Enclavada en el centro de la ciudad de Tijuana, cerca de negocios de carnitas, hamburguesas, mariscos, pizzas, menudo y birria, la funeraria Monte Ararat tenía cuerpos “en el suelo, sin ningún cuidado, sin ningún tipo de refrigeración, algunos de ellos con covid-19, en medio de dos carnicerías”, por lo que fue clausurada definitivamente, anunció el delegado federal en el estado, Jesús Alejandro Ruíz Uribe.
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A una semana de haber iniciado la revisión de empresas funerarias, las cuales habían sido denunciadas por incrementar abusivamente y sin justificación los precios de los servicios de cremación, el delegado reveló este día casos aún más graves, como el manejo inadecuado de cuerpos de fallecidos por covid-19.
“Donde comienza una nueva vida”, es el lema de Grupo Funerario Monte Ararat, que vendió el servicio de cremación sin tenerlo, y por ello “decidió colocar los cuerpos de los fallecidos en el suelo”.
“Ya se suspendió a Monte Ararat, no creo que jamás vuelva a abrir esta funeraria. (Tenía) un desorden que ya Cofepris ha puesto orden”, dijo el delegado, quien antes explicó:
“Hay funerarias que carecen de toda seriedad, que no tienen hornos crematorios, que han estado vendiendo el servicio, que lograron un convenio, fuera de la ley, con una empresa que sí tiene horno crematorio y lo que provocó es que se empezaran a acumular cuerpos que no pueden ser cremados, porque están en los patios de estas funerarias patito”.
El delegado informó que otras funerarias como De la Cruz, León, San Francisco, Bosco, Nueva Jerusalem y Cristo Rey, serán revisadas. “Vamos por ahí”, y que la primera clausura fue de Monte Ararat, la cual ofrecía el lugar “donde comienza una nueva vida”.