*Malvivientes hacen de las suyas en este “Parquecito”, en donde además de robarse las lámparas ahí fuman marihuana y hacen sus necesidades fisiológicas
José Luis Preciado Trujillo
Noticias PV
En el poblado de San Juan de Abajo, los malvivientes y viciosos, hacen de las suyas en los espacios públicos, sin que ninguna autoridad haga algo para poder controlarlos y ponerlos en su lugar, quienes además de fumar estupefacientes en los parques y plazas públicas, estos también se roban las lámparas, tal como ocurrió en el “Parque de la Amistad”.
Ahí en ese parque ubicado en el cruce de las calles 5 de Febrero y Francisco I.Madero, en el poblado de San Juan de Abajo, recientemente los amantes de lo ajeno se robaron unas lámparas que estaban colocadas en unos armazones, esto a plena luz del día y sin que nadie se diera cuenta, hasta la noche que hubo la necesidad de prender el alumbrado.
En ese lugar, comentan los vecinos, que a diario se lleva lleno de malandrines y que la policía nunca pasa por ahí, lo que aprovechan para estar fumando marihuana, sin importarles que los estén viendo los niños y personas adultas que asisten a divertirse en los juegos infantiles que tiene al parque y que por cierto ya los están destruyendo los mismos sujetos.
Según se conoce que ya en repetidas ocasiones se les ha llamado a la policía para que acudan a llamarle la atención a este grupo de viciosos, pero estos solo llegan con las torretas de la patrulla prendidas y ni siquiera les llaman la atención, luego se retiran y los sujetos se burlan de ellos.
Dicen que esto también pasa en la plaza de la colonia Tabacalera y en la colonia Atotonilco, en donde los grupos de pandilleros hacen de las suyas sin que nadie les pueda decir algo porque luego tratan de agredir a las personas que denuncian este tipo de fechorías que cometen los sujetos.
Urge la intervención de la policía municipal en estos lugares para que de una vez por todas pongan en su lugar a estos sujetos, de quienes hasta los agentes policiacos los tienen identificados, pero que no les hacen nada porque son conocidos de ellos o de algún familiar, terminaron diciendo los reportantes quienes por temor a represalias prefirieron omitir sus nombres.