Un análisis publicado en la revista ‘Nature Research’ muestra que el COVID-19 se puede propagar a través de las partículas llamadas aerosoles.
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Parece que el nuevo coronavirus permanece en el aire de espacios concurridos o de habitaciones que carecen de ventilación, según han descubierto investigadores en un estudio que respalda la noción de que el COVID-19 puede propagarse a través de pequeñas partículas en el aire conocidas como aerosoles.
En dos hospitales de Wuhan, China, los investigadores encontraron fragmentos de material genético del virus flotando en el aire de los baños del hospital, un espacio interior lleno de personas y habitaciones donde el personal médico se quita el equipo de protección
El estudio, publicado este lunes en la revista Nature Research, no tenía por objetivo establecer si las partículas en el aire podían causar infecciones.
La cuestión de con qué facilidad puede propagarse el nuevo virus por el aire ha sido un tema de debate. La Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene que el riesgo se limita a circunstancias específicas, apuntando a un análisis de más de 75 mil casos en China en los cuales no se informó de transmisión aérea.
Pero a medida que el virus se propaga por todo el mundo y las infecciones se acercan a los 3 millones, los científicos están tratando de entender exactamente cómo ocurre la contaminación.
Las personas producen dos tipos de gotas cuando respiran, tosen o hablan. Las más grandes caen al suelo antes de evaporarse, causando contaminación principalmente a través de los objetos en los que se asientan. Las más pequeñas, las que forman aerosoles, pueden permanecer en el aire durante horas.
Los investigadores, liderados por Ke Lan, de la Universidad de Wuhan, instalaron unas denominadas “trampas de aerosol” en dos hospitales de la ciudad, y sus proximidades.
Encontraron pocos aerosoles en salas de pacientes, supermercados y edificios residenciales. Se detectaron muchos más en los inodoros y en dos áreas por las que pasaban muchas personas, incluido un espacio interior cerca de uno de los hospitales.
Se registraron concentraciones particularmente altas en las habitaciones donde el personal médico se quitaba el equipo de protección, lo que puede sugerir que las partículas que contaminan el equipo volvieron a volar cuando el personal se quitaba las máscaras, guantes y batas.
Las conclusiones destacan la importancia de la ventilación, la limitación de la concentración de personas y las medidas de higiene cuidadosas, insistieron los investigadores.