¿Como enfrentan los médicos residentes el COVID-19? Con becas de 1,500 pesos y jornadas de 24 horas

‘Todo lo que se ha dicho y se dice a diario en los medios es cierto, es real, vivimos en una situación de vulnerabilidad, somos cientos o miles, y sin protección’, dicen residentes.
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“Esto no es de ahora, hoy porque tenemos encima el COVID-19, pero desde siempre los médicos residentes somos utilizados por los sistemas de Salud privado y público como mano de obra barata, sin ningún cuidado, en malas condiciones de alimentación, con abuso en horarios y con un sueldo-beca que humilla”, relatan médicos residentes en formación en el Hospital La Raza.

“En la actualidad vivimos una situación tan triste y de muy alto riesgo por el coronavirus, que, a mí en lo personal, mis padres me recomendaron ya mejor dejar la carrera de manera temporal, en lo que pasa esta epidemia, porque no hay condiciones seguras para ejercer.

“Tienen miedo que algo me pase, y tienen razón, pues a diario les cuento lo que pasa en el hospital: las carencias, las prisas, la improvisación, el hermetismo, el caos; pero desde luego que no lo haré. Algunos sí están pensando ya retirarse, pero para eso estudiamos y yo aquí seguiré, si es que antes no nos infectamos, como varios compañeros, y nos mandan a casa de cuarentena”, exponen a El Financiero.

“Ya hay infectados, ya hay muertos aquí –un enfermero–, pero priva el hermetismo. Todo lo que se ha dicho y se dice a diario en los medios es cierto, es real, vivimos en una situación de vulnerabilidad, somos cientos o miles, y sin protección; ya hemos protestado en el hospital, en la calle, hemos enviado cartas, denuncias. Pero, repito, desde siempre al médico residente lo ven menos, aunque al estar aquí es porque fuimos aceptados por una institución de Salud, pública o privada, con un aval universitario, porque ya aprobamos una evaluación”, remarcan.

“Entendemos que cuando el residente es aceptado deberá regirse por las disposiciones jurídicas aplicables como profesional en formación, y también que deberá someterse a la normatividad institucional de la sede que lo acepta, por las disposiciones de la norma para residencias médicas y por los programas operativos y académicos; pero en general es un esquema muy injusto”, recalcan.

“Permanecemos hacinados en habitaciones de hospital, con mil o mil 500 pesos de beca y con una alimentación inadecuada, porque los horarios de comida son incompatibles con las jornadas académicas y formativas”, acusan.

“El médico residente labora las 24 horas del día sin procurarle una dieta en mejores condiciones; pareciera que este médico no es prioridad; una mala alimentación de cualquier trabajador genera baja productividad, lo que no ven las instituciones de Salud ni las universitarias”, anotan.

Los residentes insisten que “no es una inconformidad de hoy, por el COVID-19, no, nuestras protestas van desde hace años; desde la inseguridad pública fuera del hospital, como en muchos otros hospitales, hasta la falta de apoyos económicos”.

Recuerdan que hace tres años se manifestaron y cerraron avenidas como forma de protesta por el asesinato de uno de sus compañeros en un asalto a las afueras del hospital.

Carlos Cruz Salinas, de 28 años, originario de Oaxaca, fue asesinado tras sufrir un robo en la esquina de Calzada Vallejo y la calle Clave. “Hubo vigilancia unos días, después todo volvió a la normalidad: asaltos, robos de autos”, apuntan.

Destacaron que “hoy esa inseguridad es doble, porque se agrede a los médicos por hacer su trabajo; increíble, pero por atender a los infectados sus familiares te agreden dentro de los hospitales. ¡No puede ser!”.

                                                         
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