*Lo que incontables veces negó el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, este jueves quedó comprobado…
proceso.com.mx
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Lo que incontables veces negó el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera, este jueves quedó comprobado: elementos de la Secretaría de Marina abatieron a ocho presuntos delincuentes, entre ellos, Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, identificado como el líder del Cártel de Tláhuac-Chalco, que controlaba la venta de droga y demás delitos del crimen organizado en la zona oriente de esta capital.
La tarde de este jueves, en las calles de la delegación Tláhuac se vivió una pesadilla y se mostró lo que nunca se había visto en la Ciudad de México: camiones de volteo y autobuses del transporte público en llamas y atravesados en las principales avenidas al más puro estilo de los narcobloqueos en Tamaulipas, Guerrero y Michoacán.
Las imágenes se conocieron minutos después de que El Ojos y otras siete personas más –presuntos integrantes de dicho cártel–, cayeron muertos tras la balacera desatada en un domicilio ubicado entre las calles Simón Álvarez y Adolfo Unga, en la colonia Conchita Zapotitlán, en la mencionada demarcación semirrural y colindante con el Estado de México.
Alrededor de las tres de la tarde, elementos de la Secretaría de Marina (Semar) y la Policía Federal patrullaban la zona fuertemente armados y a bordo de vehículos blindados.
Según un comunicado que la Armada de México emitió una hora después, acudieron al sitio debido a “trabajos de inteligencia de campo y gabinete” que les indicaron que en el lugar se encontraban “integrantes de grupos de narcomenudistas, quienes operaban y presuntamente se dedicaban a la extorsión, secuestros y homicidios, en inmediaciones de la delegación Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa, así como del presunto líder que operaba en esa área de la Ciudad de México”.
Cuando los marinos y federales llegaron, fueron recibidos directamente a balazos con armas “de alto poder” que les dispararon los presuntos infractores. El personal naval repelió la agresión conforme marca “el Manual del Uso de la Fuerza de Aplicación Común”.
Los disparos duraron unos 10 minutos hasta que los presuntos delincuentes quedaron tendidos sobre el piso, sin vida y al lado de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
La Semar confirmó que una de las personas fallecidas era “Felipe de Jesús ‘N’, quien era cabeza de una organización delictiva extremadamente violenta y que operan en las delegaciones de Tláhuac e Iztapalapa”.
En el lugar fueron decomisadas armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, droga en paquetes, documentos varios y objetos personales, dijo la autoridad federal.
“No, no es Tamaulipas…”
Cuando los marinos y policías federales ya habían logrado el control de la situación dentro del inmueble, afuera comenzaba el horror. Como ha ocurrido en las detenciones o caídas de líderes del narcotráfico y el crimen organizado en otras entidades azotadas por la violencia, el desorden y el terror se apoderó de las calles.
Decenas de choferes de bicitaxis y mototaxis –el transporte público hechizo e irregular que opera en la zona– se lanzaron a cerrar calles y avenidas. Reportes indicaron que sujetos armados subieron a un autobús y a gritos y jalones obligaron a los pasajeros a descender. Enseguida lo atravesaron en la avenida y le prendieron fuego.
En otro punto, el motor de un camión de volteo a media vialidad comenzó a arder. Lo mismo ocurrió con otros tres autobuses y microbuses de transporte concesionado. Las llamas los consumieron hasta dejarlos inservibles.
Los bloqueos evitaron el paso de vehículos de emergencia, patrullas, autobuses de granaderos y motocicletas de la policía capitalina que llegaban enfilados y con las torretas encendidas para tratar de poner orden.
Las cortinas de locales de comida, talleres mecánicos y tiendas de abarrotes fueron bajadas de inmediato. La gente corrió a encerrarse en sus casas. El Sistema de Transporte Colectivo Metro (STC) ordenó cerrar la estación Nopalera de la Línea 12 en resguardo de los pasajeros.
Las fotos y videos comenzaron a difundirse en las redes sociales:
“No, no es Tamaulipas, es la CDMX”, decía un tuit. “Llegan los narcobloqueos a la CDMX. Incendian camiones en Tláhuac por muerte de líder de cártel Tláhuac-Chalco”, escribió @RuidoEnLaRed, como ejemplo del tema que pronto se volvió tendencia en Twitter y Facebook.
Cientos de granaderos armados con toletes y escudos llegaron a la zona para dispersar a los que bloqueaban las vías de acceso. En rigurosa formación, montaron un cerco perimetral en la zona para resguardar el orden público y evitar más bloqueos o manifestaciones violentas.
Al menos 27 personas fueron detenidas y llevadas a la Agencia 50 del Ministerio Público por los bloqueos, mientras que 25 mototaxis fueron subidos a camiones de redilas y llevados al corralón, según informó la SSP-CDMX.
Por la noche, la Procuraduría General de Justicia capitalina (PGJ-CDMX) informó que sólo 16 personas quedaron a disposición de la autoridad ministerial de la Fiscalía Central de Investigación por los delitos de sabotaje, daños a la propiedad, ataques a las vías de comunicación e ilícitos que resulten.
Debido a los hechos, la Administración Federal de Servicios Educativos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) determinó suspender las clases jueves y viernes en todas las escuelas de nivel básico de la delegación.
Autoridades… ausentes
A diferencia de su reacción ante otros operativos de las fuerzas federales en la Ciudad de México, la ausencia del jefe gobierno Miguel Ángel Mancera, fue notable. Ni siquiera emitió mensajes en su cuenta de Twitter.
Apenas ayer, el también presidente en turno de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) se le vio sonriente montar a caballo en Chihuahua como parte de la “Cabalgata Villista” que se hace cada año en la región.
En gira de trabajo, posó ante las cámaras de foto y televisión en la donación de cinco patrullas modelo 2014 al municipio de Hidalgo de Parral. Dijo que en la capital “dejaron de ser útiles por las distancias que deben recorrer”.
Pero hoy, la reacción del mandatario tardó en llegar. Hacia las cuatro de la tarde, cuando ya la información del abatimiento de El Ojos y las imágenes de los narcobloqueos estaban en los principales portales de noticias, Mancera Espinosa ofreció sus primeras declaraciones al diario El Universal.
El mandatario local aseguró que con el abatimiento de este sujeto no terminaban las investigaciones para acabar con el crimen en Tláhuac. Dijo que el operativo encabezado por la Marina era parte de las acciones coordinadas con la Procuraduría General de la República (PGR) y la policía capitalina para combatir la delincuencia en la zona.
Mancera Espinosa aseguró que durante más de seis meses de labores de inteligencia descubrieron que El Ojos era el “principal autor” de los homicidios registrados en la zona. Sin embargo, sin moverse de su postura tan criticada por los capitalinos, reiteró que dicha agrupación no es un cártel del crimen organizado, sino sólo “un grupo de narcomenudistas”.
En otra entrevista en Radio Fórmula, con voz seria y cortante, el exprocurador capitalino destacó que el operativo fue coordinado “desde hace varios meses” con la Semar, la PGR y las instancias de seguridad del gobierno de la República.
Añadió que aún con el abatimiento de El Ojos, la indagatoria continúa por las personas detenidas tras los bloqueos. Dijo que en algunos de los taxis decomisados hallaron armas y “diferentes objetos, obviamente debió haber sido una convocatoria; sabíamos que eran muy violentos por eso es que tomamos la cautela”.
El exprocurador recordó que la policía capitalina ya había detenido al hijo de El Ojos y comentó que esperará la identificación de los abatidos en el operativo. Luego, agregó:
“Hoy se dice que son narcomenudistas. Lo que hemos venido sosteniendo es que es una organización grande en la zona del sur, tenemos detectada esta operatividad, pero estos señores estaban trabajando, en algunas de sus inclusiones, hasta Álvaro Obregón y del otro lado hasta Iztapalapa. Estaremos muy atentos porque el trabajo de inteligencia no ha concluido, seguiremos en varias reuniones y con varios objetivos más de trabajo permanente y sobre vigilancia”.
El jefe de gobierno afirmó que la delegación Tláhuac permanecerá bajo el resguardo de la SSP-CDMX para garantizar el orden y la seguridad de sus habitantes y evitar más reacciones de la organización criminal. Luego, aclaró que no permitirán que en ninguna delegación haya brotes de autodefensas ni zonas donde no pueda entrar la policía, ni agrupaciones delictivas “que piensen que tienen el dominio de la ciudad”.
En tanto, el jefe delegacional en Tláhuac, Rigoberto Salgado –militante de Morena– informó que no estaba enterado del operativo. En entrevista radiofónica, aseguró: “No. Lo conocimos a partir de la reacción en redes y de los medios de comunicación. No conozco todavía el funcionamiento, espero que lo den a conocer”.
Y agregó que a diario analizan los delitos de alto impacto, aunque aclaró que el narcotráfico no lo abordan por ser un asunto de competencia federal.
“El Ojos”
Felipe de Jesús Pérez Luna El Ojos, fue identificado por la Secretaría de Marina como el líder del Cártel de Tláhuac-Chalco que controlaba la venta de droga, así como la extorsión, los secuestros y homicidios en las delegaciones Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa, así como el municipio mexiquense mencionado.
Reportes de prensa identifican a este personaje como originario de la colonia La Nopalera. Aseguran que desde hace años participaba en los delitos de robo y secuestro, aunque recientemente apostó por la extorsión y la venta de droga, particularmente cocaína y mariguana.
Por esta razón, aseguran, comenzó la disputa por el control de puntos de venta y distribución y, con ello, las ejecuciones de integrantes de distintos grupos criminales. La situación de violencia en la zona y la ausencia de autoridades creció al grado de que los propios habitantes preferían no salir de sus hogares por la noche.
Y aunque el jefe de gobierno descalificó la existencia del Cártel de Tláhuac, en marzo pasado autoridades policiacas capturaron a cuatro integrantes del grupo en el Valle de Chalco.
Reportes del portal El BigData aseguran que del 6 al 8 de julio pasados, El Ojos ordenó una serie de actos vandálicos, extorsiones y asesinatos en la delegación como represalia por la apertura de una carpeta de investigación contra Raúl Leyva Reyes en la PGJ-CDMX, acusado de invadir predios en la demarcación. Además, su hijo, Miguel Ángel Pérez, fue trasladado de una prisión de Guerrero al Reclusorio Oriente, el pasado 3 de julio.
Algunos reportes lo relacionan con integrantes del Cártel de los Beltrán Leyva en la capital, mientras que otros aseguran que la organización que dirigía es rival del Cártel de Tepito.
Recientemente, el Cártel de Tláhuac fue relacionado con el narcomenudeo detectado dentro y en los alrededores de Ciudad Universitaria (CU).
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.