Luis Raúl González, presidente de la CNDH destacó que si la Guardia Nacional se integra y opera debidamente, ‘puede ser parte de la solución del problema, pero no es la solución en sí misma’.
La creación de la Guardia Nacional no representa por sí misma la solución a los graves problemas de inseguridad y violencia que atraviesan el país, afirmó ayer Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Durante su participación en el Congreso Nacional y Asamblea General Ordinaria de la Federación Mexicana de Organismos Públicos de Derechos Humanos, que se realizó en Zacatecas, Zacatecas, destacó que si la Guardia Nacional se integra y opera debidamente, “puede ser parte de la solución del problema, pero no es la solución en sí misma”.
El ombudsperson nacional subrayó, además, que si el país no cuenta con 33 fiscalías autónomas, “de poco servirá el combate a la impunidad”.
Mencionó que si bien puede justificarse jurídicamente la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de nombrar a un militar en proceso de retiro como coordinador nacional de la comandancia de la Guardia Nacional, que recayó en el general Luis Rodríguez Bucio, ello “no persigue el objetivo que se pretendía, que era que esta corporación tuviera un carácter de mando meramente civil.
“Es una perspectiva errónea centrar en el uso de la fuerza las esperanzas de que en México alcancemos verdadera seguridad y justicia”, abundó.
González Pérez recalcó que en la actual coyuntura, el problema no son las normas, sino el cumplimiento de las mismas por parte de las autoridades, sobre todo en violaciones graves a los derechos humanos, como la desaparición y la tortura.
Dijo que no necesariamente las decisiones adoptadas por el principio de la mayoría o con la simpatía popular son acordes con los valores constitucionales, ya que “los derechos humanos sólo pueden ser vigentes en el marco del Estado democrático de derecho”.
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