Toma nota porque entrevistamos a una especialista acerca del amor romántico y las consecuencias que ha tenido en un contexto de violencia de género como el que vive México
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Cenicienta tuvo que convertir una calabaza en carroza para conocer a su príncipe azul; Blancanieves cuidó a siete enanos y sólo así llegó con su amor ideal y Aurora esperó a ser despertada por quien se convertiría en su salvador, pero ¿todo eso es real?, ¿cuándo termina el “felices para siempre” e inicia la violencia de género?
El “amor romántico” y comportamientos que esta idea trae consigo como los celos o el control sobre la pareja pueden escalar a tal grado que llegan a expresiones de violencia de género extremas como el feminicidio. Según cifras de las Naciones Unidas, tan sólo en el año 2022 aproximadamente 89,000 mujeres y niñas de todo el mundo fueron asesinadas, en más de la mitad de los casos el responsable fue su pareja o un familiar.
Sumado a ello, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México “por cada 100 mujeres de 15 años y más que han tenido pareja o esposo, 42 de las casadas y 59 de las separadas, divorciadas y viudas han vivido situaciones de violencia emocional, económica, física o sexual durante su actual o última relación”.
Ante este panorama, en El Heraldo de México entrevistamos a Marilú Rasso Ibarra, directora ejecutiva de Espacio Mujeres para una Vida Digna de Libre de Violencia y quien tiene más 20 años dando atención a casos de violencia de género. Durante el encuentro, la especialista nos explicó qué es el amor romántico, sus mitos, consecuencias y sobre todo, cómo deconstruir esta idea de encontrar a tu otra mitad es lo más importante en la vida de una mujer.
¿Qué es el amor romántico?
Primero lo primero. De acuerdo con Rasso Ibarra, se conoce como “amor romántico” a la idealización de una forma de establecer relaciones afectivas —generalmente de pareja— que reproduce roles, estereotipos y mandatos de género. En este sentido, se romantizan actos como la dependencia, el control, el sacrificio o la sumisión como formas de amor.
Aunque en realidad se trata de un término que ha cobrado relevancia en épocas recientes, sus efectos han estado presentes históricamente. Tan es así, que Rasso Ibarra señala que esta forma de concebir los vínculos surge desde la formación de la familia como institución y la concepción de que las mujeres son “propiedad” de su pareja.
“El hombre tiene tierras, tiene hijos, tiene herramientas y tiene una mujer que se va encargar de ciertas funciones importantes: la procreación, los cuidados, la crianza y todas las labores que tienen que ver con el hogar y el bienestar de la familia”.
Desde ese punto se fueron fomentando ideas como la de que las mujeres deben conseguir al “mejor” de los esposos o que el día más feliz de su vida será cuando sean elegidas entre todas las demás para llegar al altar vestidas de blanco. Lo único malo es que ese cuento de hadas no siempre es como parece.
El amor romántico en el noviazgo
Marilú Rasso explica que desde muy pequeñas, a las mujeres se les educa para que “encuentren a su media naranja” y sean “felices para siempre”. Del lado opuesto, advierte que se señala a todas aquellas que no han encontrado a su complemento e incluso se les califica como personas “insuficientes”.
“Va ser señalada como que no es lo suficientemente bonita, atractiva o que a lo mejor es muy mandona o que tiene otras prioridades y se va a quedar sola y la soledad vista como una condena”.
Ante esta ola de ideas presentes en el imaginario colectivo y muchas otras que se reflejan en frases como “calladita te ves más bonita”, Rasso Ibarra explica que las adolescentes crecen con la intención de tener una pareja y hacer lo que sea necesario para permanecer con ella.
“Si algo no nos gusta, si nos sentimos incómodas, si vemos cosas que nos generan desconfianza, las justificamos y las minimizamos con tal de mantener a la pareja”.
Sólo que en ese “permanecer”, la directora ejecutiva de Espacio Mujeres para una Vida Digna de Libre de Violencia explica que el amor romántico ha creado toda una serie de confusiones en las relaciones. Una de las más frecuentes es la de pensar que el control y los celos son manifestaciones de amor cuando en realidad son actos de violencia.
De hecho, con base en datos de la Ecuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo (ENVI), en México, alrededor del 76% de las adolescentes entre 15 y 17 años han sufrido violencia psicológica mientras que el 17% han experimentado agresiones sexuales y el 15% físicas.
Del amor romántico a la desigualdad y la violencia
Ni en las películas ni en las novelas se habla de qué pasó después del día de la boda entre el príncipe y la bella princesa, pero en el mundo real, muchas veces la burbuja se llega a romper. Rasso Ibarra explica que las manifestaciones del amor romántico suelen ser el “caldo de cultivo” de varios tipos de desigualdad y violencia que se ejerce contra las mujeres: como pareja, como parte de la familia o en las actividades económicas.
Basta pensar en las desigualdades que se viven en las familias en la distribución de labores y tareas. De acuerdo con la Encuesta de Uso de Tiempo realizada por el INEGI, a nivel nacional las mujeres de 12 años o más trabajan 59.5 horas a la semana mientras que los hombres únicamente 53.3.
Lo anterior no es casualidad si se toma en cuenta que en muchos casos, las mujeres experimentan la llamada “triple jornada laboral”: sus actividades que son remuneradas, las tareas que realiza en el hogar y el cuidado que debe tener hacia con los hijos y los demás integrantes de la familia.
¿Cómo deconstruir el mito del amor romántico?
Desde el punto de vista de Marilú Rasso lo más importante para ir rompiendo el mito del amor romántico es cuestionarse constantemente si esta forma de pensar las relaciones realmente es amor o únicamente representa una manera de ejercer control sobre la otra persona.
Asimismo, la también documentalista y productora expresa que es necesario recordar que el amor romántico no conduce a relaciones libres y que todas las personas tienen derecho a establecer vínculos en los que se sientan plenas y felices.
Una recomendación adicional que hace la acompañante a mujeres víctimas de violencia de género consiste en que no dejen de tener redes de apoyo a lo largo de todos sus procesos. Aún así, si te interesa más sobre el tema puedes consultar libros como los siguientes:
- Mujeres que ya no sufren por amor de Coral Herrera
- Claves feministas para la negociación en el amor de Marcela Lagarde
- El fin del amor de Tamara Tenenbaum
- Todo sobre el amor de Bell Hooks
- Amores tóxicos, futuros imposibles: El vivir feminista como forma de resistencia de Irmgard Emmelhainz