Amenaza megaproyecto industrial a observatorio astronómico en Atacama

jornada.com.mx

La contaminación lumínica de un megaproyecto industrial amenaza los cielos más limpios del planeta en el desierto de Atacama, en el norte de Chile, uno de los sitios astronómicos de mayor calidad en la Tierra, alertó el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), organización encargada de la operación del Very Large Telescope (VLT).

En diciembre pasado, AES Andes, filial de la compañía estadunidense de electricidad AES Corporation, presentó para su evaluación de impacto ambiental el plan para un gran complejo industrial, que comprende más de 3 mil hectáreas, lo que se acerca al tamaño de una ciudad como Valparaíso, en Chile, o Garching, cerca de Múnich, en Alemania, advirtió el ESO, al cual se unió en una declaración el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), el radiotelescopio más grande del mundo, ubicado en la misma región del país sudamericano.

Los cielos oscuros sobre el Observatorio Paranal de ESO, hogar del VLT de ESO, ofrecen vistas impresionantes, tan claras y tan llenas de estrellas que casi se pueden tocar, se explica sobre las instalaciones a 2 mil 600 metros de altitud, ubicadas al sur de la ciudad de Antofagasta. Gracias a su estabilidad atmosférica y la ausencia de contaminación lumínica, el desierto de Atacama es un lugar único para la investigación astronómica, por lo que está en peligro un patrimonio irremplazable para la humanidad.

Los atributos de la zona son esenciales para la investigación científica que aborda preguntas fundamentales sobre el origen y la evolución del universo. Por ejemplo, cita el ESO, desde su inauguración en 1999 el Paranal ha propiciado importantes avances astronómicos, entre ellos la primera imagen de un exoplaneta y la confirmación de la expansión del universo.

De igual forma, el telescopio del Paranal fue fundamental para la investigación de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, a unos 26 mil años luz de nuestro planeta, al que se otorgó el Premio Nobel de Física en 2020 en reconocimiento a los astrónomos Reinhard Genzel y Andrea Ghez.

Este gran instrumento se compone por cuatro telescopios unitarios, cada uno con un espejo de 8.2 metros que funcionan de manera coordinada para producir algunas de las imágenes más nítidas del universo. Se suman otros cuatro telescopios auxiliares móviles, más pequeños, con espejos de 1.8 metros.

Muy cerca, en el cerro Armazones, actualmente se construye el Extremely Large Telescope (ELT), también del ESO, el telescopio más grande del mundo de su tipo, instalación revolucionaria que cambiará drásticamente lo que sabemos sobre nuestro universo.

Patrimonio natural de la humanidad

Itziar de Gregorio, representante del ESO en Chile, afirmó en un comunicado que este país, en particular Paranal, es un lugar verdaderamente especial para la astronomía: sus cielos oscuros son un patrimonio natural que trasciende fronteras y beneficia a toda la humanidad.

Por tal motivo, juzgó que es crucial considerar ubicaciones alternativas para el megaproyecto, con el fin de que no ponga en peligro uno de los tesoros astronómicos más importantes del mundo.

El ESO explicó que la reubicación del proyecto es la única manera eficaz de evitar daños irreversibles a los cielos únicos de esta zona. La medida no sólo salvaguardará el futuro de la astronomía, sino que también preservará uno de los últimos cielos verdaderamente transparentes de la Tierra.

Unos días después de la alerta que lanzó el ESO, se unió al llamado el ALMA y advirtió que preservar los cielos oscuros es un desafío global que afecta a todos los observatorios y a la capacidad de la humanidad para explorar el universo.

Este centro, localizado en San Pedro Atacama, emitió un comunicado en el que se manifestó en contra de la creciente amenaza de contaminación lumínica cerca de las instalaciones en el cerro Paranal y el ELT en la región de Antofagasta, en Chile, por lo que se sumó a sus socios AUI/NRAO de Estados Unidos, así como al NAOJ de Japón, en su apoyo al ESO de Europa.

El llano de Cjahnantor, donde se encuentran las instalaciones científicas y 66 antenas de alta precisión a 3 mil metros de altura, está en el desierto de Atacama, uno los más secos y altos de la Tierra. Estas características permiten que la luz llegue en forma de longitud de onda milimétrica y submilimétrica que viene del espacio, un recurso natural, escaso y precioso.

Por tal razón, el ALMA reafirmó la importancia de la colaboración para proteger este invaluable recurso.

                                                         
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