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Aun cuando México se ha consolidado en las pasadas dos décadas como la segunda nación de producción científica en América Latina –después de Brasil–, y ocupa hoy el número 28 a escala global, para mejorar estos índices es indispensable implementar una política integral en materia de ciencia y tecnología, mantener en el tiempo el apoyo e inversión a estos rubros, y sin recortes en el presupuesto
, señala el informe Principales Indicadores Cienciométricos de la producción mexicana 2018.
Presentado en la sede de la Academia Mexicana de la Ciencias (AMC), el informe, elaborado por el grupo Scimago Lab, señala que menos de 2 por ciento de la producción científica publicada en revistas internacionales corresponde a investigadores de la iniciativa privada, 20 por ciento pertenece a la estructura gubernamental, y la carga fuerte corresponde a instituciones de educación superior, donde la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) ocupan los primeros sitios.
Félix de Moya-Anegón, fundador de Scimago Lab, destacó durante la presentación del reporte también una tendencia de descentralización nacional en la producción científica entre 2003 y 2018. Dijo que hace 15 años 55 por ciento de dicha producción se concentraba en la Ciudad de México, mientras que para el año pasado fue de 45 por ciento, con una mayor participación de entidades como Nuevo León, Puebla, estado de México y Jalisco. Esto no significa que la capital del país produzca menos conocimiento, sino que otras entidades lo están haciendo bien
, manifestó.
El estudio de 123 cuartillas presenta las principales tendencias de la actividad científica de México, por medio del análisis de diferentes indicadores de producción, visibilidad, impacto, colaboración y excelencia, comparado con otras naciones, pero también presenta un reporte detallado a escala nacional de las 32 entidades.
A escala regional, el estudio, muestra que hay una enorme concentración de producción científica en América Latina, pues Brasil genera 60 por ciento de esta producción, que se explica por el tamaño del país y porque es el único de la región que está invirtiendo 1.27 por ciento de su producto interno bruto (PIB) en ciencia.
Pero también evidencia que México ha crecido significativamente. De Moya-Anegón señaló que a escala mundial, entre 2003 y 2018 y sobre todo entre 2013 y 2018, la nación pasó de producir .07 por ciento del conocimiento global en ciencia a uno por ciento.
Asimismo, el estudio revela que las principales áreas de producción científica del país están en medicina, ingeniería, bioquímica y biología genética, ciencias biológicas, física y astronomía, y ciencias de la Tierra.
En el inicio de la sesión, la coordinadora general del Foro Científico Científico y Tecnológico, Julia Tagüeña, reconoció que es vital conocer con base en criterios internacionales cómo está colocado México y saber cuáles son los retos del futuro.