Nadie atestiguó hallazgo de cadáveres en obra junto al panteón de Sayulita

*Con el argumento de que su única intención es que se respete el culto religioso a los dolientes de Sayulita, porque consideran que dicha obra se construye en predio del panteón, un grupo de ejidatarios encabezados por Rodrigo Peña, ex comisariado del Ejido de Sayulita, convocaron al pueblo a una reunión a la cual solo asistieron un pequeño grupo del alrededor de 50 personas

Por Paty Aguilar

La semana pasada, se dio a conocer una invitación a reunión de pobladores de Sayulita con la finalidad de hablar sobre el tema de la obra de construcción de unos condominios que colindan con el panteón de esta comunidad, la cual fue suspendida por un amparo que interpusieron quienes convocaron a esta reunión. Fue hasta el momento de la reunión cuando se supo que quien encabeza este movimiento contra esta obra es Rodrigo Peña, ex comisariado del Ejido de Sayulita.

La reunión se llevó a cabo con la misma practica que se realizan las asambleas del Ejido, dos o tres participantes con temas específicos para calentar a los asistentes para unirse a ellos en su “lucha” de buscar que se respete el culto religioso de los dolientes de este poblado que tienen en este panteón a sus seres queridos, sin embargo, cuando uno de ellos sostuvo que durante la obra la máquina que desplanto el predio había topado con cadáveres y que sus familiares no les habían reclamado, expuso que entonces todas las familias que tenían sus seres queridos en ese lugar estarían expuestos a que sus tumbas fueran destruidas y que eso no le debían de permitir.

Al término de la reunión donde Rodrigo Peña, acompañado del abogado que interpuso el amparo, les dio a conocer que este juicio de amparo seguía viento en popa, que la obra estaba suspendida por ese motivo y que ese panteón si pertenecía al Ejido porque en el archivo del Ejido existe un documento en el cual el FIBBA les entrego ese predio del panteón, el cual lo mostró y leyó a los asistentes para convencerlos de que apoyaran su lucha por buscar el respeto de sus seres queridos, tras aclarar que el panteón aunque el FIBBA lo entregó al Ejido en el 2007, le pertenece a todo el pueblo, abordamos al ejidatario que mencionó el tema de los cadáveres.

La reacción del quejoso, fue de sorpresa al ser cuestionado sobre las familias que fueron afectadas. Si a el le constaba lo que había dicho a los asistentes con lo cual se ganó sonoros aplausos, dijo que no le constaba, que a él Rodrigo Peña, se lo había platicado. Luego, cuestionamos al Rodrigo Peña al respecto, y este también dijo desconocer lo que su compañero ejidatario había comentado, que a él no le constaba, que solo era un rumor, sin embargo, en esta reunión aseguraron que si había pasado, tal y como lo demuestran videos que fueron grabados por varios periodistas que estuvieron presentes en dicha reunión.

Cabe mencionar que estas mentiras con las cuales pretendieron ganarse la simpatía de los asistentes, quizá si lo lograron, demuestran que la intensión de entablar juicios contra el propietario de la obra, nada tiene que ver con el culto religioso que según ellos está siendo violentado, sino con otros motivos contrarios a esto y que tiene que ver con ganancias económicas y con golpeteo a la actual mesa directiva del Comisariado de Sayulita, que por cierto, no han sido obstáculo para que esta obra se lleve a cabo, sino todo lo contrario han actuado en pro del desarrollo turístico y la derrama económica de este destino turístico de nivel internacional. Sin embargo, ahí en esa reunión, mencionaron los nombres de alrededor de 15 ejidatarios, entre ellos Genaro Parra y el actual dirigente del Ejido, como quienes han sido los responsables de la supuesta invasión de la obra al panteón del pueblo por permitirlo.

Es de resaltar que este y otros dos amparos contra esta obra por los mismos motivos, uno de ellos ya fue sobreseído, es decir, no procedió, y los otros dos, tendrán los mismos resultados, según señaló el abogado de la defensa del propietario de la obra, licenciado, Fabio Alejandro Martínez Aguilar Bello.