Esta es la razón por la que los cárteles mexicanos han puesto sus ojos -dinero y violencia- en Ecuador, un país considerado ‘pacífico’ tan solo hace unos años.
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El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Sinaloa han convertido a Ecuador en una zona de guerra y han transformado al país sudamericano en una de las naciones más violentas del continente.
La situación ha llegado a tal punto que las autoridades locales afirman que Ecuador está “sometido a una ola terrorista sin precedentes” y han comenzado a barajear entre sus opciones utilizar permanentemente a las Fuerzas Armadas para combatir el crimen organizado y el narcotráfico.
“Las bandas criminales asociadas con el narcotráfico quieren apoderarse del Estado y tenerlo secuestrado, en una guerra sucia de la que no había antecedentes, pero que tenemos que afrontar”, dijo este martes Henry Cucalón, ministro de gobierno de Ecuador.
En solo dos años -entre 2020 y 2022- la tasa de homicidios de Ecuador aumentó 245 por ciento y alcanzó niveles comparables a los que registró Colombia durante el reinado de Pablo Escobar.
Gran parte de esta violencia se debe a la lucha de cárteles mexicanos por el dominio del transporte de cocaína desde los vastos y verdes campos de coca de Colombia, a través de Ecuador hacia Estados Unidos y Europa.
¿Por qué los cárteles están reclutando niños en Ecuador?
Esta ‘batalla’ requiere de ‘socios locales’, por lo que jóvenes ecuatorianos están siendo enviados a campos de entrenamiento –financiados por organizaciones mexicanas- para aprender a matar, según narcotraficantes entrevistados por VICE World News.
Para los cárteles mexicanos, mientras más jóvenes sean sus cómplices, mejor.
Los niños están siendo reclutados como asesinos porque bajo el sistema legal de Ecuador enfrentan relativamente poco tiempo en prisión si son atrapados.
Los carteles mexicanos han desempeñado durante mucho tiempo un papel de apoyo en el tráfico de drogas de Ecuador, pero ahora están tomando las decisiones, financiando la producción de cocaína por parte de grupos guerrilleros colombianos, pagándoles para transportarla a territorio ecuatoriano y luego contratando pandillas ecuatorianas para mover la cocaína a puertos y barcos en el mar.
Llenas de dinero en efectivo y armas, las pandillas ecuatorianas están librando una guerra de poder en nombre de los carteles y luchando por el poder entre ellas, convirtiendo al país en los nuevos campos de exterminio de América Latina.