Analistas apuntan a que el crimen dejó al descubierto nuevamente la rabia popular frente al negocio de la salud estadunidense.
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(Frances 24).- El asesinato del director de UnitedHealthcare (UHC), una de las aseguradoras médicas más poderosas de Estados Unidos, no solo desató el rechazo ciudadano, sino también una serie de críticas, sátiras e incluso bromas en las redes sociales sobre el sistema de salud. Analistas apuntan a que el crimen dejó al descubierto nuevamente la rabia popular frente al negocio de la salud estadunidense.
“Negar, defender, deponer”. Esas son las palabras que fueron grabadas en los casquillos que las autoridades neoyorquinas encontraron en la escena del asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, el pasado 4 de diciembre en Nueva York.
Esas tres palabras hacen referencia al libro ‘Retrasar, denegar, defender’, publicado en 2010 y que ahonda en una dura crítica sobre cómo las aseguradoras estadunidenses hacen supuestamente su negocio negando servicios de salud a la ciudadanía. Esas palabras también llevaron a apuntar al sistema como la motivación del tirador para cometer el crimen.
Este 9 de diciembre, las autoridades detuvieron a Luigi Mangione como sospechoso principal del caso. Mangione, de 26 años, es egresado de la Universidad de Pensilvania y es un férreo crítico del sistema de salud estadunidense, como revelan sus comentarios en redes sociales y las reseñas de libros en internet. Versiones en medios indican, además, que el joven tenía una historia personal con la negación de servicios por parte de la aseguradora.
Las redes se sacuden
El caso no solo ha causado conmoción por ser un acto de violencia, sino que generó una amplia reacción en redes vinculada con críticas al sistema sanitario.
Tras conocerse su identidad y perfil ideológico, las redes sociales se inundaron de comentarios que no solo no condenan las acciones del joven, sino que justifican el crimen.
“Sinceramente, sí, estuvo mal por su parte tomarse la justicia por su mano, pero el director general abandonó a sabiendas a quienes necesitaban la ayuda de sus seguros y estafó cientos de miles de dólares cada año, así que es tan culpable como su propio asesino”, escribió un usuario en X, respondiendo a una publicación sobre Mangione.
Aunque algunos critican la falta de empatía que se ha mostrado en redes sociales por el asesinato, parte de los internautas parece inclinado a justificar al sospechoso apuntando al descontento con el esquema de negocio de las grandes empresas de seguros en el país.
“Condolencias: denegadas”
“Retrasar, denegar, defender” también es una combinación de palabras que algunos abogados utilizan para describir las tácticas de las aseguradoras estadunidenses para negar la atención sanitaria a sus clientes.
Las denegaciones de reclamos médicos a aseguradoras se han incrementado un 31% de 2022 a 2024, según una encuesta realizada por Experian y citada por Reuters.
Con la entrada de la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible –popularmente conocida como ‘Obamacare’– en 2010, las aseguradoras comenzaron a implementar un proceso de preautorización en el servicio, que requiere examinar los procedimientos recomendados por los doctores antes de acceder a pagar por sus clientes.
“Cuanto más tiempo puedan retrasar y denegar la reclamación, más tiempo podrán retener su dinero y no lo pagarán”, explicó Lea Keller, directora del buffet de abogados ‘Lewis and Keller’, para AP.
Las grandes aseguradoras estadunidenses emitieron 47 millones de procesos de preautorización en sus servicios médicos de gestión privada para personas mayores de 65 años o personas con discapacidad, según un análisis de la empresa ‘KFF’. UnitedHealthcare, que facturó 100 mil 800 millones de dólares solamente en el tercer trimestre del año, rechazó 8,7% de las solicitudes.
“Se les niega el cuidado y luego tienen que pasar por un proceso de apelaciones que es increíblemente difícil de ganar”, destacó para la ‘BBC’ Unai Montes-Irueste, director de Medios de People’s Action, un grupo comunitario que organizó una manifestación frente a las oficinas de la UnitedHealthcare en julio pasado para expresar su descontento con las políticas de la empresa y la tasa de rechazo de solicitudes médicas por parte de sus clientes.
La preautorización y la complejidad burocrática que imponen las aseguradoras estadunidenses sobre sus clientes obstaculiza de sobremanera el acceso a la salud en el país.
Según una encuesta de la Asociación Médica Estadounidense, realizada en 2023, el 94% de los médicos reconoce que la implementación de la preautorización retrasa la atención médica, mientras que el 78% dijo que dicha acción lleva al abandono de los tratamientos.
Las trabas en el servicio, la tardanza en la aceptación de solicitudes y las enredadas políticas de cobertura de las aseguradoras han generado el caldo de cultivo para el nacimiento de una furia colectiva en las clases populares estadunidenses que, al vivir en un país que no provee servicio médico público de calidad, se ven forzadas a entrar en esquemas que privilegian las ganancias por encima de la salud.
Según datos oficiales, los ciudadanos estadounidenses pagan más por sus seguros médicos que cualquier otra sociedad en el planeta.
“UHC ha destruido muchas vidas y familias. Condolencias: denegadas”, comentó un usuario en un video en el programa ‘Today Show’ sobre el asesinato de Thompson.
El síntoma de una sociedad enfurecida
La reacción de parte de la ciudadanía al asesinato del director general de una de las aseguradoras más grandes de Estados Unidos es una muestra también de una apatía que apela al humor crudo en redes sociales. Pero, más allá, podría ser un síntoma más profundo en la sociedad estadounidense, relacionado con una furia popular en contra del deficiente sistema de salud, según analistas.
La comunidad virtual estadounidense se ha involucrado de lleno en el caso, mostrando cada vez más su molestia en contra del gran conglomerado empresarial que maneja el sistema de seguros en el país, algunos advirtiendo que lo que pasó con Thompson podría repetirse si no se cambian las políticas de sus organizaciones.
Algunas voces resaltan que la reacción general en torno a la muerte del director no responde a una falta de empatía generalizada en una sociedad a la que ya no le sorprende la muerte, sino más bien es una explosión de cólera contra un sistema sin rostro “que se ha aprovechado de la gente”.
“Y la lección que hay que extraer de ello no es: ‘Avergoncemos a la gente por celebrar un asesinato’. No, se trata de: ‘Fíjense en la rabia que siente la gente hacia este sistema que se ha aprovechado de la gente y hagan algo para intentar arreglarlo’.”, opinó Will Flanary, comediante estadunidense, para AP.
La conexión entre la muerte de Thompson, una falta de reproche al crimen y la irá popular contra el sistema de salud estadounidense es parte de un clima social cada vez más crispado dentro de Washington, que critica cada vez con más fuerza no solo a la sanidad, sino que a toda la estructura de poder económica que rige el país.