El 16 de junio de 2005 fue detenido en Culiacán, Sinaloa, acusado por el delito de lavado de dinero, pues se descubrió que había depositado 17 millones 293 mil 322 pesos en varias cuentas bancarias con prestanombres
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Pese a que Joaquín “El Chapo” Guzmán fue declarado culpable en febrero de 2019 de 10 delitos relacionados con el tráfico de drogas y lavado de dinero, y posteriormente sentenciado a cadena perpetua, la dinastía Guzmán Loera no deja de aparecer en los titulares.
En su más reciente columna para la cadena internacional Deutsche Welle, la periodista Anabel Hernández, quien ha investigado los nexos de políticos con narcotraficantes desde hace más de 17 años, reveló que operadores relevantes del gobernante Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se reunieron con Aureliano y Miguel Ángel Guzmán Loera, el Guano y el Mudo, hermanos del Chapo, así como con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los chapitos, para asegurar la gubernatura de Rubén Rocha Moya, actual gobernador de Sinaloa, y algunas presidencias municipales en la entidad.
En el caso de los hermanos del capo, la periodista apuntó que ambos sostuvieron una reunión con políticos de Morena en la casa de la madre del Chapo, María Consuelo Loera, en el poblado de la Tuna, en Badiraguato. Allí, según Hernández, los hermanos de Joaquín Guzmán, que representan otra dirigencia del Cártel de Sinaloa, conversaron con José Paz Elenes, quien contendió abanderado por Morena-PAS (Partido Sinaloense), y resultó vencedor.
El Mudo, once años menor que el Chapo, fue vestido a la reunión con pantalones de mezclilla, camisa fajada, zapatos elegantes de vestir y “una llamativa pluma Mont Blanc”, describió la autora de libros como Emma y las otras señoras del narco y El traidor: el diario secreto del hijo del Mayo.
El hermano silencioso
Poco se sabe sobre los primeros años de El Mudo. Sin embargo, el 16 de junio de 2005, cuando tenía 34 años, fue detenido en Culiacán, Sinaloa, acusado por el delito de lavado de dinero, pues se descubrió que había depositado 17 millones 293 mil 322 pesos en varias cuentas bancarias con prestanombres para “ocultar el origen presumiblemente ilícito de los recursos, producto del narcotráfico”, señaló en ese entonces la Procuraduría General de la República (PGR). El Mudo era responsable de comprar inmuebles para que fueran utilizados como casas de seguridad, así como de adquirir vehículos para ser empleados por integrantes del Cártel de Sinaloa.
Al momento de su detención, en el restaurante Tai Pak, en el centro de Culiacán, donde celebraba la fiesta de 15 años de una de sus hijas, Miguel Ángel Guzmán Loera llevaba un arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas, y en 2008, el Tribunal Unitario del Segundo Circuito confirmó la sentencia de 13 años y 3 meses de cárcel, además de 2 mil 386 días de multa, por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita y portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
El hermano de El Chapo intentó obtener la libertad anticipada debido a que nunca había sido acusado de delincuencia organizada, pero la justicia federal le negó el amparo que promovió. Sin embargo, a través de un recurso legal, consiguió que su sentencia fuera reducida a 11 años, 4 meses y 11 días de prisión.
Mientras estuvo en prisión, El Mudo estuvo recluido por algún tiempo junto a su hermano Joaquín en el Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “El Altiplano”, ubicado en el Estado de México, a donde el Chapo llegó, por segunda vez, en febrero de 2014. Sin embargo, solo un año después el narcotraficante protagonizaría la más espectacular fuga de una prisión de máxima seguridad mexicana a través de un narcotúnel cuya extensión fue de un kilómetro y medio, con 1.7 metros de alto y 80 centímetros de ancho.
El 29 de abril de 2017, dos años después de la espectacular fuga y ocho meses después de la recaptura de El Chapo, que devendría en su extradición y posterior juicio a Estados Unidos, El Mudo recuperó su libertad. Ante la pregunta expresa de si corría el riesgo de que regresara a las actividades delictivas por las que fue condenado a prisión, el ex procurador de la República Raúl Cervantes le dijo al periodista Carlos Loret de Mola: “Yo espero que no. Tendríamos que hacer inteligencia y volverlo a detener, pero ya cumplió con la justicia”.