• El presidente del Comisariado Ejidal de Valle de Banderas denuncia uso irregular por parte de la SCT
• Pánfilo Encarnación Rosales advierte: “No se moverá una sola piedra sin que haya legalidad y pago justo”
• Ejido de Valle de Banderas acusa ocupación ilegal de Vidanta más allá de la zona federal
• Litigios históricos: aeropuerto, Boca de Tomates y Vidanta, símbolos del despojo impune
Por Nayar Araiza López
“Se tiene que llegar a un acuerdo con los terrenos donde se construye el nuevo puente Amado Nervo, desde el entronque hasta toda la avenida llamada Federaciones. Esas tierras son ejidales y hasta hoy no se ha realizado ninguna asamblea para autorizar su desincorporación”, afirma categórico y sin rodeos el Licenciado Pánfilo Encarnación Rosales, presidente del Comisariado Ejidal de Valle de Banderas.
Entrevistado en su despacho, lo dice claro y fuerte, que son 11 hectáreas y media en manos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ocupadas sin el permiso de quienes legalmente tienen la autoridad, que es la asamblea ejidal, “están confundidos porque han pagado a posesionarios, pero la Ley es contundente, los dueños legítimos de los terrenos son el ejido de Valle de Banderas, por lo que nadie puede vender, ceder o negociar un centímetro sin el aval de la asamblea, porque la tierra sigue siendo irregular, esto es que no es pequeña propiedad ni tiene dominio pleno”, enfatiza, advirtiendo que el “uso y costumbre” de saltarse la Ley en beneficio de intereses políticos y empresariales aquí no pasará sin pelea, “defenderemos nuestras tierras”, señaló Pánfilo Encarnación Rosales.
La asamblea, último muro contra el despojo
Encarnación lo deja claro, que para desincorporar esos terrenos y transferirlos a la Federación debe haber un Acuerdo de Formalidades Especiales aprobado en asamblea. “No nos oponemos a una obra de beneficio social, que beneficia a la región, pero exigimos un pago justo. La asamblea es la única que puede dar certeza y legalidad. Sin ella, todo es ilegal”, recalca.
Heridas abiertas: 25 años de juicios y promesas rotas
El dirigente ejidal recuerda que la historia del Valle de Banderas está marcada por décadas de litigios que huelen a abandono institucional, “seguimos peleando por los terrenos del aeropuerto de Puerto Vallarta. Por la Unidad Deportiva de Las Juntas ya logramos un acuerdo, pero nos ha llevado más de 25 años de litigios. Lo mismo con las tierras de Boca de Tomates. Muchos compañeros murieron esperando justicia. No podemos permitir que se repita la historia”, denuncia.
El archivo agrario marca que en 1937 se dotó al ejido con 2,520 hectáreas en Puerto Vallarta. Pero para “resolver” un conflicto social —y bajo presiones políticas— se cedieron poco más de mil hectáreas a los ejidos de Ixtapa, El Guayabo y Las Juntas, recibiendo un pago insultante comparado con su valor real.
Vidanta y el abuso disfrazado de concesión federal
Pánfilo Encarnación apunta sus baterías al caso del campo de golf de Vidanta, señalando que “invadieron terrenos del ejido, argumentando que CONAGUA se los cedió por ser zona federal. Pero la Ley es clara en este sentido, en la zona federal solo pueden concesionar 15 metros desde el límite del río. Ellos se apropiaron de todo el campo de golf. No vamos a quitar el dedo del renglón. Es nuestro, y lo vamos a defender”, advierte.
Y no se queda ahí “CONAGUA les dio un documento en sexenios pasados, no en el actual de Claudia Sheinbaum, pero sin sustento legal. Hoy exigimos justicia pronta y expedita, con pago justo por lo que nos pertenece de los terrenos del aeropuerto, la playa Boca de Tomates y el campo de golf de Vidanta. Que nadie crea que el ejido de Valle de Banderas es tierra de nadie”, sentencia, con la firmeza de quien sabe que, en estas batallas, o se gana todo… o se pierde para siempre, “No se moverá una sola piedra sin que haya legalidad y pago justo”, afirmó finalmente el licenciado Pánfilo Encarnación Rosales, Presidente del Comisariado Ejidal de Valle de Banderas.