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Ciudad de México. En el fin de Semana Santa, en el que se conmemora la resurrección de Jesucristo en la religión católica, la Arquidiócesis de México que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes pidió ayudar los necesitados, “mantener la unión familiar”, hacer el bien en el trabajo y “poner de nuestra parte para ofrecerle un mejor país a las generaciones que vienen”.
“Es momento de caminar bajo la luz de Dios, de salir a las calles y ofrecer nuestra ayuda, construir ladrillo sobre ladrillo una vida empática con las necesidades de los demás y un testimonio que siga el ejemplo de Jesús”, destacó en la editorial que publica en el semanario Desde la Fe.
En el marco “de la celebración más importante de nuestra fe, podemos quitarnos los miedos estériles y salir, con espíritu renovado y alegre, a dar testimonio de Jesús resucitado en los lugares en los que más nos necesitan, entre las personas que requieren de nuestro apoyo, en mantener la unión familiar, en hacer el bien en nuestro trabajo y en poner de nuestra parte para ofrecerle un mejor país a las generaciones que vienen”, expuso.
La Iglesia en la capital del país señaló que esta conmemoración “nos invita a cambiar de mentalidad y dejar el pesimismo atrás, ya que sabemos que la muerte, la soledad y el miedo no son la última palabra, pues hay una palabra que va más allá: Cristo, palabra eterna del padre, que está vivo y presente en nuestra vida y en el mundo”.
Por otra parte, en la misa de resurrección, celebrada en la Catedral Metropolitana, el arzobispo primado de México, Aguiar Retes dijo que la Iglesia surgió “para continuar generando la nueva levadura de la sinceridad y la verdad”.
Esta Institución, añadió, “es portadora de levadura que transforma el estilo de vida de la sociedad. Por ello su misión es dar a conocer a a Jesucristo, palabra del padre, que comunica la fuerza del Espíritu Santo para mover el corazón del hombre y convertirlo en un corazón de carne que comprenda y entienda a su prójimo”.
Entre las intenciones pronunciadas, se pidió por “los hermanos cristianos” de Sri Lanka “que hoy han sufrido la persecución y el martirio”. Ello por los atentados a cuatro hoteles y tres Iglesias católicas en las que se celebraba la Pascua, dejando más de 200 muertes y 450 heridos.
También se oró por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes “y el pueblo fiel”. Y para que la renovación “llegue especialmente a todos los que sufren, a los más pobres, a quienes se les ha negado el acceso a la justicia y a sus derechos más fundamentales como la vida desde su concepción y hasta su muerte natural”.