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Ciudad de México. Los primeros 30 a 60 minutos, la hora dorada, es el plazo máximo que tienen los médicos especialistas para tratar de salvar la vida de las personas que presentan un infarto agudo al corazón o que el daño sea el menor posible. Ese es el objetivo del Código Infarto que, desde hace una década se puso en marcha bajo la coordinación del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (Incich).
Alexandra Arias, jefa del Departamento de Urgencias y Unidad Coronaria del Incich, aseguró que en los estados donde el programa funciona bien la mortalidad pasó de 27 a 4.8 por ciento.
Se requiere de una red de atención integrada por un hospital con sala de hemodinamia –donde se colocan dispositivos para desbloquear las arterias (cateterismo o angioplastia)– y clínicas en las que hay médicos generales o de urgencias capacitados para hacer el diagnóstico de los padecimientos, abasto suficiente de medicamentos fibrinolíticos que ayudan a restablecer temporalmente la circulación sanguínea y un sistema eficiente de traslado a los nosocomios.
En entrevista, señaló que al inicio del programa, en el país prácticamente no había nada o era muy poco
lo que se podía ofrecer a las personas sin seguridad social que sufrieran algún infarto al miocardio. Ahora, existe la evidencia de que las redes funcionan y al año salvan la vida de 170 personas. Todavía es muy poco en proporción a lo que representan los padecimientos cardiovasculares en el país. Son la principal causa de muerte con más de 80 mil personas que pierden la vida anualmente.
Pero es un avance y sobre todo la evidencia de que el panorama puede cambiar de manera radical. La especialista comentó que el gobierno federal tiene la meta de que antes del término de la administración, el Código Infarto funcione en todo el país.
En los últimos 18 meses se sumó la Comisión Coordinadora de los Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad (Ccinshae) para fortalecer la estrategia en la zona de hospitales de Tlalpan; instalar una sala de hemodinamia en el Hospital Juárez de México para dar cobertura a la zona norte del valle de México y el servicio que ya existe en el Hospital General de México funcione los siete días de la semana.
La Ccinshae también impulsa que los hospitales que aún dependen del gobierno de la Ciudad de México, cuenten con los insumos necesarios, a fin de que la colaboración con el Incich adonde envían a los pacientes, sea efectiva, comentó Arias.
En los estados, la Secretaría de Salud se ha hecho cargo de instalar las redes de atención, las cuales quedarán a cargo de IMSS Bienestar como parte de los servicios transferidos de los gobiernos locales a este organismo.
Arias explicó que al inicio se identificaron problemas. El primero era el retraso en la llegada de los pacientes a las clínicas y hospitales, alrededor de dos horas después del inicio de los síntomas. Hace falta, planteó, realizar una campaña nacional de información para advertir a la población sobre los factores de riesgo y las manifestaciones del padecimiento, con la finalidad de prevenir o, en su caso, buscar ayuda lo más pronto posible.
En las unidades médicas, hay dilación para practicar el electrocardiograma, incluso en que los médicos piensen que se puede tratar de un infarto porque los síntomas se suelen confundir con malestares digestivos. Otro problema es que aun cuando tengan el estudio, se carezca de los medicamentos fibrinolíticos. También se ha identificado la carencia de ambulancias para el traslado.
Con la red de atención se eliminan esas barreras. Los especialistas del Incich han entrenado a médicos de primer contacto y a la distancia, a través de una aplicación o el teléfono, los asesoran en el diagnóstico y tratamiento de los afectados.
El objetivo es que dentro de la hora dorada
, se logre frenar el daño cardiaco y ganar tiempo
para realizar el traslado a un hospital donde se pueda realizar la angioplastia.
El programa también es conocido como Estrategia de Infarto Agudo al Miocardio para incluir las obstrucciones de arterias coronarias que no ameritan una atención de urgencia y representan la mitad de los episodios de este tipo.
Los síntomas del infarto al corazón son dolor en el pecho, en ocasiones, es una sensación vaga en el tórax que dure más de cinco minutos; en las mujeres mayores de 50 años puede haber sensación de cansancio, dificultad para respirar, sensación de ahorcamiento o un dolor en la mandíbula, explicó Alexandra Arias.