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Así es el primer museo del cáñamo y la marihuana en México

En medio de la controversia sobre la legalización del consumo recreativo de la marihuana, en la nación latinoamericana ya existe una muestra dedicada a esta planta.

actualidad.rt.com

En un antiguo edificio en la que es considerada la calle más transitada de América Latina con el paso diario de 350.000 personas, en pleno corazón de Ciudad de México, se ubica el primer museo dedicado al cáñamo y la marihuana de ese país, donde continúa el debate legislativo sobre la posible legalización del uso lúdico y recreativo de la planta.

Se trata de una muestra reunida en 20 años con alrededor de 100 objetos, dispuestos en un espacio de aproximadamente 40 metros cuadrados, en el número 28 de la calle de Madero.El local abrió sus puertas al público de manera permanente en diciembre de 2018, casi un mes después de que una iniciativa de ley fuera presentada en el Senado mexicano por legisladores afines al presidente Andrés Manuel López Obrador, para regularizar el consumo, la comercialización y el uso de los derivados de la marihuana con fines medicinales.

Julio Zenil es el fundador del Museo del Cáñamo y la Marihuana, primero en su tipo en México, que tiene como objetivo educar a las personas en los diferentes usos de la planta. “Lo que pasa aquí es que los chavos tienen su primer contacto con la marihuana en la calle, en lugar de que primero les llegue la información y que puedan tener un consumo informado, sobre todo, cuando es un tema ilegal y no te quieres meter en problemas, pero ni siquiera las facultades de Medicina han tocado el tema de manera seria”, explica.

Semillas, proteína, leche y cervezas a base de cáñamo y marihuana. / Paola Morales / RT

Según el Reporte Mundial de Drogas 2018, realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU), México es el mayor productor de marihuana a nivel global, con 6.574.104 toneladas en 2016. Le sigue EE.UU., con 5.346.721 toneladas, y Marruecos, con 35.652 toneladas para el mismo año.

El museo, inspirado en los de Barcelona (España), Berlín (Alemania) y Montevideo (Uruguay, es el último intento de Julio por impulsar la educación respecto al uso del cannabis. En el año 2000 realizó el documental ‘Mundo Cannábico Europa‘, en el cual diversas personalidades expertas en el tema sostienen que el consumo de la planta no está asociado ni al crimen ni a la violencia.

Después vino la organización de la marcha por la despenalización, que se ha seguido realizando de manera regular en México. Además, desde hace 4 años, el país cuenta con la muestra ExpoWeed y la publicación de la revista Cáñamo, que enfrenta una controversia en la Suprema Corte al considerar que su contenido es “contrario a la moral pública y a las buenas costumbres”.

Consumo informado

“Yo fumé antes de tener información y debía haber sido al revés”, dice claramente Julio en un país donde parte de la población ha estigmatizado una planta sobre la que cada vez hay más evidencia de que, bajo supervisión médica, representa una opción en pacientes que no responden a terapias convencionales.

El cannabis contiene principalmente tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). El THC es una sustancia con efectos tanto benéficos como adversos para la salud de las personas. En algunos casos, como su consumo junto con otras sustancias y farmacéuticos, puede traer efectos no deseados en el cuerpo. Sin embargo, existen estudioscientíficos que demuestran que dichos efectos negativos son menores y menos peligrosos para la salud que drogas legales como el alcohol y el tabaco.

“Es parte de una campaña mediática que se ha implementado desde los Gobiernos, que es satanizar una planta que tiene miles de usos, el fumar es uno de ellos, y el gravísimo error que se comete es compararla con drogas como la cocaína”, abunda Julio.

Un espacio fijo

El Museo del Cáñamo y la Marihuana se promociona a través de redes sociales, además de tener deambulando por las calles del centro histórico de Ciudad de México a un chico disfrazado de la planta repartiendo publicidad.

Anteriormente, estuvo instalado por un par de meses en la colonia Roma de la capital mexicana. También tuvo una muestra itinerante en las cámaras de diputados y senadores de México “para educar a los tomadores de decisiones acerca de las bondades de la planta”, según señala Julio. “Creo que los legisladores, en general el Gobierno, si no ve un beneficio directo o la forma de tener el control de las cosas por completo, no va a regular su consumo. Y eso está perjudicando a muchas personas que realmente necesitan tratamientos”, afirma.

Reciben alrededor de 300 visitas al mes, entre niños y adultos. Son recibidos por Francisco Escalante, el joven guía que despliega ante su variopinta audiencia una explicación sobre las diferencias entre la marihuana y el cáñamo y que la planta tiene dos tipos: la variedad psicoactiva y la de bajo nivel de THC.

¿Hay un antes y un después en la gente luego del recorrido?, se le cuestiona a Francisco, quien por gusto propio comenzó desde muy joven a documentarse en el tema. “Sí, se sorprenden cuando ven las vitrinas o escuchan algunos datos, al menos les sembramos la duda de que la marihuana no es tan mala como se dice”.

La muestra está conformada actualmente por 100 piezas, divididas en materiales de construcción, papeles, materiales aislantes, bioplásticos, textiles, alimentos, cosméticos y medicamentos. Según expone Julio, busca “crecer el acervo, hacer una línea del tiempo de cómo es que el cannabis llegó a México y cuál ha sido su relación con el país. La idea es crecer, pero todo va acompañado de una inversión y pues esa la tenemos que trabajar poco a poco”.

Una imagen del primer museo de cáñamo y marihuana de México. / Paola Morales / RT

José tiene 24 años, es risueño y es de los pocos visitantes que se atreve a lanzar una pregunta con algo de vergüenza en su voz. “Sabía que existía el museo, pero no sabía dónde estaba ubicado, vine a una entrevista de trabajo, vi el letrero y quise entrar”, cuenta. “Al momento de entrar aquí no tenía muy claro qué era ni para qué se utilizaba la planta… recomendaría a la gente que viniera porque, al menos a mí, me quitó la idea de que si se legaliza su consumo va a haber mucha gente fumando en las calles con impunidad”, añade.

Mientras, en México, continúa el debate sobre el uso recreativo de la marihuana y recién se presentó una iniciativa en el Senado para regular el uso de cáñamo industrial derivado de la cannabis, bajo el argumento de que se reduciría la violencia en la lucha contra las drogas y se impulsaría al campo mexicano.

México produce 16.500 hectáreas de sembradíos de marihuana y, según cifras oficiales, se decomisaron 19.300 toneladas entre 2000 y 2015. Según datos del Atlas sobre Seguridad y Defensa, los grupos criminales pueden recibir hasta 105.120.000 de dólares (entre 1.000 y 2.000 millones de pesos) por la venta de marihuana sin semilla.

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