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La polinización de las abejas en la producción agrícola nacional genera el 19.2 por ciento del valor total, pero los insectos enfrentan riesgos por los plaguicidas, la deforestación y el cambio climático. Tan sólo la mortandad de alrededor de 3 mil 600 abejas en Hopelchén, Campeche, detectada el 22 de marzo, a causa del insecticida fipronil, usado en cultivos de riego, ocasionó la pérdida de alrededor de 13 millones de pesos, sostuvo Remy Vandame investigador del Colegio de la Frontera Sur.
Benjamin Ye Acosta, apicultor de Campeche, tenía 120 colonias de abejas, quedaron 12 después de la mortandad, “prácticamente perdí todo y en esta situación hay varias comunidades”, luego de que ese día se encontraron a las abejas muertas, retorciéndose en el suelo.
Dijo que en la región los plaguicidas se usan sin control, sin horario, “hasta culpan al apicultor de poner los apiarios cerca de zonas de cultivo, pero ya estaban en esos lugares antes del desmonte y que ahí se hicieran las siembras; la región desde hace mucho se dedica a la apicultura. Se perdió el patrimonio de 80 apicultores, nos quedamos sin abejas, cosecha de miel ni recurso para sustentar a las familias”.
Se debe establecer un programa emergente de recuperación de colmenas, las familias dependían totalmente de esa actividad. “Los plaguicidas perjudican mucho a las colmenas, nos preguntamos ¿quién sigue después de ellas? Cuando estas sustancias se usan sin control ni horario, esos productos se aplican todos los días, toneladas y toneladas de químicos”, dijo durante el foro El Día de las abejas, que se conmemora el 20 mayo, convocado por la subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura (Sader).
Explicó que los estudios de Senasica detectaron la presencia del fetronil, altamente tóxico, en las abejas; el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua hizo pruebas al agua y en los pozos de las comunidades, salieron altos grados de contaminación, es un problema serio también para los humanos, “ahora se vio en las colmenas, después será en toda la comunidad”.
Mencionó que el titular de la Sader, Víctor Villalobos, dijo que el problema era la floración y que no era significativa la mortalidad de abejas, “para él no tiene importancia pero para los apicultores se pierde todo; no es mínimo para nosotros, era todo lo que teníamos”.
A nivel nacional el valor de la producción agrícola nacional en 67 cultivos vale 414 mil millones de pesos, el servicio de polinización vale 79 mil 441 millones de pesos, el 19.2 por ciento del valor de la producción agrícola nacional, sostuvo Vandame. Destacó que en los últimos 20 años, los casos de intoxicación fueron en cultivos de chile y soya, “si esto ocurre es por el uso de plaguicidas”.
Agregó que tan sólo en el chile verde, que se produce en la región, tiene un valor anual de 13 millones de pesos, y depende al 5 por ciento de la polinización de abejas, esto significa alrededor de 600 mil pesos.
Vandame precisó que lo que se perderá en producción agrícola en Hopelchén por la muerte de las abejas el 22 de marzo son 5 millones de pesos, 80 apicultores perdieron su trabajo, los jornales que se contratan equivalen a 13 mil días de trabajo y en cuanto a la producción de miel, son 5 millones de pesos.
Mencionó que las abejas de un apiario se mueven a unos 3 kilómetros de distancia, hay relación estrecha con cientos de agricultores vecinos, esto los hace muy vulnerables, y al mismo tiempo favorecen a alimentos como calabaza, sandía, vainilla, que tienen 90 por ciento de dependencia de las abejas.
Precisó que hay 25 especies de abejas en el mundo, en México están 2 mil 300, y 35 por ciento de las especies nativas están en riesgo de extinción.