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Ciudad de México. En su proceso de selección de candidato presidencial, “Morena tiene que dar una lección de ética política”, y para garantizar equidad y transparencia a los aspirantes “sentémonos, conformemos un comité junto a la dirigencia del partido, caminemos en acuerdos, y pongamos reglas, limites, definamos hacia dónde queremos ir, cómo, con quién, con cuánto se puede hacer. Eso es lo único que pedimos”, coloca sobre la mesa Martha Lucía Mícher Camarena, integrante del grupo que acompaña al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, en su aspiración.
La senadora guanajuatense sostiene con claridad: “Estoy convencida de este proyecto, porque el gran sucesor del presidente Andrés Manuel López Obrador es Marcelo Ebrard. Entendemos que este proyecto de país lo tiene que encabezar él, con amplia experiencia, con gran trayectoria dentro y fuera del país, que ha definido políticas públicas extraordinarias”.
El sector que respalda al encargado de la política exterior, refiere Malú Mícher, entiende que el proceso sucesorio “lo abrió el propio Presidente, y nos dio la posibilidad, la libertad, de ir encauzando los esfuerzos hacia 2024”.
No obstante, el panorama ha resultado difuso para los interesados. Hace 15 días un grupo de personas que promueven el proyecto de Ebrard reclamó piso parejo, “sin señalar a nadie –no nos hemos atrevido a hacerlo–, son algunos hechos que se están extralimitando, y si hay reglas no las conocemos. Y para saber cuáles son, que haya un acuerdo entre todas las partes para tomar decisiones. Aspiramos a un trato equitativo, aspiramos a un trato igualitario, aspiramos a un trato democrático con límites claros, con reglas claras”.
Enfática como suele ser Mícher Camarena, dijo que desde ese grupo “haremos una propuesta, por supuesto estamos hablando de la encuesta. Lo que estamos pidiendo es una encuesta, un método cercano al que acordaron el presidente Andrés Manuel López Obrador y el propio jefe de Gobierno Marcelo Ebrard en 2011 (para definir al candidato presidencial del PRD). ¿Cuál fue el método?: el licenciado Marcelo Ebrard nombró una casa encuestadora y el licenciado López Obrador eligió una casa encuestadora, nombraron una tercera que coordinara los trabajos y definieron entre ambos las preguntas de la encuesta”.
En aquel entonces las preguntas fueron: ¿Cuál es su opinión hacia los personajes mostrados? ¿Por quién o quiénes nunca votaría? ¿Si los candidatos a la Presidencia fueran los siguientes (…) usted por quién votaría? ¿De un grupo de cinco por quién votaría? ¿A quién de los personajes que aparecen en la tarjeta preferiría como presidente? El resultado fue que López Obrador obtuvo el mayor número de votos en la quinta pregunta, una vez que ambos aspirantes habían empatado a dos con las primeras cuatro.
–¿Qué impide que haya un acuerdo?
–No, no vemos que haya impedimento. Lo que sí, es que no está siendo una contienda equitativa y entonces el juego de Juan Pirulero, que cada quien atienda su juego, ¡pues no!
–¿Que la dirigencia nacional los convoque?
–Sí, señor, que nos convoque a un comité. Que nos siente a todas las partes, a quienes aspiran.
–¿Qué implica su llamado a la unidad?
–Comparto lo que dijo el licenciado Ebrard: unidad es piso parejo, es un trato igualitario y respetar los resultados de las encuestas, un trato apegado a la ley interna. Así se construye con piso parejo, escuchando al pueblo y a la militancia y respetando el resultado de la encuesta. Piso parejo y transparente. No queremos más.