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Fenómenos como las danas, quizá no tengan que ver con el cambio climático

jornada.com.mx

Existe un acervo importante de investigaciones en torno a los fenómenos metereológicos conocidos como bajas segregadas o depresiones aisladas en niveles altos, pero aún hace falta indagar más sobre el impacto del cambio climático en su frecuencia y severidad, así como su interacción con otras variables como las temperaturas de la superficie del mar y la topografía local, indicó Víctor Manuel Torres Puente, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICACC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista con La Jornada, el experto consideró que antes de atribuir esos acontecimientos de forma categórica a la degradación ambiental, debe considerarse que hay eventos de esta naturaleza que se repiten cada 50 años, quizás estamos frente a fenómenos con tiempos de retorno muy grandes y no tiene que ver con cambio climático.

Advirtió que la mayoría de los estudios se han concentrado en el Mediterráneo, dejando un vacío sobre cómo las danas podrían afectar otras áreas en el futuro, como el norte de África, el sur de América y algunas zonas de Asia.

“Aunque estas tormentas son típicas de las estaciones de otoño e invierno, vemos que se están haciendo muy comunes. ¿Se puede asociar directamente al cambio climático o a un calentamiento global? No se puede comprobar todavía, porque para cada evento extremo que tenemos se necesita un estudio de atribución climática, y eso lleva tiempo.

Aunque es posible que el hecho de que el océano Atlántico presente una elevación en dos grados en su temperatura esté jugando un rol principal en este tipo de sucesos, añadió el meteorólogo.

Torres Puente explicó que las bajas segregadas se presentan cuando una masa de aire frío se desprende de la corriente en chorro (un flujo rápido de aire en la atmósfera superior) y queda aislada en niveles altos de la atmósfera.

Para que una dana se genere, resaltó el especialista, es importante que exista un contraste de temperatura en el océano, entonces, esa anomalía de más de 2 grados centígrados en el Atlántico podría estar provocando que este tipo de tormentas se intensifiquen más.

En un artículo de la revista UNAM Global se informa que la Sociedad Meteorológica Estadunidense (AMS) hizo un estudio reciente sobre el aumento de las depresiones aisladas en niveles altos y su relación con el cambio climático. En el texto, se mencionó que las danas han aumentado desde 1960. Entre las más recordadas se encuentran la de 1973, que afectó a provincias como Almería, Granada y Murcia; y la de 1962 en Barcelona, que provocó entre 600 y mil fallecidos.

Para detectar y monitorear una baja segregada se emplean varias tecnologías y técnicas que permiten localizar y seguir la evolución de estos acontecimientos en tiempo real. Una de las herramientas principales son los satélites, que proporcionan imágenes de la atmósfera y son esenciales para identificar y observar su desarrollo.

Aunque también se usan los radares meteorológicos, las estaciones en tierra, boyas en el mar y globos, que recopilan datos sobre la presión atmosférica, temperatura y humedad, para rastrear las precipitaciones intensas y localizar zonas de alta inestabilidad atmosférica asociadas con una dana.

El especialista detalló que una baja segregada es altamente predecible, se puede ver con hasta seis días de anticipación, y esa condición se va actualizando. Eso fue lo que ocurrió el año pasado con la dana que azotó en octubre la comunidad de Valencia en España: los sistemas de monitoreo la detectaron días antes. Incluso, en la zona de Marruecos y Argelia dejó lluvias intensas; y otra, en septiembre, tuvo lugar en la parte norte de África.

Las danas ocurren en niveles altos de la atmósfera, aproximadamente entre 5 mil y 10 mil metros de altitud, en países como España, Italia y Grecia.

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