*Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, lamentó el homicidio del ombudsman en Baja California Sur, pues se trata de un mensaje muy grave para las instituciones…
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El asesinato del presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Baja California, Silvestre de la Toba Camacho, forma parte de la crisis de inseguridad y de defensa de los derechos humanos que se padece en algunas partes del país y que refleja un Estado débil, sostuvo el ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez.
Entrevistado por Adela Micha en El Financiero Bloomberg TV, el ombudsman nacional afirmó que “el reto es para las instituciones del Estado mexicano.
Es un desafío que pone en entredicho al débil Estado de derecho, que ojalá no caigamos en quitarle ese débil y nos quedemos sin Estado de derecho.
Consideró que esta crisis se debe a que no se ha aplicado la Ley.
El ataque a los defensores de derechos humanos públicos y privados o civiles, “lamentablemente es un luto para los derechos humanos. Es un mensaje muy grave para las instituciones del Estado Mexicano”.
Afirmó que todavía en el país hay muchos funcionarios que se apartan de la Ley, por lo que “Hemos sido incómodos cuando señalamos que un servidor público se aparta del cumplimiento de la Ley. Por ello el diagnóstico actual, en esa materia no es nada halagador”.
Afirmó que la muerte de Toba Camacho es un hecho tan grave es que si no se esclarece y queda en la cifra lamentable de impunidad, “quiere decir que estamos abonando a ese pozo profundo de deterioro y hartazgo social”.
Indicó que la complejidad en la crisis de derechos humanos que estamos atravesando en el país y sobre todo en algunas zonas nos habla de un clima de inseguridad que está creciendo en varias entidades, tan sólo en Baja California Sur, a donde murió el titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos se registraron el fin de semana entre 12 y quince homicidios.
González Pérez, llamó a seguir todas las líneas de investigaciones, en el caso de Toba Camacho para y no excluir, al contrario privilegiar el trabajo que estaba desarrollando para “conocer la verdad, que se conozca quienes son los responsables, aprender lamentablemente de este infortunio para que haya garantías de no repetición”.
Afirmó que cuando se atenta contra un comunicador, la agresión la reciente quien recibe la ofensa, pero se atenta también contra los demás comunicadores y la Sociedad. “En el caso de los defensores pasa lo mismo”, es una ofensa contra todos los mexicanos, concluyó.