La relación de México y Japón es privilegiada y especial, dijo Carlos Almada, exembajador en aquella nación, quien aseguró que las relaciones modernas entre ambos países empezaron con el pie derecho.
“Es una de las relaciones internacionales más antiguas de México, que logramos establecer como pioneros, no por casualidad sino por el talento de los diplomáticos mexicanos del siglo XIX y es una relación que ha vencido todas las vicisitudes”, agregó.
En la presentación del libro “México – Japón, a 130 años de relaciones diplomáticas”, Almada explicó que fue en 1888 cuando el país asiático y México entablaron relaciones diplomáticas con la firma del Tratado de Amistad, Comercio, y Navegación, en el cual se reconoció la jurisdicción nacional de aquella nación y su capacidad para imponer impuestos a los bienes importados, de acuerdo con sus intereses comerciales.
“México fue el primer país que firmó en estos términos en Washigton un tratado precisamente así (…) al principio las relaciones eran lejanas no tenían un fundamento material, poco comercio, pero hemos tejido una densa urdimbre de vínculos”, explicó Almada.
El encuentro realizado en la Casa Sinaloa fue presidido también por Ulises Granados, coordinador Asia-Pacífico del ITAM y el primer secretario de la embajada de Japón en México, Katsuhito Miura.
La obra también explica los lazos entre ambas naciones, se revisan acontecimientos como la actuación del diplomático Kumaichi Horiguchi durante la llamada Decena Trágica en México, así como la relación bilateral en materia política, de intercambio cultural, cooperación académica y científica, y migración.
“Somos complementarios demográficamente, en términos de desarrollo, desde el punto de vista social, científico, académico y las inversiones extrajeras contribuyen al empleo a las exportaciones, al desarrollo regional y apoyan a una nueva cultura laboral”, concluyó.
Por su parte, Granados indicó que este libro “es muy importante porque se ha convertido en una referencia para conocer la relación bilateral”.
Asimismo, enfatizo que es necesario que Japón y México incursionen en otro tipo de industrias como la aeronáutica o los cosméticos.
“México y Japón tienen que dar un salto cuántico, a una relación post automotriz. Hay grandes empresas japonesas en México y tiene que haber algo más”, agregó.