Alejandra Lagunes, del Partido Verde, se comprometió a presentar una iniciativa para despenalizar las sustancias alucinógenas: ‘no son drogas’, afirma.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM) se comprometió a presentar una iniciativa de ley para despenalizar y regular las llamadas sustancias alucinógenas, como la psilocibina, para tratar problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad.
Durante el Foro Intercultural de Medicina Enteógena que se llevó cabo en el Senado de la República, la senadora Alejandra Lagunes se comprometió a presentar dicha iniciativa de ley, ya que, afirma, se ha demostrado que las sustancias psicotrópicas tienen un importante potencial terapeútico, baja toxicidad y no generan dependencia física ni abuso.
“Está comprobado científicamente que la psilocibina de los hongos psilocibes, la mezcalina proveniente del peyote y el DMT de la ayahuasca y el ‘sapo’ bufo alvarius, no son drogas, tienen un alto potencial terapeútico, baja toxicidad y no generan dependencia física ni abuso”, aseguró.
En el foro, que convocó a líderes de pueblos originarios, médicos y médicas tradicionales, además de representantes de la comunidad científica y expertos en la materia, Lagunes aseguró que “México tiene en sus pueblos originarios una infinita sabiduría y conocimiento de los hongos psilocibes y lo que pueden hacer para la salud mental de la población”.
Recordó que desde la década de los años 60 “se tiene una política prohibicionista sobre este tipo de sustancias y en la Ley General de Salud se contempla como sustancia psicotrópica, con nulo valor terapéutico y como problema para la salud pública”.
“Estamos haciendo algo que no existe en ningún otro lugar del mundo, porque queremos considerar los saberes ancestrales, a los pueblos originarios, pero también queremos tomar en cuenta lo que está pasando en el mundo y no quedarnos atrás”, expuso.
La senadora explicó que diversos países “han dado pasos en la despenalización o en la regulación” y dijo que ese es un tema que “es urgente para México”, ya que se está quedando atrás ante países que exploran nuevas formas de tratar a las personas y a la salud mental.
Lagunes indicó que se debe aprender de la regulación de la cannabis “para no cometer otros errores” y en esta iniciativa de psilocibina y de hongos psilocibes, realmente tener claro quién vende, cosecha, produce, da las terapias, cómo se certifican o no los médicos, los terapeutas y si solamente es para lo pueblos originarios.
“Saber cómo integramos los saberes ancestrales con la realidad de la biomedicina, cuáles son las políticas públicas que mejor responden a las necesidades de la mayoría, cómo evitar el extractivismo y garantizar el acceso, entre otras”, finalizó.