EE UU, China, España y otros países comienzan ensayos clínicos en pacientes con compuestos contra la malaria y el ébola
El mundo corre una carrera científica sin precedentes para encontrar tratamientos efectivos contra la enfermedad provocada por el coronavirus. Entre todos los fármacos de interés hay dos que están cobrando especial atención: uno es un medicamento genérico ya aprobado contra la malaria y el otro es un tratamiento experimental que se diseñó para combatir el ébola pero no llegó a tiempo de hacerlo. La nueva pandemia puede dar una segunda vida a estos dos compuestos.
El Ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha anunciado hoy que varios hospitales españoles van a comenzar dos ensayos clínicos con pacientes para demostrar la efectividad del remdesivir, un fármaco desarrollado por la farmacéutica estadounidense Gilead para tratar el ébola que aún está en fase experimental. Tres hospitales —La Paz, en Madrid, el Clínico, en Barcelona, y Cruces, de Vizcaya— han comenzado ya a reclutar pacientes y se espera que se sumen otros cinco en los próximos días: el 12 de Octubre y el Ramón y Cajal, en Madrid; el Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrid); el Carlos Haya en Málaga y el Vall d’Hebron en Barcelona.
La propia compañía fabricante está haciendo ensayos clínicos en humanos. Los primeros resultados se esperan a finales de abril. China realiza también dos grandes ensayos con este mismo antiviral comparando sus efectos en pacientes graves y moderados.
“Necesitamos saber cuanto antes si estos fármacos funcionan, pero no nos podemos apresurar, hay que esperar a tener los resultados”
Los esfuerzos actuales se basan en hallar compuestos que valgan tanto para curar a los casos más graves como para tratar a los más leves e intentar reducir la capacidad de transmisión del virus. En este objetivo es donde puede jugar un papel importante la hidroxicloroquina, basada en un fármaco que se usa contra la malaria desde hace décadas y que es relativamente barato. Esta molécula tiene un potencial doble efecto. Primero, es un antiviral que podría combatir directamente al SARS-CoV-2. Además tiene efectos antiinflamatorios, lo que podría mejorar los síntomas de los enfermos con peor pronóstico.
El presidente de EE UU, Donald Trump, sugirió el jueves que ambos fármacos están prácticamente aprobados para su uso. Pero el organismo responsable de aprobar los fármacos en ese país corrigió al presidente advirtiendo que, al igual que en cualquier otro caso, estas drogas deberán demostrar que son seguras y efectivas en ensayos clínicos y que, por ahora, no hay pruebas de que funcionen, según informó Bloomberg.
“Necesitamos saber cuanto antes si estos fármacos funcionan, pero no nos podemos apresurar, hay que esperar a tener los resultados”, explica a EL PAÍS Jakub Tolar, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota (EE UU), que promueve uno de los mayores ensayos clínicos del mundo con hidroxicloroquina.
El objetivo es demostrar si este fármaco puede evitar que una persona expuesta al virus desarrolle una enfermedad grave. En el ensayo, de fase III, la última necesaria antes de la aprobación de un fármaco, participarán 1.500 personas. Un grupo recibirá el derivado de la cloroquina y otro un placebo para comprobar si el fármaco es efectivo. “Esperamos tener resultados preliminares en unos 90 días”, explica Tolar. Si funciona, se activaría el proceso regulatorio de aprobación por parte de la FDA, al agencia del medicamento de EE UU. En este sentido Trump dijo ayer que su Gobierno intentará reducir al máximo la burocracia para poder aprobar los medicamentos que funcionen cuanto antes.
La idea detrás de estos dos fármacos, explica Tolar, sería dar remdesivir a los pacientes más graves y cloroquina de forma preventiva a los más leves o incluso a los contagios sospechosos no confirmados con prueba. En este aspecto se espera que la cloroquina sea capaz de detener el avance silencioso del coronavirus gracias a pacientes asintomáticos y evitar así nuevas explosiones de contagios. Un reciente trabajo publicado en Science demostraba que en la epidemia de Wuhan no se detectaron hasta el 80% de los casos y que fue este gran grupo de pacientes el que aceleró la explosión de la pandemia en China. Probablemente lo mismo sucedió en Italia y España. Por ahora no hay garantías de que estos tratamientos estén aprobados y listos para poder evitar que países como España alcancen su pico de contagios, advierte Tolar.
La idea detrás de estos dos fármacos sería dar remdesivir a los pacientes más graves y cloroquina de forma preventiva a los más leves
En España, el médico Oriol Mitjá explicó a El País que su equipo ha comenzado un ensayo similar con 3.000 participantes para probar si la cloroquina puede evitar la transmisión del virus por parte de infectados no confirmados. Por ahora llevan reclutados 300, explica a este diario el investigador. Añade que este fármaco podría ser especialmente útil en muchos países de América Latina donde el virus aún está por causar grandes epidemias como la de Europa. Este tipo de tratamiento también podría ser clave para proteger al personal médico.
Estos ensayos van en paralelo de los que buscan vacunas viables y que lideran EE UU, China y Alemania y que en el mejor de los casos tardarán unos 18 meses en poder tener un candidato listo para su uso generalizado. En España, el Ministro de Ciencia, Pedro Duque, ha informado este viernes de que el reciente paquete de financiación urgente para investigar tratamientos y vacunas contra la Covid-19 incluye modificaciones en la Ley de la Ciencia para agilizar el proceso de concesión de las ayudas de investigación y que estas lleguen “lo antes posible”. “La vacuna llegará y estará a disposición de los españoles”, ha asegurado.