*El robo de combustible registrado el año pasado, a través de tomas clandestinas concentradas en Puebla, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz, fue como si la petrolera mexicana hubiera perdido 26 mil barriles diarios…
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Pemex perdió en 2016 poco más de 58 millones 900 mil pesos al día por el robo de combustible en todo el país, de acuerdo con una presentación de la propia empresa productiva del Estado.
Según el documento, presentado el 23 de junio pasado a las secretarías de Hacienda, Marina, Defensa Nacional, Gobernación, Energía y la PGR, el robo de combustible registrado el año pasado fue como haber perdido 26 mil barriles diarios y al dos por ciento de las ventas totales de Pemex en 2016, equivalentes a poco más de 21 mil 500 millones de pesos.
En 2005, destaca la presentación, el robo de combustible equivalía apenas a 810 mil barriles al año, sin embargo, a partir de 2011 el ritmo se fue incrementando hasta llegar a la cifra histórica del año pasado.
Por si fuera poco, el número de tomas clandestinas detectadas por el Gobierno federal se ha multiplicado casi 15 veces desde 2009. En ese año, Pemex registró 310 tomas, mientras que en 2016 la cifra llegó a las seis mil 537.
Así, cada toma clandestina generó pérdidas por alrededor de 3.4 millones de pesos a Pemex en 2016, según cálculos de la propia empresa, estimando el precio promedio anual correspondiente por litro para Magna, Premium y Diésel, y considerando 159 litros por barril.
La proliferación de las tomas en el país ha tenido un costo elevado también en materia de reparación de ductos, pues el año pasado se tuvieron que destinar más de cuatro mil millones de pesos a ese fin.
De acuerdo con la presentación, las tomas clandestinas se concentran en cuatro estados: Puebla, Guanajuato, Tamaulipas y Veracruz, y en todos los casos las tomas detectadas se incrementaron el año pasado respecto de 2015.
Por ejemplo, en Puebla pasaron de 837, a mil 576 tomas; en Guanajuato, de 976 a mil 310; y en Veracruz, de 443 a 644.
NEGOCIO ORGANIZADO
Pemex también detalló el modo de operación de lo que llamó un “negocio organizado”.
Los delincuentes ubican un ducto, lo desentierran, realizan una perforación en él y luego colocan una válvula de paso. Posteriormente se colocan mangueras, de las cuales se han descubierto tramos desde 20 metros hasta cuatro kilómetros para robar el combustible.
En todo el proceso se usan “halcones” para avisar la llegada de la policía o el Ejército.
Otra forma de operar de los delincuentes es a través de aquellos tramos de los ductos que sobresalen de la tierra, los cuales dañan y de ahí se roban el hidrocarburo en cubetas y bidones. Los canales por donde pasan los ductos se convierten en albercas de combustible, a las que la población accede pagando una cuota de 500 pesos, bajo la promesa de que el producto será vendido a entre dos y cuatro pesos por litro.
Pemex sugirió a las dependencias federales una estrategia de retenes que dificulte el transporte de combustible en vehículos adaptados, así como establecer ocho equipos de vigilancia con el objeto de impedir que los traficantes circulen en las carreteras del país.
Por último, destacó que hay una estrategia de fiscalización de las gasolineras del país en las que se tiene sospecha de venta de robo de combustible, con cruces de información entre el Servicio de Administración Tributaria y la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda.