Carlos, que se aloja en la casa del migrante de Cd. Juárez, es una de estas personas cuya cifra supera 59% previsión mexicana de retornados
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CIUDAD JUÁREZ. Maíz, frijol y arroz mantuvieron por años a Carlos y a su familia en su natal Tegucigalpa, Honduras, cuando aún ejercía el comercio.
Hoy, a miles de kilómetros de su país, de donde huyó por la violencia, la esperanza es su principal sustento. Se encuentra en Ciudad Juárez en espera de la respuesta de Estados Unidos (EU) a su solicitud de asilo.
Es una de las 84 mil 583 personas que el gobierno estadounidense envió a México, como parte del Protocolo de Protección de Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), durante 2019, cifra que supera 59 por ciento la proyección que en junio del año pasado consideró el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.
En esa ocasión —el 12 de junio, cuando corría en nuestro país el plazo de 45 días impuesto por Donald Trump para detener el flujo de extranjeros, con la amenaza de elevar los aranceles—, el subsecretario estimó que serían 50 mil las personas que enviarían a la frontera a esperar la respuesta a la solicitud.
Carlos fue enviado a Ciudad Juárez el 11 de febrero y espera en abril la audiencia para ver si le dan asilo. Él ingresó a EU el 4 de febrero y estuvo cuando menos siete días en la “hielera”, como migrantes y organismos no gubernamentales nombran a las celdas de detención donde la Patrulla Fronteriza los retiene mientras se define si podrán solicitar asilo. Se caracterizan por ser frías y pequeñas.
Aunque están definidos seis puntos de internación de migrantes, por Ciudad Juárez ingresa el mayor número de extranjeros del MPP, con 29 mil 891 casos, seguido de El Chaparral, en Tijuana, con 12 mil 270, y en tercer lugar Matamoros, con 17 mil 121 migrantes.
En las cifras oficiales del Instituto Nacional de Migración, destaca que un tercio de los solicitantes de asilo en EU que esperan respuesta en nuestro país son niños; es decir, 27 mil 992 menores de edad, 33 por ciento del total.
El programa para enviar a solicitantes a México inició el 20 de enero de 2019. Ese año, la cifra fue de 84 mil 583, cifra a la que hay que sumar mil 959 casos más que se dieron en enero de este año.
“ESTABA EN PELIGRO MI VIDA”
“Es bastante duro venir hasta aquí”, dijo Carlos, quien en la Casa del Migrante de Ciudad Juárez espera su cita de la corte estadounidense.
A sus 24 años, se negó a pagar extorsión a la MS13, pese a que fue víctima de dos intentos de homicidio, luego de atreverse a denunciar a los delincuentes por defender su patrimonio: un puesto de granos.
“No puede tener un negocio alguien porque ya le están cobrando extorsión y cobran más de las ganancias que genera el negocio. Estaba en peligro mi vida y tomé la decisión de venirme”, contó.
La pobreza y el deteriorado tejido social de su país lo convirtieron en migrante. Salió de Honduras hace tres meses. Montando trenes, logró, aun como polizón, burlar retenes militares, maquinistas y bandas organizadas de secuestro.
“Uno queda en la nada y aguantando hambre, se ayuda de las personas”, mencionó el hondureño, quien espera que el próximo 18 de abril el país norteamericano por fin le abra la puerta y espera que el proceso de su atención en su próxima cita sea distinto al que experimentó cuando estuvo en la “hielera”.
“Me dijeron que les explicara, pero realmente ahí no lo dejan a uno explicar bien la situación, tal como es. Ahí le hacen las preguntas, tiene que llamar uno a un familiar allá para decidir ellos”, dijo.
Precisó que es consciente de la posibilidad de que al final no le aprueben. Por eso, instó a sus paisanos a pensarlo muy bien antes de tomar la decisión de emprender un viaje hasta la frontera.