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Nuevo titular de Hacienda, salinista por convicción y por lazos familiares

*Salinista por convicción y por lazos familiares con el expresidente de México, Carlos Salinas…

proceso.com.mx

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Salinista por convicción y por lazos familiares con el expresidente de México, Carlos Salinas de Gortari; José Antonio González Anaya se encargará de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) tras la renuncia de José Antonio Meade Kuribreña, quien comenzó oficialmente su camino a la Presidencia de la República.

González Anaya es concuño de Salinas, pues está casado con Gabriela Gerard, hermana de la segunda esposa del exmandatario priista, Ana Paula Gerard.

 La relación se remonta a 1991, cuando el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) trabajó bajo la dirección de Ana Paula Gerard, en la jefatura de la Oficina de la Presidencia de la República, entonces a cargo de José Córdoba Montoya.

El ahora secretario de Hacienda era el responsable de escribir las minutas de las reuniones del gabinete económico y redactar las propuestas del mismo.

De hecho, en el libro titulado “México, un paso difícil a la modernidad”, editado por Plaza y Janés y que vio luz en el año 2000, el autor, Salinas de Gortari, agradece en el prólogo a González Anaya por su contribución a dicha obra.

Para el también exdirector del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las funciones en la SHCP no son desconocidas, ya que tan sólo en agosto del 2010 fue designado subsecretario de Ingresos por el entonces presidente panista, Felipe Calderón. En ese año, Ernesto Cordero era titular de la SHCP.

De hecho, años antes, cuando Agustín Carstens se encargaba de dicha dependencia, González Anaya se desempeñó como coordinador de asesores y titular de la Coordinación con Entidades Federativas. Desde esa posición tuvo una intensa interlocución con los mandatarios estatales priistas para la distribución del presupuesto.

En otras palabras, José Antonio González Anaya tuvo una participación dentro del ramo hacendario en los gobiernos panistas, principalmente con Felipe Calderón. Sin embargo, fue hasta que el PRI retomó la silla presidencial, cuando el concuño de Salinas tuvo a su cargo instituciones de mayor peso como el IMSS y Pemex.

En las dos debió enfocar el objetivo en resanar las finanzas y crear un plan de acción para levantar a dos “monstruos” a punto de desplomarse por crisis financieras.

En el IMSS realizó diferentes reformas enfocadas al sistema de pensiones, las cuales absorbían enormes recursos al instituto. Mientras que, en Pemex, mellada por la caída del precio del petróleo, se vio en la necesidad de rehacer los números de cara a la reforma energética y a la apertura de dicho mercado. Eso sí, no tocó al sindicato de la petrolera.

Así llegó José Antonio González Anaya a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) como el tercer secretario en el sexenio de Peña Nieto, después de que desfilaron por las oficinas de Palacio Nacional Luis Videgaray y José Antonio Meade.

De entrada, el recién nombrado secretario aseguró que no habrá nuevos impuestos ni alzas tributarias, además de que continuará conservando la estabilidad macroeconómica y dará certidumbre a los mercados financieros.

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