*En siete bolsas negras, con dos cuerpos destazados en su interior, una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación …
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VERACRUZ, Ver. (proceso.com.mx).- En siete bolsas negras, con dos cuerpos destazados en su interior, una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), según policías de la Fiscalía General del Estado, pidió al secretario de Seguridad Pública (SSP), Jaime Téllez, y al gobierno de Miguel Ángel Yunes “dejar de hacer pendejadas”.
Y agregó: dejen hacer a la delincuencia, lo que las autoridades “no hacen”.
El mensaje, en cartulinas fluorescentes verde y naranja, fue dejado en la calle Iturbide en el puerto de Veracruz la madrugada del miércoles 21, justo afuera de donde Téllez Marie tiene su despacho de litigante y cuya oficina ocupó antes de trabajar en el gobierno de Yunes Linares.
Dos días después, cuerpos destazados en bolsas negras y con el mismo mensaje de amenaza a las corporaciones de la SSP y al propio titular Téllez siguieron apareciendo en municipios como Amatlán de los Reyes, Córdoba, Poza Rica y Emiliano Zapata.
Este reto y desafió de la delincuencia organizada a la administración que sucedió al priista Javier Duarte –hoy preso en un cuartel militar de Guatemala y aguardando su extradición a México- tuvo respuesta inmediata de parte del llamado “gobernador policía” en la tarde-noche del mismo miércoles 21.
“Sabemos quiénes son y vamos contra ellos. Nunca aceptaríamos pactar contra la delincuencia. No nos amedrentamos frente a una banda de delincuentes, no vamos a mentirle a los veracruzanos, ha sido una tarea difícil y compleja, nos estamos enfrentando a delincuentes de alta peligrosidad. No damos paso atrás en la lucha contra la delincuencia”, expresó Yunes en el cuartel militar de La Boticaria, acompañando de mandos navales, castrenses y su gabinete de procuración de justicia y seguridad.
Ahí, anunció el reforzamiento de más elementos federales para Veracruz y el endurecimiento de las políticas públicas para exhibir y buscar delincuentes.
Yunes Linares presentó un grueso engargolado, de pasta negra, que hojeó delante de la prensa y en donde aseguró tener “identificados” a todos los integrantes de los “distintos grupos delictivos” que operan en la entidad y a los que irán enfrentándolos con la justicia –dijo- poco a poco.
De entrada, y emulando al expriista, Javier Duarte quien también prometió recompensas a quien entregara “información puntual” que llevara a dar con la captura de delincuentes, Yunes Linares prometió hasta un millón de pesos, total discreción y confidencialidad a quien entregara la ubicación exacta y datos puntuales para la captura de los jefes de plazas de organizaciones delincuenciales.
El techo financiero y la bolsa destinada para tal fin, el mandatario excusó, quedaría a competencia y solvencia de la propia Secretaria de Seguridad Pública (SSP), la cual maneja más de 3 mil millones de pesos de presupuesto anual, entre servicios personales, operatividad, capacitación e infraestructura.
El 4 de septiembre del 2014, la Gaceta Legislativa dio entrada a una iniciativa de ley del entonces gobernador Duarte, que decía al calce: “La recompensa consiste en una cantidad en numerario que se ofrece y, en su caso, se entrega en un solo pago o en exhibiciones periódicas, con cargo a la suficiencia presupuestal destinada por el Gobierno del Estado para dicho fin a quienes ayuden a la aprehensión, procesamiento y sentencia condenatoria de delincuentes”, según la adición de la fracción XIV al artículo 8 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de Justicia (PGJE).
El sistema de recompensas de Duarte resultó un fracaso, pues el propio fiscal General del Estado (FGE), Luis Ángel Bravo, admitió al final de su gestión que la gente no se atrevía a denunciar por miedo, desconfianza de la autoridad y que quienes lo hacían muchas veces daban información inexacta y muy débil.
“No pagamos ni una sola recompensa”, admitió un par de meses después de dejar el cargo.
Mutis a los cárteles…
De acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), con corte diciembre 2016 – mayo 2017, en lo que va del gobierno de 24 meses de Yunes Linares se han registrado mil 218 homicidios, de los cuales 413 han sido con arma de fuego, en la categoría de otros entran 707 homicidios, de los cuales el Secretariado Ejecutivo no desglosa cuantos entran en la categoría de cuerpos ejecutados abandonados a orilla de carretera, en exhumaciones clandestinas o desmembrados.
El propio Yunes Linares ha reiterado en diversas ocasiones de que el 70 por ciento de los homicidios dolosos que ocurren en la entidad se deben a “enfrentamientos entre ellos” por el control –dijo- de las actividades ilícitas.
El panista vanaglorió que van por “300 objetivos específicos” generadores de violencia e integrantes de varias organizaciones de la delincuencia organizada.
Un par de meses antes, aquí en Veracruz, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había hecho una afirmación similar: “Tenemos identificados a los criminales, y vamos por ellos. Los delincuentes que operan en esta zona van a encontrar una respuesta contundente de las instituciones”.
Al igual que el gobierno de Duarte, la administración de Yunes Linares y el titular de la FGE se muestran recios a poner nombres a las organizaciones delincuenciales que operan en la entidad; sin embargo, a través de lonas, narcomantas y mensajes enterrados en los cuerpos de sus víctimas, se ha logrado saber que el mapeo criminal ha venido cambiando su configuración.
Policías ministeriales inconformes con el nuevo gobierno también han venido filtrando datos a la prensa, en lo que llaman una nueva guerra “sin ton, ni son”.
En el sexenio del priista Fidel Herrera, Los Zetas ocuparon el mapeo criminal durante gran parte de su administración; sobre el ocaso, entró una organización denominada “Gente Nueva”.
Ya en el sexenio de Duarte, hubo entrada de nuevas organizaciones criminales: “Matazetas” y “La Nueva Empresa”, ambas escisiones del Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación, que vino a expandirse de norte a sur de Veracruz.
En el último trimestre del 2015 –revela una fuente de la FGE-, el CJNG hizo alianza con la organización Antrax y el Cártel de Sinaloa para expulsar a células de Los Zetas en el corredor industrial Córdoba-Orizaba, así como en la zona serrana que tenía rutas estratégicas de robo de combustible hacía Puebla y en la Cuenca del Papaloapan hacía Oaxaca, también con la finalidad de robustecer el robo de hidrocarburos.
“Se formaron varias bandas de Huachicoleros independientes”, además de las células criminales ya existentes.
“Con la deportación de El Chapo y la detención de Dámaso López, los reacomodos de plaza y los coletazos de violencia, pegan aquí y en todo el país”, explica la fuente.
Dicha aseveración se explica de la siguiente manera: Ocho ejecutados tan sólo el día 20 de junio en distintos puntos del estado; cinco más el día 21; tres el día 22. La mayoría de ellos con mensaje.
En Cosamaloapan, tres cuerpos mutilados y embolsados fueron dejados la madrugada del día 11 de junio. Un fin de semana anterior, hubo una docena de ejecutados en distintos puntos de la ciudad.
Dos días antes de las elecciones, siete bolsas con restos humanos fueron hallados en la localidad de Omealca. El término “embolsado” y “cuerpo desmembrado” se ha vuelto una cotidianidad de los reporteros de nota roja, pero también de información general.
Es más, el miércoles 14 de junio, en Acayucan, al sur de la entidad, un grupo delictivo rubricó varias lonas con la leyenda: “Ustedes ya saben”, en la que prometió acabar con ladrones de pipas de combustible, pero también con una célula de Los Zetas y mandos policiacos federales y navales que apoyan a esta organización.
La última afrenta del narcotráfico al titular de la SSP, Jaime Téllez, con el mensaje dejado afuera de su oficina, orillo al periódico Notiver, quien traía una línea de apoyo al gobierno de Yunes Linares, a titular a ocho columnas al día siguiente: “Se calienta la plaza”.
El rotativo Orale Jarocho, especializado en cobertura policíaca fue más elocuente y con una galería fotográfica de la ola de violencia tituló: “Desangra Veracruz”.
Esa madrugada, cuando los restos humanos fueron dejados en la oficina de Téllez, los primeros en llegar fueron representantes de la prensa, así como vecinos y curiosos. Pasaron cerca de quince minutos para que dos patrullas de la Fuerza Civil y una motocicleta de tránsito estatal se animaran a llegar y establecer un cordón de seguridad, relatan los vecinos de la calle de Iturbide.
“Unos curiosos que no eran de por aquí y un lavacoches tomaron fotos. Muchos vecinos cuando vimos de que se trataba, mejor nos encerramos en nuestras casas. Pasó más de media hora, eran casi las 11, cuando llegó periciales para levantar, en chinga, las bolsas con los restos”, soltaron.
Yunes Linares insiste que a partir de este miércoles irán apareciendo paulatinamente en televisión, radio y redes sociales las fotografías de los delincuentes detectados como “generadores de violencia” en el estado de Veracruz y por quienes las autoridades ofrecen una recompensa de un millón de pesos.
Además, deslindó que fue por ventilar los nombres de Arturo Pacheco “El Quino”, Alberto Hernández “El Power”, Valentín Zúñiga “El Pala” y Hugo Meneses “La Huga”, por la que tres empleados de publicidad fueron rafagueados la tarde del martes en la zona dorada de Boca del Río, y la misma por la que se intentó intimidar al titular de la SSP, de quien aseguró continuará en el cargo.
El gobernador aseguró que respetará la decisión de aquellos medios de comunicación que no quieran “difundir” los nombres y rostros de líderes delincuenciales por temor a represalias: “están en todo su derecho”,dijo, “pues la responsabilidad, la asumimos nosotros”.