Colesterol alto: los primeros signos se manifiestan en manos y pies

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Tener el colesterol alto es el preludio de una condición conocida como hipercolesterolemiala enfermedad genética más frecuente, que ocurre cuando hay demasiada grasa (colesterol ‘malo’) en la sangre.

Se trata de una enfermedad que suele ser asintomática en los primeros años. Por eso no somos conscientes del peligro real que conlleva ir por la vida con las arterias obstruidas ni de todas las derivaciones que puede provocar, desde ataques del corazón a ciertos tipos de ictus.

Pero a pesar de que pertenece al grupo de enfermedades silenciosas, a medida que aumenta, el colesterol alto puede ir dejando algún rastro en nuestro cuerpo, tal y como recoge este artículo de Yahoo! Actualités.

Así que aunque normalmente no presenta un síntoma único y evidente (la única forma de saber con certeza si tienes colesterol alto es mediante un análisis de sangre o un pinchazo en el dedo), existen ciertos indicios de que los niveles de colesterol podrían estar por encima del límite aconsejable: 200 mg/dl, según el estudio ENRICA, uno de los principales trabajos en alertar de que la situación del colesterol en España es preocupante.

Como sabes, si hay demasiado colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad) en la sangre, puede provocar la formación de placas en las arterias, y a medida que esta se va acumulando, afecta a la circulación sanguínea, lo cual puede llegar a manifestarse de diferentes formas.

Los niveles constantes de colesterol alto pueden bloquear las arterias y restringir el suministro de sangre a los músculos de las piernas. Esto acaba afectando a los pies de múltiples formas: uñas quebradizas, dolor, entumecimiento, hormigueo... (Foto: Getty)
Los niveles constantes de colesterol alto pueden bloquear las arterias y restringir el suministro de sangre a los músculos de las piernas. Esto acaba afectando a los pies de múltiples formas: uñas quebradizas, dolor, entumecimiento, hormigueo… (Foto: Getty)

Algunas señales son tan sutiles que no las tenemos en cuenta porque ni siquiera reparamos en ellas y mucho menos las relacionamos con el colesterol. Monika Wassermann, directora médica de Olio Lusso, advierte sobre una de ellas: “Cuando tenemos el colesterol alto, las uñas se vuelven pálidas”, en unas declaraciones publicadas en el diario Express.

La decoloración no es el único signo de colesterol alto que puede aparecer en las uñas. Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés): las uñas de los pies quebradizas o las uñas de los pies que crecen lentamente también podrían indicar niveles altos de colesterol.

En concreto, más que un problema estético, las uñas de los pies quebradizas pueden ayudar a identificar la enfermedad arterial periférica (EAP), una afección causada por la acumulación de depósitos de grasa dentro de las arterias que a menudo se concentran en los pies.

Según la Fundación Británica del Corazón: “El colesterol alto puede retardar o incluso bloquear el suministro de sangre por todo el cuerpo, y cuando el flujo de sangre empeora, el cuerpo no puede suministrar suficiente sangre, nutrientes y oxígeno a la piel y los tejidos blandos. Esto suele afectar sobre todo a los pies, ya que están más alejados de los corazón”.

Aunque, como apunta el NHS, los síntomas de la EAP también tardan mucho en desarrollarse, a medida que avanza podemos empezar a notar algunas cosas inusuales en nuestras piernas que nos avisan de que algo no va bien. Por ejemplo, entumecimiento y debilidad muscular, pérdida de pelo en piernas y pies, y la posibilidad de que las uñas se vuelvan más quebradizas.

El dolor frecuente en manos y pies también puede ser una consecuencia del colesterol alto que obstruye los vasos sanguíneos de las extremidades. Igual que el hormigueo, pues las interrupciones del flujo sanguíneo producen esta sensación en las manos y en los pies.

Asimismo, los cambios en el color de las piernas indican que algo no va bien. La piel de las piernas puede volverse pálida o ponerse azul, o podría adquirir una apariencia brillante y escamosa. En los hombres, además, puede aparecer otro problema añadido: la disfunción eréctil.

Si observas cualquiera de estos síntomas, es importante buscar ayuda médica lo antes posible ya que de no ponerle remedio, podrían producirse heridas o llagas en los pies y las piernas, que no cicatrizan, e irse agravando hasta convertirse en úlceras o gangrena. Son los síntomas más graves, y los últimos en aparecer. A esto se le conoce como ‘isquemia crítica de las extremidades’, y el tratamiento rápido es esencial para tener la posibilidad de salvar la pierna.

“Si por casualidad detectas uñas pálidas u otros síntomas mencionados anteriormente, busca atención médica lo antes posible. Un análisis de sangre ayudará a determinar si el colesterol alto te está afectando o no”, concluye la Dra. Wassermann.

En el caso de que los valores sean más altos de lo normal, es muy probable que el médico aconseje realizar algunos cambios en el estilo de vida empezando por limitar la ingesta de alimentos de origen animal como el hígado y otras vísceras, y sustituirlos por carnes magras. De igual modo se recomienda reducir el consumo de yemas de huevo, camarones y productos lácteos elaborados con leche entera. Por descontado tampoco estarían permitidos los productos horneados, así como los alimentos procesados y fritos.

Por el contrario, se aconseja consumir alimentos con fibra soluble como la fruta y la verdura, que ayudan a aumentar los estanoles o esteroles vegetales, sustancias que reducen el colesterol. Pescados como el salmón, el atún y la caballa, junto a otros productos como las nueces y los aceites insaturados aportarán grasas saludables.

En cuanto al ejercicio, la Fundación Española del Corazón considera que “es la única manera que tenemos de aumentar el HDL o colesterol bueno, ya que no existen fármacos para ello. Al mismo tiempo, ayuda a reducir el LDL (colesterol malo) y los niveles de triglicéridos. Por eso es buena idea caminar, correr, coger la bicicleta o nadar a intensidad moderada al menos tres veces a la semana durante una hora, aunque si podemos aumentar la frecuencia, mejor”.

                                                         
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