Sandoval comenzara a ponerse nervioso. Una de las acciones tácticas para buscar protección fue cancelar la idea de llevar a Veytia a la candidatura del PRI para gobernador, y permitir que Manuel Cota, el candidato del centro, se quedara con ella.

Cota pidió a la PGR que no procediera en su contra por presuntos delitos en contra de la salud y enriquecimiento inexplicable, para no afectar el destino de una elección que pensaba ganaría.

Sandoval ya había sido tocado por la mano del crimen organizado, agravada por el papel de Veytia, a quien la DEA investigó casi cinco años. Sandoval esperaba que Cota ganara la gubernatura y que le extendiera un salvo conducto judicial, pero no funcionó. Perdió la elección y la suerte del gobernador, en ese momento, se escribió.

3er. TIEMPO: De tablajero a millonario. Cuando fue nominado como candidato del PRI al gobierno de Nayarit, Roberto Sandoval realizó un placeo en la Ciudad de México. Le fue fatal. Hablaba entrecortado, con un vocabulario limitado y equipaje político ligero. Pero era pupilo del gobernador Ney González, quien hizo al joven Sandoval, que se formó como tablajero.

No tardó mucho Sandoval en convertir a Nayarit en un destino de celebridades a las cuales fue conociendo de manera veloz. Compró el rancho La Cantera, a unos 30 minutos de Tepic, y se asoció para criar caballos de raza con el cantautor Joan Sebastian, quien le introdujo esa afición, y el cantante Ezequiel Cheque Peña. En ese rancho llegó a tener más de mil caballos, que había ido adquiriendo a través de la Unión Ganadera División del Norte en Chihuahua, que operaba su primo, Raymundo Sandoval Castañeda, con fuertes conexiones con el entonces gobernador César Duarte y que fue coordinador de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en Nayarit.

Sandoval se fue deshaciendo rápidamente de los caballos luego de que el PRI perdió la gubernatura, pero la huella quedó. El cambio meteórico de tablajero a millonario le allegó nuevas amistades en el espectáculo, como Pepe Aguilar, cuyo hijo José Emiliano era cuidado por el gobernador, quien lo usaba como chofer y para sus asuntos personales.

José Emiliano fue detenido en Estados Unidos en 2017 por operar una red de tráfico de personas, pero alcanzó una libertad provisional por tres años. Las relaciones de Sandoval con artistas mexicanos y las visitas frecuentes a ferias de caballos en Estados Unidos, lo pusieron en contacto con Saúl Álvarez, conocido como El Canelo, quien solía entrenar en tierras nayaritas antes de sus peleas, y acompañaba casi siempre a sus encuentros, el entonces gobernador.

Sandoval se comportaba con laxitud en el gobierno, porque muchas de las acciones y decisiones las dejaba en manos de su sobrino, Hugo Ismael Sánchez Sandoval, quien fue asesinado en 2017. El asesinato de quien era su representante en negocios irregulares, como lo denunció el PAN en su momento, se había sumado ese año a la captura de Veytia.

La temperatura subía. La justicia lo investigaba. Pero Sandoval, aunque con creciente nerviosismo, decía que no iba a pasar nada, porque no le iban a probar nada. Tenía razón. En México no le hicieron nada, pero en Estados Unidos no lo dejaron en paz, como descubrió la semana pasada.

                                                         
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