Se calcula que anualmente se pierden 60 mil hectáreas de selva, en parte por las 42 mil hectáreas de soya transgénica que se han sembrado en 2018, lo que reduce el área de pecoreo para la apicultura y los espacios de anidación para las abejas.
Jornada.com.mx | Ciudad de México. Tan sólo durante 2018 unas 326 colonias de abejas murieron en Yucatán y Quintana Roo por causas ligadas a fumigaciones aéreas, por lo que en el marco del Día Mundial de las Abejas que se celebra mañana, la “Alianza Maya por las Abejas de la Península de Yucatán” (Kaab Na ́alon), que integra alrededor de 25 mil apicultoras y apicultores de la región y organizaciones aliadas hicieron un llamado a las autoridades del país y particularmente de la Península de Yucatán para que tomen acciones expeditas para poder salvar las abejas y los polinizadores ante las crecientes amenazas que enfrentan.
En un comunicado advirtieron que es una grave amenaza el incremento exponencial de la deforestación en la Península de Yucatán, pues se calcula que anualmente se pierden 60 mil hectáreas de selva, en parte por las 42 mil hectáreas de soya transgénica que se han sembrado en 2018, lo que reduce el área de pecoreo para la apicultura y los espacios de anidación para las abejas.
Señalaron que el l75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en parte de la polinización (3 de cada 4 cultivos), el 40 por ciento aproximadamente de especies polinizadoras de invertebrados, especialmente abejas y mariposas, “no se ha tomado conciencia de la gravedad de la disminución de sus poblaciones y en consecuencia tampoco se ven acciones contundentes para atender esta problemática”.
Los polinizadores enfrentan procesos de extinción, amenazados por una variedad de factores,“su declive se debe principalmente a los cambios en el uso de la tierra, las prácticas agrícolas intensivas y el uso de plaguicidas, las especies exóticas invasoras, las parásitos y enfermedades y el cambio climático”, recordaron los apicultores.
Plantearon que a corto plazo, el primer paso es prohibir los plaguicidas tóxicos para las abejas como son los neonicotinoides, el fipronil y otros insecticidas, debiendo hacer estrictas evaluaciones de riesgos de los agroquímicos en términos de impactos medioambientales y afectaciones a los ecosistemas, incluyendo flora y fauna.
Por otro lado, deben ponerse en marcha planes integrales de acción para salvar a las abejas y otros polinizadores. La solución definitiva es la adopción de la agricultura ecológica como única vía para una producción de alimentos respetuosa con todos los habitantes del planeta. La agricultura ecológica garantiza una producción sana y sostenible, ya que protege el suelo, el agua y el clima, promueve la biodiversidad, no contamina el medio ambiente con agroquímicos ni transgénicos y respeta la salud de las personas.
Indicaron que se calcula que a nivel mundial existen 20 mil especies de abejas silvestres, de las cuales el 10 por ciento existen en México. Además la apicultura constituye una importante fuente de ingresos para la economía campesina y es un elemento importante en el modo de vida campesino. Por otro lado, las abejas nativas son una parte fundamental de la cosmovisión de muchas comunidades indígenas, como lo es para los pueblos mayas, los cuales llaman Xunán Kab (“la señora abeja”) a la abeja sin aguijón Melipona beecheii.
En México hay 1.9 millones de colmenas de abejas Apis mellifera a cargo de 42 mil apicultores que en promedio producen 55 mil 900 toneladas de miel con un valor estimado en mil 900 millones de pesos anuales. Las principales entidades productoras son: Yucatán con 10 mil toneladas, Campeche con 7 mil 500 y Jalisco con 6 mil 140.