*Samuel Liles, director de la división cibernética del DHS, reconoció lo sucedido en el Senado pero negó que esto haya influido en el triunfo de Trump para llegar a la Casa Blanca….
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WASHINGTON.- Un grupo de piratas cibernéticos conectados con el gobierno de Vladimir Putin lograron penetrar los sistemas electorales de 21 estados de la Unión Americana, entre ellos Arizona e Illinois, en el proceso de las elecciones presidenciales de 2016, reveló ayer un funcionario estadounidense.
El director en funciones de la división cibernética del Departamento de Seguridad de la Patria (DHS), Samuel Liles, descartó sin embargo que la injerencia de Rusia en los comicios haya tenido un impacto con el desenlace debido a que no eran sistemas de conteo de votos.
“Es importante hacer notar que ninguno de estos sistemas estuvo involucrado en contabilidad de datos”, dijo Liles al testificar ante el Comité de Inteligencia del Senado que examina el papel de Moscú en el triunfo del republicano Donald Trump.
“Esta actividad se caracterizó por hackers tratando de usar herramientas cibernéticas comunes para explotar las vulnerabilidades del sistema”, añadió el funcionario, quien reconoció que algunos de los sistemas fueron penetrados exitosamente por “actores cibernéticos del gobierno ruso”.
En una audiencia separada, el exsecretario del DHS, Jeh Johnson, responsabilizó directamente al presidente Vladimir Putin por los ataques cibernéticos dirigidos durante las elecciones estadounidenses, una acusación que el mandatario ruso ha negado repetidamente.
“El gobierno ruso, por instrucciones de Vladimir Putin mismo, orquestó ataques cibernéticos contra nuestra nación con el propósito de influir en la elección. Ese es un hecho, simple y llanamente”, destacó Johnson al testificar, por su parte, ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
“Ahora la pregunta clave para el presidente Trump y para el Congreso es ¿qué vamos a hacer para proteger al público estadounidense y a su democracia de este tipo de cosas en el futuro?”, añadió.
Johnson, junto con el entonces director de Inteligencia Nacional, James Clapper, hicieron pública en octubre pasado, un mes antes de las elecciones del 8 de noviembre, la acusación de la injerencia de Rusia en los comicios.
Las agencias estadounidenses subrayaron desde ese momento que, con base en la dimensión y la sensibilidad de las acciones de los piratas cibernéticos, sólo funcionarios de Rusia del más alto nivel pudieron haber autorizado tales actividades.
Aunque la acusación original de Estados Unidos no incluyó detalles, las filtraciones atribuidas a los rusos estuvieron relacionadas con la correspondencia interna del Comité Nacional Demócrata, según las cuales varios de sus funcionarios habrían favorecido la candidatura de Hillary Clinton en detrimento de Bernie Sanders.
Las filtraciones, que fueron hechas en julio de 2016 en medio de la realización de la Convención Nacional Demócrata en Filadelfia, causaron una revuelta de los partidarios de Sanders y motivaron la salida de la presidenta del Partido, Debbie Wasserman-Schulz.