La transmisión en vivo del juicio y su mediatización permitieron validar la experiencia de Johnny Depp e invisibilizar la de Amber Heard, dice Alejandra Collado, investigadora del CIEG de la UNAM.
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“Si vives o has vivido violencia por parte de tu pareja, olvídate de denunciar porque te vamos a juzgar, a culpabilizar, a ridiculizar y nadie te va a creer”: tal es el mensaje que envía el fallo en favor del actor Johnny Depp en el juicio contra su exesposa, Amber Heard.
Así lo considera Alejandra Collado, investigadora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), de acuerdo con una nota publicada en la Gaceta UNAM.
Durante el llamado “juicio del año”, explica Collado, se mostró vulnerado y eclipsado el derecho a denunciar, a nombrar la violencia o a levantar la voz ante la agresión vivida.
Juicio de Johnny Depp contra Amber Heard, un reality show
La especialista considera que la sociedad no ha entendido las desventajas que hay para las mujeres que denuncian a figuras de poder, y las ventajas estructurales, mediáticas y económicas que sí tienen los hombres, como las que tuvo el actor.
“La transmisión en vivo del juicio como si fuera un reality show y la mediatización del caso fungieron como dispositivos de poder para validar la experiencia del actor e invisibilizar o invalidar la de ella. Aunado a esta estructura desigual entre géneros, se ridiculiza y revictimiza hasta la invisibilización la violencia vivida por ella. Entonces, todo se convierte en una suerte de plaza pública digital en la que cualquiera tiene que emitir una opinión porque es el tema en boga”.
Ante un asunto de índole pública, los usuarios de internet polarizan y espectacularizan una problemática en la que, por lo menos en México, tiene un saldo de 10 mujeres víctimas de feminicidio al día, siendo mayormente parejas o exparejas sentimentales quienes cometen el delito, dice Collado en la entrevista para la publicación universitaria.
Un golpe para el #MeToo
La investigadora del CIEG explica que el #MeToo fue y es un movimiento político para nombrar la violencia, para alertar a otras mujeres y tratar de sanar juntas. Desenmascaró a personas poderosas, mayormente hombres, que ejercieron violencia y acoso sexual sobre mujeres que se encontraban en una posición de subordinación.
El uso de este hashtag, luego del fallo en favor de Depp, es un golpe para el #MeToo si se pensó que este movimiento era para dañar y destruirlos a ellos. Lo entendieron como una declaración de guerra y venganza por parte de mujeres que habían sufrido a manos de hombres, y que era como una revancha, añade la académica.
Si se desestima el movimiento #MeToo, dice la especialista, significa que nunca le creyeron a las víctimas, porque jamás se hizo conciencia de la problemática de violencia de pareja que a veces llega al feminicidio. “No es por culpa de Amber que ahora no vayan a creer en las mujeres que denuncian, nunca les creyeron ni hubo intenciones de hacerlo”, afirma.
Agrega que durante el juicio el el público vio a dos personas destruirse una a la otra, donde una de ellas siempre estuvo en ventaja de edad, situación económica, fama y capital simbólico o cultural económico, y la otra no.
“La violencia existe en los vínculos relacionales de mujeres y hombres, de mujeres y mujeres, de hombres y hombres porque la estructura de la heterosexualidad obligatoria así lo marca, pero la consecuencia y el castigo no es igual para un hombre, y mucho menos poderoso, que para cualquier mujer”, enfatiza.