En la audiencia y durante el interrogatorio a “El Lobo Valencia” por parte de la fiscal, nuevamente como en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, salió a relucir las investigaciones y reportes sobre el narcotráfico por parte Proceso en el sexenio de Calderón.
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BROOKLYN, N.Y. (apro) – Óscar Nava Valencia, “El Lobo Valencia”, exlíder del desaparecido Cártel del Milenio, aseguró que en el sexenio de Felipe Calderón, él le pagó más de 10 millones de dólares en sobornos al entonces secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.
En testimonio ante el juez Brian Cogan y el jurado en la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, “El Lobo Valencia” afirmó también que el exsecretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, estaba en la nómina de pagos de cohechos del Cártel de Sinaloa al igual que el general Mario Acosta Chaparro.
“Me reuní con él dos veces en persona”, comenzó diciendo Nava Valencia, ataviado con el overol amarillo brillante de reclusos federales al responder a las preguntas de la fiscal Marietou Diouf.
El testigo cooperante del Departamento de Justicia y del juicio contra García Luna, amigo, asesor confidente, mano derecha y secretario de Seguridad Pública de Calderón, no tuvo empacho en hablar de los pagos.
“Le entregué dinero en efectivo… fueron más de 10 millones de dólares americanos, dinero que conseguí por medio del tráfico de cocaína a los Estados Unidos”, respondió “El Lobo Valencia” a la pregunta de la fiscal sobre el monto total de sobornos que pagó a García Luna.
En la primera audiencia de la segunda semana del juicio por narcotráfico de García Luna, Nava Valencia hasta ahora ha sido el testigo cooperante del gobierno federal de Estados Unidos en argumentar que no solamente hubo pagos sino también encuentros personales con el acusado.
El primero encuentro
El desglose de las reuniones y la entrega de los millones de dólares en efectivo a García Luna por el líder del desaparecido cártel fue enmarcado en el sexenio de Calderón, cuando el narcotraficante formó parte del Cártel de Sinaloa bajo la fracción de Arturo Beltrán Leyva.
“La primera vez que me reuní con él fue en una casa campestre a las afueras de Cuernavaca, a donde me citó Arturo Beltrán Leyva para hablar sobre un problema que teníamos con un cargamento de 20 toneladas de cocaína que nos decomisó el gobierno en el puerto de Manzanillo, Colima”, explicó Nava Valencia en la sala del juez Cogan.
En octubre de 2007, salió un barco de Colombia con dos contenedores que llevaban cada uno 10 toneladas de cocaína, uno de Nava Valencia y otro de Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, que según “El Lobo Valencia”, por lo menos él no sabía que su droga iba junto a otro cargamento de su socio.
“El Lobo Valencia”, que estaba en Manzanillo para recibir la cocaína, narró que en el puerto hubo un problema, pues se les cayó al agua otro contenedor con 10 toneladas de efedrina también de “El Barbas” y que, por ese incidente, llegó la Marina y eventualmente descubrió las 20 toneladas de cocaína.
“Incineraron el cargamento”, indicó Nava Valencia guiado por las preguntas de Diouf. Dijo que por la pérdida del alcalino, los colombianos les estaban cobrando a él y a “El Barbas” 50 millones de dólares.
“Un mes después, más o menos, en la casa campestre de Cuernavaca, Morelos, fue la reunión… llegó García Luna vestido de traje y, en una mesa, en una pequeña terraza, se sentó junto a mí, frente a Arturo y su hermano Héctor”, siguió Nava Valencia con su testimonio.
El testigo cooperante detenido por el Ejército mexicano en 2009 y extraditado a Estados Unidos en 2011, aseguró que en esa reunión él y “El Barbas” le pagaron 5 millones de dólares, cada uno, a García Luna para que los ayudara a resolver el problema con los colombianos.
Unas semanas posteriores al encuentro, García Luna les envió “copia” de un documento con información “sensible” de que las agencias de Estados Unidos detectaron el cargamento de las 20 toneladas de cocaína desde que zarpó en Colombia el barco con los dos contenedores.
Con ese documento en su poder, los dos narcotraficantes se quitaron de encima la responsabilidad de la droga perdida y, en lugar de pagar 50 millones de dólares, únicamente desembolsaron 10 millones de dólares en los sobornos a García Luna.
El segundo encuentro
En 2008, se dio la segunda reunión de “El Lobo Valencia” con el confidente de Calderón. Fue a mediados de 2008, cerca del aeropuerto de Guadalajara, Jalisco, centro de operaciones del Cártel del Milenio, y ocurrió en el “Estetic Car Wash, Autobaño detallado”.
A ese negocio de lavado de autos, en las oficinas ubicadas en un segundo piso del inmueble, “El Lobo Valencia” dijo que García Luna llegó acompañado de su subalterno en la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Luis Cárdenas Palomino; ambos vestidos con trajes.
“Ahí le completamos un dinero que teníamos que darle, tres millones de dólares americanos”, enfatizó “El Lobo Valencia”, acotando que el soborno era a cambio de información sobre agrupaciones criminales enemigas y para proteger sus actividades en el trasiego de enervantes y en su guerra contra La Familia Michoacana, específicamente.
Antes, en 2006, “El Lobo Valencia” explicó en respuesta a pregunta de la fiscal, que como parte de “la polla” (colecta que se hacía entre todas las fracciones del Cártel de Sinaloa) contribuyó con 2 millones y medio de dólares para cubrir la mensualidad de sobornos de García Luna.
Las contradicciones
Luego de que la fiscal concluyera el interrogatorio, el abogado Florian Miedel del equipo legal que defiende a García Luna, exhibió las contradicciones de “El Lobo Valencia” a los fiscales, al prepararse para testificar en el juicio contra el asesor de Calderón.
En primer lugar, el abogado le hizo responder al testigo frente al jurado, que con sus declaraciones incriminatorias sacaría alguna ganancia para reducir su sentencia.
Desde 2011 hasta la fecha, “El Lobo Valencia” ha estado cooperando con el Departamento de Justicia y se ha presentado en otros juicios por narcotráfico para incriminar de delitos que le indiquen a los acusados.
En 2014, Nava Valencia fue sentenciado a 25 años de prisión pero, por traicionar a otros narcos y presentarse a declarar contra ellos en sus juicios, en 2019 le volvieron a dictar sentencia y la pena se la bajaron a 16 años y medio tras las rejas, por lo que en abril o marzo de 2025 será puesto en libertad.
Admitió que por testificar en juicios como el de García Luna, espera que los fiscales le ayuden a quedarse en Estados Unidos y que incluso le traigan de México a los miembros de su familia directa.
Astuto, Miedel le preguntó al testigo de los fiscales por qué entre 2011 y 2019, cuando se reunía con fiscales para preparase para testificar en juicios, “nunca mencionó el nombre de Genaro García Luna”.
Arrinconado, “El Lobo Valencia” contestó que porque “nunca profundizó con los fiscales los temas de corrupción en México”.
– ¿Cómo entonces pudo hablar de los sobornos pagados al secretario de la Defensa (Galván Galván) y no del secretario a quien el presidente Calderón le dio la responsabilidad de la seguridad de México y no mencionó al acusado al que dijo usted haberle pagado millones de dólares?, le preguntó Miedel a Nava Valencia.
– Como le dije, hablamos por encima, no profundizamos sobre el asunto de la corrupción, replicó el testigo cooperante.
Más adelante en el interrogatorio, Miedel le recordó a “El Lobo Valencia” que en una reunión con los fiscales, la del 14 de diciembre de 2022, le dijo “que era mentira todo lo que les contó en el 2020 sobre sus reuniones con García Luna y los presuntos pagos que le hizo”.
El exlíder del Cártel del Mileno reviró argumentando que “tenía miedo” a las repercusiones, indicando que por el “problema con su hijo y atentados contra su familia” en México, pero sin entrar en detalles.
Fue en el 2020, poco después del arresto a García Luna del 9 de diciembre de 2019, en Dallas, Texas, cuando los fiscales se presentaron ante “El Lobo Valencia” para cuestionarlo sobre el amigo de Calderón y ofrecerle que se presentara como testigo incriminatorio de García Luna.
En la audiencia de este lunes 30 de enero, tampoco el testigo cooperante amplió su declaración y acusación de que el Cártel de Sinaloa pagaba sobornos a Galván Galván, aunque lo mencionó en dos ocasiones.
César de Castro, el abogado de oficio que encabeza el equipo de defensa de García Luna, adelantó en la audiencia que esta semana la fiscalía planea presentar a otros 18 testigos, cuatro de la talla de “El Lobo Valencia” y que, en total para el juicio, el número de declarantes será de 76 a 78.
Los reportajes de Proceso
En la audiencia y durante el interrogatorio a “El Lobo Valencia” por parte de la fiscal, nuevamente como en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, salió a relucir las investigaciones y reportes sobre el narcotráfico por parte Proceso en el sexenio de Calderón.
El testigo cooperante afirmó que estando bajo arraigo en la Ciudad de México y antes de ser trasladado al penal del Altiplano, se enteró por medio de Proceso el abatimiento a tiros de “El Barbas” en un operativo de la Marina, ya que la revista se la llevó para que la viera un comandante de la Policía Federal que se puso a su servicio gracias a los sobornos e intervención del Chapo.
La tarea que tienen ahora los fiscales es la de sustentar con pruebas las declaraciones de sus testigos cooperantes, quienes a cambio de beneficios para reducir sus sentencias o garantizar su permanencia en Estados Unidos, narran lo que presuntamente saben o vivieron sobre el amigo de Calderón.
El juez Cogan le aclaró a los fiscales que no aceptará testimonios basados en “rumores”, es decir, de oídas, cuando un testigo diga que escuchó o le contaron sobre presuntos actos ilícitos cometidos por García Luna durante el sexenio de Calderón o el de Vicente Fox.