Un estudio hecho por Harvard que empezó hace 85 años revela si el dinero da la felicidad o si existe algo mucho más valioso en nuestras vidas, algo de lo cual a veces no somos conscientes.
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Por generaciones los seres humanos nos hemos preguntado si el dinero garantiza la felicidad, muchos han sido los estudios que han abordado el tema. Más recientemente un nuevo libro ofrece una respuesta con datos que lo respaldan, según informa Reuters.
Para Robert Waldinger y Marc Schulz, autores de “La buena vida”, el dinero no compra la felicidad y llegaron a esa respuesta a partir de las conclusiones del Harvard Study of Adult Development (Estudio sobre el desarrollo de los adultos), el más largo que se ha hecho en el mundo sobre la felicidad.
Desde 1938, el estudio de Harvard ha hecho un seguimiento de las personas –ahora hasta tres generaciones– para averiguar qué es lo que realmente contribuye a una vida satisfactoria y qué no.
La respuesta más compleja es que el dinero es obviamente una parte importante de nuestra vida cotidiana, pero hasta un cierto nivel de ingresos, después afectará nuestro nivel de satisfacción.
Hay un estudio muy conocido que indica que el bienestar emocional aumenta con los ingresos. Sin embargo, a medida que crecen los ingresos de una persona, su bienestar aumenta a un ritmo cada vez más lento. Y, cuando sus ganancias superan los 75,000 dólares al año (cerca de 1.5 millones de pesos), el bienestar deja de aumentar por completo, o sea, se estanca.
En esencia, el dinero cubre las necesidades básicas y ayuda a mantener a nuestras familias, pero más allá de eso no hay una correlación entre riqueza y felicidad.
En opinión de los especialistas financieros, la cuestión es no tratar el dinero como el objetivo final, sino como un medio para alcanzar un fin, para dar forma a una existencia con sentido.
“El dinero no puede comprarnos la felicidad, pero es una herramienta que puede darnos seguridad y una sensación de control sobre la vida”, dice Schulz, que también es profesor de psicología en el Bryn Mawr College de Pensilvania.
“Al fin y al cabo, la vida gira en torno a nuestras relaciones con los demás. Son nuestras relaciones las que nos mantienen felices”, afirma.
En resumen, esto es lo que nos dice el estudio más largo del mundo sobre la felicidad, nuestras vidas, nuestras carreras y nuestro dinero:
El éxito profesional no equivale a la felicidad
Como sociedad tendemos a imaginar que ser un gran triunfador resolverá todos nuestros problemas, pero no es así.
En el estudio de Harvard, afirma Schulz, la muestra de participantes con trabajos más prestigiosos y más dinero no eran más felices en sus vidas.
La idea de que nos sentiremos satisfechos persiguiendo un logro orientado al dinero –como un ascenso o simplemente generar más ingresos– empuja la felicidad hacia el futuro y siempre fuera de nuestro alcance.
De acuerdo con Schulz, “el problema de ese enfoque es que la vida pasa de largo”.
El “tesoro” de las relaciones que tenemos en la oficina
Sin duda uno de los grandes alicientes para laborar es el sueldo, pero tanto el libro de Waldinger y Schulz, como el estudio de Harvard, nos invitan a considerar también todas esas pequeñas interacciones diarias con la gente que te rodea en la oficina, ya que son muy importantes.
“Una gran parte de nuestra vida de vigilia la pasamos en el trabajo y si crees que las relaciones hacen una buena vida, entonces tienes que pensar en tus conexiones en el trabajo”, dice Schulz. “Esas relaciones son importantes para tu bienestar, porque pasas una gran cantidad de tiempo con ellas”.
Pero ¡ojo! También prepárate para la jubilación
La jubilación representa un riesgo importante para la felicidad y la autoestima de muchas personas. Muchos se identifican tanto con su carrera y su puesto de trabajo que la jubilación puede quitarles todo eso y hacerles sentir perdidos.
De ahí que los profesionales a mitad de carrera deberían prever ese cambio y empezar a construir un marco de vida con propósito, significado y redes fuera de la oficina. Eso implica dedicarse a nuevas actividades, recuperar viejas amistades o hacer voluntariado en sus causas favoritas.
“Las personas a las que les ha ido mejor en la jubilación son las que piensan en sus conexiones sociales y reconstruyen sus redes fuera del trabajo”, añade Schulz.
Valora más las experiencias que las cosas
Según las conclusiones del estudio más largo de la historia dice acerca del dinero, acumular más cosas no va a mejorar el medidor de la felicidad de una persona. Es mejor pensar en términos de experiencias.
“En lugar de comprar una casa más grande o un coche más bonito, si utilizas tu dinero para compartir experiencias con los demás, ese dinero te reportará más felicidad”, afirma Schulz.
También puede tratarse de unas vacaciones o de invitar a tu familia a una buena cena.
“Ése es el tipo de actividades que nos permiten conectar”, añade.
Haz un miniestudio de Harvard sobre ti mismo(a)
El Estudio de Harvard se lleva a cabo mediante una revisión ocasional de los encuestados (724 participantes originales, algunos de los cuales siguen vivos, y 1,300 descendientes) para que reflexionen y se autoevalúen. Se les pregunta: ¿Son felices?, ¿están donde quieren estar?, ¿hay aspectos en los que se están quedando cortos?
No hay razón para que tu también hagas lo mismo con revisiones periódicas. De ese modo, si tu carrera, tus amistades y tus finanzas no funcionan para darte una vida con propósito y sentido, ¡puedes ajustar el rumbo!
“Puedes ganar mucho si te examinas a ti mismo y averiguas si estás haciendo lo que es realmente importante para ti”, finaliza Schulz.