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Familias mexicanas con parientes en Estados Unidos recibieron remesas entre enero y septiembre pasados por 21 mil 265.77 millones de dólares. Se trata de una cantidad no registrada hasta ahora para un periodo similar. En términos comparativos, por cada 10 dólares que ingresaron al país por esta vía llegaron seis por la exportación de petróleo crudo, de acuerdo con datos del Banco de México.
El monto de remesas entre enero y septiembre fue superior en 6.01 por ciento al correspondiente al mismo periodo de 2016 y representó un nuevo máximo histórico para los primeros nueve meses de un año, según los datos del banco central.
El anterior récord de remesas para los tres primeros trimestres de un año correspondía a 2016, cuando fueron de 20 mil 59 millones de dólares, de acuerdo con la información del Banco de México.
No obstante, el efecto combinado de mayor inflación respecto de 2016 y la apreciación del peso frente al dólar redujo el poder de compra de las remesas, una vez convertidas a moneda nacional, en comparación con el ejercicio previo, comentaron analistas.
En septiembre, las remesas fueron de 2 mil 349.2 millones de dólares, cantidad menor en 5.2 por ciento a la del mes precedente, y uno por ciento inferior a la de septiembre de 2016, informó el banco central.
El valor de las remesas entre enero y septiembre de este año superó en 59 por ciento al ingreso de divisas por exportaciones de petróleo crudo, que, en el mismo periodo, fueron de 13 mil 372 millones de dólares, de acuerdo con datos de Petróleos Mexicanos.
En términos reales, descontado el efecto de la inflación, el valor en pesos de las remesas fue menor en 13.5 por ciento, en comparación con septiembre del año pasado, con lo que se acumularon cuatro meses consecutivos de caída en el poder de compra, comentaron David Cervantes y Juan José Li Ng, analistas de BBVA Bancomer.
La caída en el poder de compra de las remesas, una vez convertidas a pesos, se explica por el crecimiento de los precios, que respecto de septiembre del año pasado representa un incremento de 6.4 por ciento, y a una apreciación del peso respecto del dólar en septiembre, cuando se dio la cotización más baja del año (promedio mensual de 17.80 pesos por dólar).
Dado que la economía de Estados Unidos, donde residen la mayoría de los migrantes mexicanos, se encuentra con indicadores macroeconómicos favorables y con relativamente bajas tasas de desempleo, estimamos que las remesas a México seguirán creciendo durante el último trimestre de 2017, específicamente en los meses de octubre y diciembre
, consideron los analistas de Bancomer.
En tanto, Alejandro Cervantes, analista de Banorte, opinó que hacia adelante el flujo de remesas seguirá determinado por el mayor dinamismo del mercado laboral en Estados Unidos y la política anti migratoria de la administración del presidente Donald Trump.