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Partido Verde, “el ejemplo más acabado de cómo se puede pervertir un sistema”

La analista política Paula Sofía Vásquez disecciona con bisturí al partido que, afirma, en una relación costo-beneficio, fue el gran ganador de esta elección. Y se pregunta en qué se ha fallado para que el PVEM no sólo tenga casi 40 años de existencia, sino que goce de cabal salud.

proceso.com.mx/

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El ascenso del Partido Verde como segunda fuerza política de la mano de Morena es el resultado de la perversión del sistema político mexicano. A pesar de ser un partido con un historial lleno de trampas e ilegalidades, ha sido parte de tres alianzas gobernantes desde el año 2000 gracias a sus acuerdos cupulares.

“Lleva 18 años siendo parte del gobierno, beneficiándose al lado del PAN, del PRI y ahora de Morena. Es el producto más acabado de cómo se puede pervertir un sistema”, afirma Paula Sofía Vásquez Sánchez, analista política que ha coordinado proyectos de regulación, políticas públicas y derecho electoral durante 15 años en organizaciones no gubernamentales, el gobierno de la Ciudad de México y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Coautora de La mafia verde. Traición, política y escándalos del Partido Verde Ecologista, publicado en 2023, Vásquez asegura que la organización que encabeza Jorge González Martínez, el llamado Niño Verde, es la muestra del fracaso de la transición democrática mexicana.

En un análisis de costo-beneficio, el Verde es el gran ganador de esta elección. Morena, como sus antecesores en el poder –el PRI y el PAN–, se ha partidoverdizado, privilegiando acuerdos cupulares con una organización elitista y clasista que se ha acomodado con todos los grupos en el poder desde hace un cuarto de siglo, siempre con la garantía de no ser perseguido por sus innumerables ilegalidades, afirma.

González Martínez y Fox. Foto: Octavio Gómez.

En lo que va del siglo, ha llegado tres veces a la Presidencia de la República, con tres alianzas distintas. En el año 2000, con Vicente Fox; en 2012 con Peña Nieto y ahora, en 2024, con Morena. Nunca ha ganado por sus votos, pero sí por sus acuerdos. En esta elección, dice la entrevistada, Morena podrá ganar legitimidad para evitar el señalamiento de partido hegemónico. Pero le resta autoridad moral su alianza con el Verde.

–¿Perfilada como la nueva aplanadora legislativa, qué tanto necesitará Morena al Partido Verde más allá de las votaciones de mayoría calificada?

–Es importante, porque le permitirá manejar la cuota democrática de tener distintos colores en la conformación de las dos cámaras. Por otro lado, le servirá por los recursos de los que se pueden recibir, es decir, para duplicarlos; y en tercer lugar, para que los cuestionamientos por irregularidades se los quede el Verde como aliado y no el partido en el poder, aunque finalmente el partido de Jorge González nunca ha pagado una cuota de castigo por sus escándalos.

Consultora política y colaboradora en medios nacionales y extranjeros, Vásquez se pregunta: “¿En qué fallamos para que un partido como el Partido Verde no sólo tenga casi 40 años de existencia, sino que goce de cabal salud? ¿Qué hicimos mal con el sistema para que el gran ganador de esta contienda, en términos de costo-beneficio, no fuera Morena, sino el Verde?”.

Su respuesta es contundente: si bien hubo un cambio de partido en el poder, éste no se acompañó de cambios profundos en materia política. “El cambio no incluye una cultura política que vaya a rescatar los principios de la honestidad, de la legalidad, del respeto al Estado de derecho, de hacer bien las cosas o los principios de ganar con honor”.

Agrega: “Al final esta elección con todo y su éxito y con una innegable expresión de la voluntad popular a la que no le podemos regatear nada, no deja de ser también la elección ‘haiga sido como haiga sido’ de Morena, en la que cualquier atisbo que hubieran podido tener en 2018 de superioridad moral, lo perdieron en esta elección, y entre esas razones está haberse aliado con el Verde”.

Elitismo verde

Esa alianza con el partido “ecologista” va incluso en contra del dicho: venimos desde abajo. “El Verde es esa élite racista, rica, de colegio católico, que ha tenido dinero toda la vida, esa élite de privilegios que nunca ha visto al país. Ése es el Verde. Son niños ricos que toda su vida han vivido rodeados de privilegio y la mayor cercanía que han tenido con los pobres es cuando en sus colegios se iban de misiones a hacer caridad.

El Niño Verde y Peña Nieto. Foto: Germán Canseco.

“Y ahí los tienen de aliados, sacando videos diciendo ‘amable’ y orgullosamente ‘me los voy a chingar’”, dice en referencia al video publicado por la periodista Carolina Rocha en el que se exhibe a González Martínez celebrando de forma vulgar el triunfo de su partido después de que el INE dio a conocer los resultados, la noche del 2 de junio.

Vásquez Sánchez dice en entrevista que con la última elección, “lo que estamos viendo en realidad es la partidoverdización de Morena. Podremos decir que la victoria ideológica no es de Morena, es del Partido Verde, de esta política poco escrupulosa, ilegal, de muchísimo dispendio, de muchísima incongruencia, en la que un día puedes odiar a uno, pero el otro día puedes amar al otro, pero puedes hacer acuerdos con absolutamente cualquier persona”.

Afirma que el futuro del Verde, por lo menos para los siguientes tres años, es “una gloria”, por el dinero que obtendrán no sólo como instituto político, sino por los oscuros acuerdos que ya tienen amarrados con Morena.

“Tienen la carta de negociación más grande que tiene cualquier otro partido: ‘Quiero tal cosa. Ah, ¿no me la das? Perfecto, rompo las mayorías y me voy con la posición y te dejo botadas tus agendas legislativas’. ‘Ah no, bueno, siempre sí te vamos a dar las dos secretarías que querías’”.

Detrás de la careta de partido político, el Verde tiene una estructura de negocios, vinculadas a la provisión de bienes y servicios públicos, como la recolección de basura.

“Y es como: ‘A mí me vas a dar todos los sistemas de recolección de basura de todos los municipios donde yo no gané, para que no haya conflicto de interés. Ellos ganaron 57 municipios, en todos los demás me vas a dar el sistema de recolección de basura o del tratamiento de agua, que son sus dos grandes negocios, comillas comillas, ecológicos. ‘¿No me lo das? Ah, perfecto, te rompo las mayorías’”. También juegan con sus estructuras partidistas en Chiapas, San Luis Potosí y Quintana Roo.

No dejan de ser reparticiones como las que Morena criticó del PRI y el PAN (exhibidas también por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia en Palacio Nacional) en su alianza para la gubernatura de Coahuila en la anterior elección y que fueron conocidas porque el aún presidente del PAN, Marko Cortés, las dio a conocer.

Libre de costos políticos

La analista destaca: “El Verde siempre se está preparando para la traición. Es una especie como de enfermedad que agarra un huésped y mientras el huésped le sirve, se lo quedan, pero si no se va al huésped de al lado, ve otro árbol más sano y ya que se acabó éste, se va al lado”.

Fernández Noroña y González Martínez. Foto: Eduardo Miranda.

Al mismo tiempo, al Verde le sirve porque en toda su historia nunca han pagado los costos por lo que apoyan en su momento, sea el PRI, el PAN o Morena.

“Votaron absolutamente todo el Pacto por México porque eran aliados del PRI. ¿Alguna vez se ha visto que haya salido en algún lugar un reclamo al Partido Verde por haber sido parte de ese pacto? Jamás han pagado ese costo. Ellos llevaron a Fox a la Presidencia. ¿Alguna vez han sido vinculados con las críticas a ese gobierno, a esa elección? Jamás”.

Ahora, la historia es la misma: “Desde 2021 en que (Morena) están en alianza con el Verde, nunca, jamás hemos visto que al Verde se le pase ningún costo. Por ejemplo, por el Tren Maya. Han sido los grandes aliados. La gobernadora de Quintana Roo, Mara (Lezama), es gente de Emilio González, que ha permitido la destrucción de los cenotes. Podremos tener muchas dudas sobre miles de cosas, pero lo que sí está clarísimo es que es un ecocidio, y ¿alguna vez se ha visto que alguien les diga ‘oigan, Partido Verde Ecologista, es el colmo que se esté construyendo el Tren Maya, su responsabilidad aquí dónde está?’ Nunca, la culpa es de Morena”.

Asegura que el Partido Verde comete irregularidades en los procesos electorales porque puede y porque no le cuesta por los triunfos con sus aliados. “Tiene que ver con la permisividad de las autoridades electorales respecto de todas las triquiñuelas que ha hecho el Verde y con un sistema que al final se termina castigando a sí mismo. Las autoridades electorales sólo pueden hacer lo que les indica la ley, y obviamente los partidos políticos que hacen las leyes nunca, jamás en la vida, se han atrevido a ponerse un castigo muy severo”.

Una sanción podría ser, indica, perder el registro si se viola flagrantemente la ley electoral o congelar a los partidos que incurren en fallas, para el siguiente proceso electoral. “Una especie de tarjetas como en el futbol para decir: ‘¿Te pasaste, rebasaste el tope de gastos de campaña en este proceso electoral? Ah, pues en este distrito el siguiente proceso no participas’. Pero es una conducta sistemática reiterada como la del Verde, en temas de violación, ‘te vas a quedar completamente fuera de proceso electoral de 2027’”.

Las multas no importan

Apunta a otra distorsión que le ha favorecido: “Las multas económicas ‘que además no pago yo, porque se pagan de mis recursos públicos, y además se pagan en meses sin intereses, porque me las dejan en cómodas mensualidades. ¿Cuánto me puedo mover para ganar la elección? ¿Por cuánto me puedo pasar en términos de violación de ley? ¿Por cuánto me puedo pasar en términos de topes de gasto? ¿Por cuánto me puedo pasar si a cambio de esto yo voy a ganar? Pues va, que me quiten un año la publicidad, qué importa si me lo quitan en un año que no es electoral, honestamente yo aquí voy a seguir porque además a mí no me importa ir a publicitar con mis electores, casi ni tengo’”.

Esos son algunos de los aspectos que para la licenciada en Derecho por la UNAM falló el sistema político-electoral mexicano. Ni siquiera en un castigo por costo reputacional.

Que la ciudadanía diga: “‘Yo no quiero votar por un partido tramposo’, pero una de las cosas que tristemente nos confirma esta elección es que hemos normalizado la mentira en la vida política, como una moneda de curso en los procesos electorales y en la realidad política de México”.

Otra lección es que “desfondaron por completo el sistema electoral. Hicieron lo que quisieron con los tiempos, con los gastos, con lo que se podía decir, con quién no podía decir, con cómo se usaban los recursos públicos, y a la gente no le importó, no hubo ningún tipo de reacción respecto de eso. La gente encontró maneras de justificarlo (…) esa narrativa es la que le permite al Verde sobrevivir” y que muy pocas personas sepan lo que hay detrás del PVEM.

Vásquez Sánchez. Análisis. Foto: Especial.

Este proceso electoral de 2024 fue, en suma, la muestra de que “el partido político es el producto más acabado de cómo puedes pervertir un sistema y el ejemplo más claro de por qué estamos viviendo un cambio de régimen que vamos a vivir y por qué hay gente que dice que la democracia y el tiempo de transición fracasó, y es justo porque se quedaron estos partidos que terminaron siendo negocios familiares que funcionan no a partir de la representación sino de acuerdos cupulares”, un esquema en el que incluye al Partido del Trabajo, el PT.

Estos partidos políticos que en realidad, afirma, se han manejado más en un esquema de negocios que en responder al sueño de la Constitución de que sean entidades de interés público.

De forma reiterada, el presidente López Obrador critica a los que son capaces de aliarse con quienes tienen diferencias ideológicas, “para mantener o regresar por sus fueros”. También ha dicho que el gatopardismo es “eso que consiste en que las cosas en apariencia cambian para seguir igual”.

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