El Pentágono investiga 650 casos, pero asegura que por el momento ninguno ha sido confirmado como de origen extraterrestre
El Pentágono difundió nuevas imágenes de un OVNI esférico que fue avistado por los habitantes de Oriente Medio y que tiene una similitud sorprendente con un avistamiento anterior conocido como el “orbe de Mosul”. El doctor Sean Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO), asistió a la audiencia del Senado.
Según Kirkpatrick, su equipo tiene actualmente 650 casos, y el 52% de los ovnis son esferas. El avistamiento mencionado ocurrió el año pasado en Oriente Medio, donde un dron MQ-9 Reaper detectó un objeto esférico a través de sensores electro-ópticos. Jeremy Corbell, un cineasta de investigación que publicó recientemente las imágenes del “orbe de Mosul”, afirma que se han visto “UAP esféricos” (fenómenos aéreos no identificados, por sus siglas en inglés) similares en todo el mundo.
Un evento difícil de clasificar
“Verá cómo aparece y desaparece de la pantalla a medida que pasa por el campo… Estos son esencialmente todos los datos que tenemos asociados con este evento de hace algunos años. Va a ser virtualmente imposible identificarlo completamente, sólo basándonos en ese video”, mencionó Sean.
Por ahora sólo son naves sin identificar, pero no extraterrestres
Sin embargo, Kirkpatrick afirmó que, hasta el momento, no hay datos que demuestren que tales naves sean extraterrestres, utilicen tecnología de otro mundo o desafíen las leyes de la física, tampoco hay información sobre cómo funcionan o de dónde proceden.
Anteriormente se había revelado información de uno de esos incidentes, conocido como el ovni del Nimitz en 2004, se informó que una nave descendió miles de metros en segundos. Jeremy Corbell cuestionó las pruebas que se le habían presentado y también pidió que se desclasifique el “orbe de Mosul”.
Según Corbell, ese caso se ha utilizado para educar a los Servicios Armados, la Comunidad de Inteligencia, las partes interesadas de la industria privada, los contratistas de defensa, los representantes políticos, etc. No hay razón para ocultar esa prueba al público estadounidense y mundial.